30.5.13

Escritores del Cielo en Hades (2/10: Sanación auto-literaria y Diálogo con Uno Mismo)

Segunda entrega de esta didáctica narrativa psicoliteraria, obra del filósofo contemporáneo Aelous Kephas; ¿Cómo desarrollar un diálogo con uno mismo y aprovechar los efectos terapéuticos de una auto-narración sincera?

Segunda Parte / El Oyente: Desarrollando un diálogo con Uno Mismo


“En el Génesis, la primera instrucción de Yahweh a Adán no es algo práctico tal como hacer un fuego o modelar un arma. Él le enseña al primer hombre a nombrar todas sus criaturas. Mediante este acto, Yahweh enfatiza que el nombrar es el más potente de los poderes que conferirá a los mortales. A través del nombrar, Adán obtiene ‘dominio sobre toda la tierra’. El nombrar confiere sentido y orden. Nombrar es conocer. Conocer es controlar.”


Leonard Schlain, ‘The Alphabet Vs. the Goddess’


Es lógico asumir que, antes de que las palabras fuesen escritas por primera vez, comenzaron como sonidos.  Mientras que podemos asumir esto sobre las especies, podemos observarlo más directamente cuando se trata de individuos. Cuando un bebé aprende a hablar no construye un vocabulario palabra por palabra (un proceso que inicia más tarde), comienza produciendo sonidos ininteligibles en imitación a aquello que escucha. Gradualmente, estos sonidos comienzan a  asemejar un lenguaje reconocible y se inicia la comunicación verbal. Poco después de esto el niño aprende a leer y escribir y el lenguaje se ajusta, no solo como un sonido, también como una imagen. Se convierte en un script, un código. La escritura introduce entonces una nueva posibilidad, la de palabras separadas de una comunicación directa, consiguiendo la correspondiente posibilidad de comunicar no solo a través del tiempo, sino también del espacio. Como escribe Leonard Schlain en ‘The Alphabet Vs. the Goddess’, “La palabra escrita es esencialmente inmortal. Para un primate hiperconsciente que se había percatado de que la muerte era inevitable, el descubrimiento de este método para proyectar nuestro propio ser más allá de los límites de una vida parecía no menos que algo milagroso”.
Existe otra posibilidad que Schlain no discute, otro propósito para escribir que no tiene nada que ver con la inmortalidad y ni siquiera con la comunicación en un sentido ordinario. Se trata de la posibilidad de escribir sin intención alguna de compartirlo jamás con otro ser humano —tal como, por ejemplo, escribir un diario personal. Miles, quizá millones de personas lo hacen diariamente (ahora menos por causa de los los blogs y Facebook, que han abierto la posibilidad de comunicarse con extraños) y el aprendizaje resultante o supuesto de ello es que el mantener un diario es un proceso terapéutico. Y si este es verdaderamente el caso, ¿cómo funciona? La respuesta obvia es que el escribir un diario es una manera de comunicarte con tu propio ser.
“Para dialogar,
primero pregunta:
y después… escucha.
—Antonio Machado
A diferencia de hablar con uno mismo (lo cual produce un efecto bastante diferente), la autocomunicación solo es posible a través de la escritura. Registrar por escrito las actividades o pensamientos propios crea una distancia entre uno mismo y el material en bruto de nuestra existencia, así como potencialmente entre nuestro “motor” cotidiano y nuestra conciencia. Como en una buena terapia, uno le está hablando a una otredad imparcial, desinteresada, pero completamente atenta, con la diferencia de que en este caso el “Oyente” eres tú mismo. Este Oyente es algo que podemos desarrollar nosotros mismos, sin lo cual ninguna comunicación real es posible. Antes de que podamos comenzar a escuchar a los demás tenemos que aprender a escucharnos a nosotros mismos. Solo así podemos hallar nuestra voz verdadera, por que el discurso real solo puede existir como respuesta al escuchar, ya sea interna o externamente.[1]
Estamos familiarizados con la frase “sacarte algo del pecho”, que se refiere a que al hecho de soltar algo que nos provoca tensión o incomodidad al hablarlo o al menos entenderlo bajo una luz menos estresante. La razón por la cual esto sucede es que al hablar de algo con otra persona lo podemos apreciar desde una perspectiva, desde el exterior y no del interior, y así menguar su control sobre nosotros mismos. Esto sucede cuando tenemos un oído comprensivo a quien ventilar nuestra frustración, pero tiende a funcionar mejor si este oído es neutral, tal como sucede en una terapia. La terapia nos permite re-experimentar nuestro problema desde la perspectiva de un observador imparcial pero curioso, exento de cualquier reacción emocional intensa. Esta presencia es el Oyente, una figura al mismo tiempo interesada y desinteresada, simpática pero imparcial, no involucrada. Cuando nos comunicamos con nosotros mismos de esta manera, al escribir, con la expresión creativa, el pensamiento profundo o la meditación, traemos a escena a el Oyente —esa parte de nosotros que equivale a un comprensivo pero desinteresado amigo o terapeuta— y podemos reconcebir el problema desde una nueva perspectiva. Los beneficios de esto se bifurcan: no solo experimentamos nuestro problema bajo una luz menos agobiante, también obtenemos acceso a una parte de nosotros mismos que es capaz de erigirse por encima de cualquier problema porque se involucra aunque conoce nuestra información más íntima. El Oyente es nuestro propio terapeuta interno.
Ya sea compartiéndolo con alguien neutral o escribiéndolo, lo que ocurre a través de este acto comunicativo es que tenemos la oportunidad de observar aquello que está en nuestro interior de una manera que sentimos segura de abordar. En términos de reconcebir el problema, si estamos enojados, podemos describir nuestro enojo y las razones que lo provocan y, en consecuencia, observar su forma y asumir su existencia. Entonces podemos poseer al enojo de tal forma que el confrontar su causa original se vuelve un proceso mucho más fácil y directo. En lugar de actuar con enojo, lo “tomamos” y conducimos a una persona o situación y lo expresamos de una manera menos emotiva y más balanceada. Es un espacio de ensayo psicológico en el cual podemos darnos cuenta con exactitud de lo que somos y de lo que no somos capaces —en dónde nos encontramos— antes de subir al escenario y actuar frente a la audiencia.
Este tipo de diálogo con uno mismo puede producir un efecto acumulativo: crea un loop de retroalimentación recursiva en el cual, entre más revelamos el contenido de nuestras mentes y lo integramos, mayor es nuestra aceptación de como somos, mayor es nuestra capacidad de abrirnos ante los demás, recogiendo los resultados de tales esfuerzos. Alquímicamente hablando, estamos dibujando el camino a nuestro laboratorio mental y transmutándolo, a través del darnos cuenta y de un largo y doloroso proceso, en oro. Al establecer una manera distinta de relacionarnos con nosotros mismos, a través de un continuo diálogo, estamos construyendo una especie de identidad social privada que, poco a poco, podemos llevar con nosotros al mundo exterior. Además, al tiempo que fortalecemos nuestro sentido individual de verdad, el significado y el valor, vamos lentamente aterrizando en la realidad.

fuente:Pijamasurf


NOTAS

[1]Si estamos demasiado ocupados criticándonos a nosotros mismos no podremos realmente escuchar lo que estamos tratando de comunicar. De la misma manera, cuando pretendemos escuchar a los otros, en realidad estamos demasiado ocupados imaginando lo que queremos decir a continuación y simplemente aguardando la oportunidad para hacerlo. Esto no es un diálogo.

24.5.13

Estados Unidos es Un Títere de La Banca Privada – Entrevista de Anastasia Churkina al Cineasta Alex Jones


Alex Jones, es americano, presentador de radio y director de cine, quien ha hecho un documental exponiendo nuevas demandas sobre Barack Obama
La película, “The Obama Deception (2009)” reclama que Estados Unidos se ha convertido en una marioneta en las manos de banqueros privados quienes están trabajando hacia el Nuevo Orden Mundial. 
Varios meses después que Obama toma la Presidencia de Los Estados Unidos, tú haces un documental llamándole engañador, ¿Por qué?
Jones: Él dijo que no podría contratar lobbys. Todo lo que ha hecho es contratar poderosos lobbys a cada nivel de gobierno. Y él ha tomado al país sobre los oligarcas, los banqueros internacionales, para saquear la nación, de acuerdo al Bloomer Financial, $9.7 trillones. Ha mentido acerca de salirse de Irak.
Dijo que podría sacar las tropas inmediatamente, ahora está diciendo que entre 16 a 23 meses se estarán quedando allí. Ha incrementado las tropas por 30 mil, doblando ellos en Afganistán. Se está bombardeando Pakistán.
Barack Obama prometió que solo podría aumentar los impuestos en aquellos que están sobre un cuarto de millón de dólares al año. Ahora él ha anunciado en el Wall Street Journal, que está yendo a cambiar todos los resquicios de cobrar impuestos a todos los americanos, quitando nuestras exoneraciones que tenemos por los hogares, eliminando las exenciones.
Las mentiras son increíbles. Todo lo que Obama dijo ha sido una mentira. 

En tu trabajo, tú hablas mucho del Nuevo Orden Mundial. ¿Qué es el Nuevo Orden Mundial?

Jones: El Nuevo Orden Mundial es un grupo privado de Ultra Ricos banqueros quienes están afuera. Ellos están sobre los Estados Unidos, sobre Irán, Rusia, Venezuela. Ellos son internacionales, y están creando una red de leyes para regular, controlar, y dominar las naciones. Abiertamente establecen que quieren desindustrializar, ellos quieren la bancarrota al pueblo. Quieren a una pobre población que tiene que pedir al gobierno por limosnas. Quieren un pueblo domesticado.
Así el nuevo orden mundial es lo que cada otra dictadura ha pedido en la historia. Son gente que quiere una dictadura planetaria corrida por un grupo de plutócratas financieros. Este es un gobierno mundial de, por y para banqueros privados.

Y lo que tú dices es que el gobierno americano es una marioneta del Nuevo Orden Mundial, ¿es aquello correcto?

Jones: ¡Absolutamente! Soy un patriota, creo en el libre mercado, y creo en la roja, blanca y azul, la Constitución, o el Bill of Rights. Y todo lo supuesto que está haciendo el gobierno es hacer todo lo opuesto. Esto es 180 grados de lo que la nación es supuesta de ser. En cada sondeo de opinión, los americanos están en contra de las guerras, en contra de las fronteras abiertas, en contra de la policía de Estado, pero el gobierno central hace lo opuesto de lo que la gente quiere.
Están estableciendo esta red de control para tratar de suprimir al pueblo americano. 

¿Cómo ves a Barack Obama, el Presidente Americano?

Jones: El Presidente Barck Obama es un embustero. Él dice una cosa, pero hace lo opuesto. Y aquello es la sola cosa que es constante con Barack Obama. Él se construye a sí mismo como un anti-establishment, pero él realmente está adueñado completamente y pagado por el establishment. 

¿Cómo ves el futuro de los políticos americanos?

Jones: Los Estados Unidos es un imperio corrupto que ha sido usado por la banca internacional y los sindicatos del crimen global para expandir aquel imperio en el mundo. Ellos básicamente han estado usando a los Estados Unidos como una tarjeta de crédito para pagar por el gobierno MUNDIAL.
Y veo a los Estados Unidos entrando en la más grande crisis desde su fundación de hace 235 años atrás. Veo a los Estados Unidos como una nación secuestrada, una nación que está siendo usada como una herramienta o una máquina de oligarcas y financieras internacionales. Veo a los Estados Unidos en peligro de colapsar. Pero al mismo tiempo, veo un masivo despertar de la agenda global que está tomando lugar.
Así yo veo una posibilidad de lucha para derrotar esto. 

Siguiendo al tema, algunas personas van más allá y dicen que un colapso de América es inevitable. ¿Qué dices acerca de ello?

Jones: Los globalistas quieren tener un colapso de los Estados Unidos, y sí, nosotros estamos en un real peligro de colapsar, porque el Banco Central ha llevado al país en una profunda deuda, lo ha hecho por un plan. Y ahora ellos tienen que cortar el apoyo monetario. Y la economía del último año estuvo en caída.
El desempleo real está arriba del 20%. Así que sí, he visto muchos académicos en Estados Unidos y en el mundo hablar del colapso de los Estados Unidos. Aquello es un peligro real. Pero otra vez, en el Nuevo Orden Mundial, los banqueros solamente quieren el colapso de los Estados Unidos, así que ellos pueden volver, posar como salvadores, traer el control sobre la nación y entonces reformar los Estados Unidos como una máquina fascista para llevar a cabo operaciones militares contra cualquier nación libre en el mundo.
Ellos abiertamente establecen que los Estados Unidos será el “pit-bull”, el perro de ataque. El pueblo americano será usado para ir sobre cualquier país libre en el mundo. Así los Estados Unidos están en el proceso de convertirse de una oligarquía corrupta a un pit-bull Hitleriano fascista, referido a salir y literalmente hacer la guerra contra el planeta.
Mientras tanto, los financistas internacionales se sentarán en Suiza, y Londres, y París, y Berlín, y culparán América por toda la tiranía, cuando ellos se adueñan de nuestra privada reserva federal, y lanzan ataques. 

Una de las cosas que hablas en tu película es que el gobierno americano está tratando de construir un ejército civil con la posibilidad de usar insospechados ciudadanos para sus propios propósitos. Puedes explicar ¿qué significa eso?

Jones: Sí, la legislación ha pasado la 'House' y el Senado, y ellos están en el proceso en estos momentos de ratificarlo para crear, en las palabras del New York Times, un ejercito de 7 millones de personas. Y ellos abiertamente establecen que los ciudadanos estarán espiando en cada otro, que será una fuerza para-militar, doméstica e internacionalmente.

Para ser una fuerza civil, así que después que los Estados Unidos adquieran un país, entonces una fuerza civil vendrá y administrará el país.

De esa manera los Estados Unidos está siendo usado como una colonia de los banqueros foráneos para crear una clase de servicio social para administrar el gobierno del mundo. 

Tú alegas que el Grupo Bilderberg gobierna el mundo, ¿Quiénes son ellos exactamente?

Jones: El Grupo Bilderberg es la Reina de Inglaterra, la Reina de los Países Bajos, es los Rockefellers, es los Rothchilds. Ellos escriben libros, se jactan de eso. Rockefeller escribió un libro hace cuatro años diciendo que él quiere un gobierno mundial y con la soberanía de Estados Unidos.
Y ellos son estas increíblemente acaudaladas y poderosas familias. Ellos juegan con las naciones. La propia población es como su pequeño juguete. Y ellos están fuera de las leyes, no tienen que seguir las leyes de las naciones que ellos controlan. Y ellos entran y sobornan los gobiernos, y financian aquellos gobiernos que van de acuerdo a sus propósitos.
Y el nuevo orden mundial es nada más que una mafia internacional de super-ricos oligarcas que juegan a ser dioses, quienes quieren suprimir y llevar a la bancarrota a los estados de la nación, así ellos pueden establecer un orden internacional, donde el planeta es adueñado por un banco privado. 

Algunas personas dicen que en el próximo par de años podría producirse una revolución en América. ¿Podría aquello ser posible?

Jones: Los globalistas odian América. Pero al mismo tiempo, ellos saben que América se está despertando, y ahí hay sobre 100 millones de ciudadanos americanos armados quienes entienden que la gran arma tiene el derecho básico y quién rechaza ser esta arma. Así nosotros tenemos los documentos del gobierno interno, los documentos de la policía de estado.
Ellos están muy concernidos acerca de la revolución. Porque saben que como ellos quiebran la nación, de como nos conviertan en esclavos del tercer mundo, la gente resistirá. Así ellos están intentando en establecer una policía de estado de alta tecnología en los Estados Unidos como una acción de retaguardia. Así ellos han robado al ciego país, usando nuestra energía, dinero, y finanzas para construirlo.
Ahora ellos ya lo hicieron con nosotros, pero la fase final es poniendo adentro una policía de estado, así ellos pueden exitosamente robar a los Estados Unidos sin que el pueblo americano todavía tome control del país y les interponga una acción judicial y los arreste. 

¿Cómo te explicas la extrema popularidad de Barack Obama? ¿Cuánto tiempo piensas que el fenómeno Obama durará?

Jones: Barack Obama es un fabricado “lanzador” de la avenida Madison. Él es un fraude. Y él ha hecho todas esas grandes promesas y dijo un montón de buenas cosas durante la campaña. Ahora él está regresando a todas aquellas promesas. Ahora él está chancleteando, mintiendo. Así vemos en las encuestas tanto como unos 20% cayendo en su aprobación.
Así pienso que el apoyo mesiánico para Barack Obama como líder de culto está rápidamente debilitándose.
  
Los medios americanos y los bloggers, los principales medios, y los medios alternativos parecen estar en guerra. ¿En quién podría el pueblo americano confiar? ¿Quién es la fiable fuente de información?

Jones: Allí hay una guerra entre los medios alternativos y los principales medios. Y tú tienes miles y miles de fuentes en los medios alternativos, algo de ahí es verdad, algo de ahí son mentiras, ellos todos tienen agendas. Y tú tienes al gobierno tratando de infiltrarse en los blogs para sacar su propaganda. La Corporación de los medios principales en los Estados Unidos han demostrado que su agenda es para dar vueltas y mentir y algo tonta la información cortada.
Ellos mienten por omisión. Los blogs son muy diversos, algunos de ellos es verdad, algo de eso es parcialmente correcto, algunos no son verdaderos. Pero la gente está desarrollando un sentido y llegando a ser más sofisticado, y ellos han aprendido que los medios alternativos en promedio son más precisos y delibera más diversidad en pensamiento y opinión que los medios principales.
Así estos últimos están yendo a la bancarrota, la TV está yendo a la bancarrota, los periódicos están yendo a la bancarrota.
Ahí está la Internet, y la gente ha aprendido que ellos tienen una agenda y ellos están mintiendo. Pero la Caja de Pandora está abierta. El genio está fuera de la botella. Ellos no van a poder callar la Internet. La gente ha tenido un gusto por la información alternativa, la propia cornucopia, aquel propio arco iris de ideas. Y la clase dirigente está en problemas.
Aquello es el porque están lanzando esta adquisición de toda la policía de estado, porque la gente finalmente ha despertado en el hecho de que el emperador está descubierto.

18.5.13

1984 - CAPITULO IV

de George Oewells

capítulo III

Con el hondo e inconsciente suspiro que ni siquiera la proximidad de la telepantalla podía ahogarle cuando empezaba el trabajo del día, Winston se acercó al hablescribe, sopló para sacudir el polvo del micrófono y se puso las gafas. Luego desenrolló y juntó con un clip cuatro pequeños cilindros de papel que acababan de caer del tubo neumático sobre el lado derecho de su mesa de despacho.
En las paredes de la cabina había tres orificios. A la derecha del hablescribe, un pequeño tubo neumático para mensajes escritos, a la Izquierda, un tubo más ancho para los periódicos; y en la otra pared, de manera que Winston lo tenía a mano, una hendidura grande y oblonga protegida por una rejilla de alambre. Esta última servía para tirar el papel inservible. Había hendiduras semejantes a miles o a docenas de miles por todo el edificio, no sólo en cada habitación, sino a lo largo de todos los pasillos, a pequeños intervalos. Les llamaban «agujeros de la memoria». Cuando un empleado sabía que un documento había de ser destruido, o incluso cuando alguien veía un pedazo de papel por el suelo y por alguna mesa, constituía ya un acto automático levantar la tapa del más cercano «agujero de la memoria» y tirar el papel en él. Una corriente de aire caliente se llevaba el papel en seguida hasta los enormes hornos ocultos en algun lugar desconocido de los sótanos del edificio.
Winston examinó las cuatro franjas de papel que había desenrollado. Cada una de ellas contenía una o dos líneas escritas en el argot abreviado (no era exactamente neolengua, pero consistía principalmente en palabras neolingüísticas) que se usaba en el Ministerio para fines internos. Decían así:
times 17.3.84 discurso gh malregistrado áfrica rectificar
times 19.12.83 predicciones plantrienal cuarto trimestre 83 erratas comprobar número corriente
times 14.2.84. Minibundancia malcitado chocolate rectificar
times 3.12.83 referente ordendía gh doblemásnobueno refs nopersonas reescribir completo someter antesarchivar
Con cierta satisfacción apartó Winston el cuarto mensaje. Era un asunto intrincado y de responsabilidad y prefería ocuparse de él al final. Los otros tres eran tarea rutinaria, aunque el segundo le iba a costar probablemente buscar una serie de datos fastidiosos.
Winston pidió por la telepantalla los números necesarios del Times, que le llegaron por el tubo neumático pocos minutos después. Los mensajes que había recibido se referían a artículos o noticias que por una u otra razón era necesario cambiar, o, como se decía oficialmente, rectificar. Por ejernplo, en el número del Times correspondiente al 17 de marzo se decía que el Gran Hermano, en su discurso del día anterior, había predicho que el frente de la India Meridional seguiría en calma, pero que, en cambio, se desencadenaría una ofensiva eurasiática muy pronto en África del Norte. Como quiera que el alto mando de Eurasia había iniciado su ofensiva en la India del Sur y había dejado tranquila al África del Norte, era por tanto necesario escribir un nuevo párrafo del discurso del Gran Hermano, con objeto de hacerle predecir lo que había ocurrido efectivamente. Y en el Times del 19 de diciembre del año anterior se habían publicado los pronósticos oficiales sobre el consumo de ciertos productos en el cuarto trimestre de 1983, que era también el sexto grupo del noveno plan trienal. Pues bien, el número de hoy contenía una referencia al consumo efectivo y resultaba que los pronósticos se habían equivocado muchísimo. El trabajo de Winston consistía en cambiar las cifras originales haciéndolas coincidir con las posteriores. En cuanto al tercer mensaje, se refería a un error muy sencillo que se podía arreglar en un par de minutos. Muy poco tiempo antes, en febrero, el Ministerio de la Abundancia había lanzado la promesa (oficialmente se le llamaba «compromiso categórico») de que no habría reducción de la ración de chocolate durante el año 1984. Pero la verdad era, como Winston sabía muy bien, que la ración de chocolate sería reducida, de los treinta gramos que daban, a veinte al final de aquella semana. Como se verá, el error era insignificante y el único cambio necesario era sustituir la promesa original por la advertencia de que probablemente habría que reducir la ración hacia el mes de abril.
Cuando Winston tuvo preparadas las correcciones las unió con un clip al ejemplar del Times que le habían enviado y los mandó por el tubo neumático. Entonces, con un movimiento casi inconsciente, arrugó los mensajes originales y todas las notas que él había hecho sobre el asunto y los tiró por el «agujero de la memoria» para que los devoraran las llamas.
Él no sabía con exactitud lo que sucedía en el invisible laberinto adonde iban a parar los tubos neumáticos, pero tenía una idea general. En cuanto se reunían y ordenaban todas las correcciones que había sido necesario introducir en un número determinado del Times, ese número volvía a ser impreso, el ejemplar primitivo se destruía y el ejemplar corregido ocupaba su puesto en el archivo. Este proceso de continua alteración no se aplicaba sólo a los periódicos, sino a los libros, revistas, folletos, carteles, programas, películas, bandas sonoras, historietas para niños, fotografías..., es decir, a toda clase de documentación o literatura que pudiera tener algún significado político o ideológico. Diariamente y casi minuto por minuto, el pasado era puesto al día. De este modo, todas las predicciones hechas por el Partido resultaban acertadas según prueba documental. Toda la historia se convertía así en un palimpsesto, raspado y vuelto a escribir con toda la frecuencia necesaria. En ningún caso habría sido posible demostrar la existencia de una falsificación. La sección más nutrida del Departamento de Registro, mucho mayor que aquella donde trabajaba Winston, se componía sencillamente de personas cuyo deber era recoger todos los ejemplares de libros, diarios y otros documentos que se hubieran quedado atrasados y tuvieran que ser destruidos. Un número del Times que —a causa de cambios en la política exterior o de profecías equivocadas hechas por el Gran Hermano— hubiera tenido que ser escrito de nuevo una docena de veces, seguía estando en los archivos con su fecha original y no existía ningún otro ejemplar para contradecirlo. También los libros eran recogidos y reescritos muchas veces y cuando se volvían a editar no se confesaba que se hubiera introducido modificación alguna. Incluso las instrucciones escritas que recibía Winston y que él hacía desaparecer invariablemente en cuanto se enteraba de su contenido, nunca daban a entender ni remotamente que se estuviera cometiendo una falsificación. Sólo se referían a erratas de imprenta o a citas equivocadas que era necesario poner bien en interés de la verdad.
Lo más curioso era —pensó Winston mientras arreglaba las cifras del Ministerio de la Abundancia— que ni siquiera se trataba de una falsificación. Era, sencillamente, la sustitución de un tipo de tonterías por otro. La mayor parte del material que allí manejaban no tenía relación alguna con el mundo real, ni siquiera en esa conexión que implica una mentira directa. Las estadísticas eran tan fantásticas en su versión original como en la rectificada. En la mayor parte de los casos, tenía que sacárselas el funcionario de su cabeza. Por ejemplo, las predicciones del Ministerio de la Abundancia calculaban la producción de botas para el trimestre venidero en ciento cuarenta y cinco millones de pares. Pues bien, la cantidad efectiva fue de sesenta y dos millones de pares. Es decir, la cantidad declarada oficialmente. Sin embargo, Winston, al modificar ahora la «predicción», rebajó la cantidad a cincuenta y siete millones, para que resultara posible la habitual declaración de que se había superado la producción. En todo caso, sesenta y dos millones no se acercaban a la verdad más que los cincuenta y siete millones o los ciento cuarenta y cinco. Lo más probable es que no se hubieran producido botas en absoluto. Nadie sabía en definitiva cuánto se había producido ni le importaba. Lo único de que se estaba seguro era de que cada trimestre se producían sobre el papel cantidades astronómicas de botas mientras que media población de Oceanía iba descalza. Y lo mismo ocurría con los demás datos, importantes o minúsculos, que se registraban. Todo se disolvía en un mundo de sombras en el cual incluso la fecha del año era insegura.
Winston miró hacia el vestíbulo. En la cabina de enfrente trabajaba un hombre pequeñito, de aire eficaz, llamado Tillotson, con un periódico doblado sobre sus rodillas y la boca muy cerca de la bocina del hablescribe. Daba la impresión de que lo que decía era un secreto entre él y la telepantalla. Levantó la vista y los cristales de sus gafas le lanzaron a Winston unos reflejos hostiles.
Winston no conocía apenas a Tillotson ni tenía idea de la clase de trabajo que le habían encomendado. Los funcionarios del Departamento del Registro no hablaban de sus tareas. En el largo vestíbulo, sin ventanas, con su doble fila de cabinas y su interminable ruido de periódicos y el murmullo de las voces junto a los hablescribe, había por lo menos una docena de personas a las que Winston no conocía ni siquiera de nombre, aunque los veía diariamente apresurándose por los pasillos o gesticulando en los Dos Minutos de Odio. Sabía que en la cabina vecina a la suya la mujercilla del cabello arenoso trabajaba en descubrir y borrar en los números atrasados de la Prensa los nombres de las personas vaporizadas, las cuales se consideraba que nunca habían existido. Ella estaba especialmente capacitada para este trabajo, ya que su propio marido había sido vaporizado dos años antes. Y pocas cabinas más allá, un individuo suave, soñador e ineficaz, llamado Ampleforth, con orejas muy peludas y un talento sorprendente para rimar y medir los versos, estaba encargado de producir los textos definitivos de poemas que se habían hecho ideológicamente ofensivos, pero que, por una u otra razón, continuaban en las antologías. Este vestíbulo, con sus cincuenta funcionarios, era sólo una subsección, una pequeñísirna célula de la enorme complejidad del Departamento de Registro. Más allá, arriba, abajo, trabajaban otros enjambres de funcionarios en multitud de tareas increíbles. Allí estaban las grandes imprentas con sus expertos en tipografía y sus bien dotados estudios para la falsificación de fotografías. Había la sección de teleprogramas con sus ingenieros, sus directores y equipos de actores escogidos especialmente por su habilidad para imitar voces. Había también un gran número de empleados cuya labor sólo consistía en redactar listas de libros y periódicos que debían ser «repasados». Los documentos corregidos se guardaban y los ejemplares originales eran destruidos en hornos ocultos. Por último, en un lugar desconocido estaban los cerebros directores que coordinaban todos estos esfuerzos y establecían las líneas políticas según las cuales un fragmento del pasado había de ser conservado, falsificado otro, y otro borrado de la existencia.
El Departamento de Registro, después de todo, no era más que una simple rama del Ministerio de la Verdad, cuya principal tarea no era reconstruir el pasado, sino proporcionarles a los ciudadanos de Oceanía periódicos, películas, libros de texto, programas de telepantalla, comedias, novelas, con toda clase de información, instrucción o entretenimiento. Fabricaban desde una estatua a un slogan, de un poema lírico a un tratado de biología y desde la cartilla de los párvulos hasta el diccionario de neolengua...Y el Ministerio no sólo tenía que atender a las múltiples necesidades del Partido, sino repetir toda la operación en un nivel más bajo a beneficio del proletariado. Había toda una cadena de secciones separadas que se ocupaban de la literatura, la música, el teatro y, en general, de todos los entretenimientos para los proletarios. Allí se producían periódicos que no contenían más que informaciones deportivas, sucesos y astrología, noveluchas sensacionalistas, películas que rezumaban sexo y canciones sentimentales compuestas por medios exclusivamente mecánicos en una especie de calidoscopio llamado versificador Había incluso una sección conocida en neolengua con el nombre de Pornosec, encargada de producir pornografía de clase ínfima y que era enviada en paquetes sellados que ningún miembro del Partido, aparte de los que trabajaban en la sección, podía abrir.
Habían salido tres mensajes por el tubo neumático mientras Winston trabajaba, pero se trataba de asuntos corrientes y los había despachado antes de ser interrumpido por los Dos Minutos de Odio. Cuando el odio terminó, volvió Winston a su cabina, sacó del estante el diccionario de neolengua, apartó a un lado el hablescribe, se limpió las gafas y se dedicó a su principal cometido de la mañana.
El mayor placer de Winston era su trabajo. La mayor parte de éste consistía en una aburrida rutina, pero también incluía labores tan difíciles e intrincadas que se perdía uno en ellas como en las profundidades de un problema de matemáticas: delicadas labores de falsificación en que sólo se podía guiar uno por su conocimiento de los principios del Ingsoc y el cálculo de lo que el Partido quería que uno dijera. Winston servía para esto. En una ocasión le encargaron incluso la rectificación de los editoriales del Times, que estaban escritos totalmente en neolengua. Desenrolló el mensaje que antes había dejado a un lado como más difícil. Decía:
times 3.12.83 referente ordendía gh doblemásnobueno refs nopersonas reescribir completo someter antesarchivar.
En antiguo idioma (en inglés) quedaba así:
La información sobre la orden del día del Gran Hermano en el Times del 3 de diciembre de 1983 es absolutamente insatisfactoria y se refiere a las personas inexistentes. Volverlo a escribir por completo y someter el borrador a la autoridad superior antes de archivar.
Winston leyó el artículo ofensivo. La orden del día del Gran Hermano se dedicaba a alabar el trabajo de una organización conocida por FFCC, que proporcionaba cigarrillos y otras cosas a los marineros de las fortalezas flotantes. Cierto camarada Withers, destacado miembro del Partido Interior, había sido agraciado con una mención especial y le habían concedido una condecoración, la Orden del Mérito Conspicuo, de segunda clase.
Tres meses después, la FFCC había sido disuelta sin que se supieran los motivos. Podía pensarse que Withers y sus asociados habían caído en desgracia, pero no había información alguna sobre el asunto en la Prensa ni en la telepantalla. Era lo corriente, ya que muy raras veces se procesaba ni se denunciaba públicamente a los delincuentes políticos. Las grandes «purgas» que afectaban a millares de personas, con procesos públicos de traidores y criminales del pensamiento que confesaban abyectamente sus crímenes para ser luego ejecutados, constituían espectáculos especiales que se daban sólo una vez cada dos años. Lo habitual era que las personas caídas en desgracia desapareciesen sencillamente y no se volviera a oír hablar de ellas. Nunca se tenía la menor noticia de lo que pudiera haberles ocurrido. En algunos casos, ni siquiera habían muerto. Aparte de sus padres, unas treinta personas conocidas por Winston habían desaparecido en una u otra ocasión.
Mientras pensaba en todo esto, Winston se daba golpecitos en la nariz con un sujetador de papeles. En la cabina de enfrente, el camarada Tillotson seguía misteriosamente inclinado sobre su hablescribe. Levantó la cabeza un momento. Otra vez, los destellos hostiles de las gafas. Winston se preguntó si el camarada Tillotson estaría encargado del mismo trabajo que él. Era perfectamente posible. Una tarea tan difícil y complicada no podía estar a cargo de una sola persona. Por otra parte, encargarla a un grupo sería admitir abiertamente que se estaba realizando una falsificación. Muv probablemente, una docena de personas trabajaban al mismo tiempo en distintas versiones rivales para inventar lo que el Gran Hermano había dicho «efectivamente». Y, después, algún cerebro privilegiado del Partido Interior elegiría esta o aquella versión, la redactaría definitivamente a su manera y pondría en movimiento el complejo proceso de confrontaciones necesarias. Luego, la mentira elegida pasaría a los registros permanentes y se convertiría en la verdad.
Winston no sabía por qué había caído Withers en desgracia. Quizás fuera por corrupción o incompetencia. O quizás el Gran Hermano se hubiera librado de un subordinado demasiado popular. También pudiera ser que Withers o alguno relacionado con él hubiera sido acusado de tendencias heréticas. O quizás —y esto era lo más probable hubiese ocurrido aquello sencillamente porque las «purgas» y las vaporizaciones eran parte necesaria de la mecánica gubernamental. El único indicio real era el contenido en las palabras «refs nopersonas», con lo que se indicaba que Withers estaba ya muerto. Pero no siempre se podía presumir que un individuo hubiera muerto por el hecho de haber desaparecido. A veces los soltaban y los dejaban en libertad durante uno o dos años antes de ser ejecutados. De vez en cuando, algún individuo a quien se creía muerto desde hacía mucho tiempo, reaparecía como un fantasma en algún proceso sensacional donde comprometía a centenares de otras personas con sus testimonios antes de desaparecer, esta vez para siempre. Sin embargo, en el caso de Withers, estaba claro que lo habían matado. Era ya una nopersona. No existía: nunca había existido. Winston decidió que no bastaría con cambiar el sentido del discurso del Gran Hermano. Era mejor hacer que se refiriese a un asunto sin relación alguna con el auténtico.
Podía trasladar el discurso al tema habitual de los traidores y los criminales del pensamiento, pero esto resultaba demasiado claro; y por otra parte, inventar una victoria en el frente o algún triunfo de superproducción en el noveno plan trienal, podía complicar demasiado los registros. Lo que se necesitaba era una fantasía pura. De pronto se le ocurrió inventar que un cierto camarada Ogilvy había muerto recientemente en la guerra en circunstancias heroicas. En ciertas ocasiones, el Gran Hermano dedicaba su orden del día a conmemorar a algunos miembros ordinarios del Partido cuya vida y muerte ponía como ejemplo digno de ser imitado por todos. Hoy conmemoraría al camarada Ogilvy. Desde luego, no existía el tal Ogilvy, pero unas cuantas líneas de texto y un par de fotografías falsificadas bastarían para darle vida.
Winston reflexionó un momento, se acercó luego al hablescribe y empezó a dictar en el estilo habitual del Gran Hermano: un estilo militar y pedante a la vez y fácil de imitar por el truco de hacer preguntas y contestárselas él mismo en seguida. (Por ejemplo: «¿Qué nos enseña este hecho, camaradas? Nos enseña la lección —que es también uno de los principios fundamentales de Ingsoc— que», etc., etc.)
A la edad de tres años, el camarada Ogilvy había rechazado todos los juguetes excepto un tambor, una ametralladora y un autogiro. A los seis años —uno antes de lo reglamentario por concesión especial— se había alistado en los Espías; a los nueve años, era ya jefe de tropa. A los once había denunciado a su tío a la Policía del Pensamiento después de oírle una conversación donde el adulto se había mostrado con tendencias criminales. A los diecisiete fue organizador en su distrito de la Liga juvenil Anti—Sex. A los diecinueve había inventado una granada de mano que fue adoptada por el Ministerio de la Paz y que, en su primera prueba, mató a treinta y un prisioneros eurasiáticos. A los veintitrés murió en acción de guerra. Perseguido por cazas enemigos de propulsión a chorro mientras volaba sobre el Océano índico portador de mensajes secretos, se había arrojado al mar con las ametralladoras y los documentos... Un final, decía el Gran Hermano, que necesariamente despertaba la envidia. El Gran Hermano añadía unas consideraciones sobre la pureza y rectitud de la vida del camarada Ogilvy. Era abstemio y no fumador, no se permitía más diversiones que una hora diaria en el gimnasio y había hecho voto de soltería por creer que el matrimonio y el cuidado de una familia imposibilitaban dedicar las veinticuatro horas del día al cumplimiento del deber. No tenía más tema de conversación que los principios de Ingsoc, ni más finalidad en la vida que la derrota del enemigo eurasiático y la caza de espías, saboteadores, criminales mentales y traidores en general.
Winston discutió consigo mismo si debía o no concederle al camarada Ogilvy la Orden del Mérito Conspicuo; al final decidió no concedérsela porque ello acarrearía un excesivo trabajo de confrontaciones para que el hecho coincidiera con otras referencias.
De nuevo miró a su rival de la cabina de enfrente. Algo parecía decirle que Tillotson se ocupaba en lo mismo que él. No había manera de saber cuál de las versiones sería adoptada finalmente, pero Winston tenía la firme convicción de que se elegiría la suya. El camarada Ogilvy, que hace una hora no existía, era ya un hecho. A Winston le resultaba ctirioso que se pudieran crear hombres muertos y no hombres vivos. El camarada Ogilvy, que nunca había existido en el presente, era ya una realidad en el pasado, y cuando quedara olvidado en el acto de la falsificación, seguiría existiendo con la misma autenticidad, con pruebas de la misma fuerza que Carlomagno o Julio César.

13.5.13

YAHVÉ Y/O HUITZILOPOCHTLI


por Salvador Freixedo

Existe un escritor español nacido en Galicia en 1923 que a sus 30 años se ordenó sacerdote católico, para años después ser repudiado por su orden jesuita y convertirse en ex-sacerdote, y junto a los conocimientos de diversas materias que había colectado consagrarse al estudio de los fenómenos paranormales y ovnilógicos, muestra de lo cual son sus diferentes libros.
Del libro de Salvador Freixedo, que así se llama el autor, "¡Defendámonos de los Dioses!", publicado en 1984, hemos escogido estos párrafos que aluden a un paralelismo notado desde hace tiempo por más de un estudioso de la historia de las tribus aztecas en Méjico, y que es lo análogo de su historia con la que se relata en el Viejo Testamento.
Las hipótesis para ello no son tajantes, pudiendo aventurarse aún una contaminación sacerdotal por parte de gente del Viejo Mundo que hubo venido siglos antes de Colón, puesto que se prueba haber más paralelismos todavía.
La tesis de Freixedo, que está planteada esquemáticamente y pudiendo perfeccionársela, es más inquietante porque implícita en ella está la existencia de entidades usurpadoras que se hacen adorar y seguir como divinidades, imponiendo a sus pueblos escogidos ciertas repugnantes prácticas que sólo los satisfacen a ellos, estableciéndose una similar identidad entre ellas o la participación de una tendencia común.