27.3.13

Escritores del Cielo en Hades (1/10: Sanación Chamánica, Porno y Metalenguaje)

Primera entrega de una aventura literario-chamánica cortesía del lúcido alter-ocultista Aeolus Kephas: un recorrido ritual para atravesar el espejo de las neuronas hacia los misterios del Logos, el ADN y la programación linguística de la realidad.






Neuronas espejo, hechicería de la individuación y escritura chamánica
(agradecimiento a Mrs. Kephas, la escucha perfecta)

«No desdeñéis la palabra;
el mundo es ruidoso y mudo,
poetas, sólo Dios habla.»

-Antonio Machado.

«Escribir es una forma socialmente aceptable de la esquizofrenia».
-E.L. Doctorow.


PORNOGRAFÍA Y SANACIÓN CHAMÁNICA

En 1992, Giaocomo Rizzolatti y un equipo de neurocientíficos accidentalmente descubrieron las neuronas espejo mientras experimentaban con unos monos. Los monos tenían sus cerebros conectados con el fin de observar cómo las neuronas motoras se relacionan con los movimientos de las manos: cuando un mono tomaba un cacahuate, la neurona disparaba. Pero para la sorpresa del equipo, la misma neurona motora también disparaba cuando el mono veía a un asistente del laboratorio tomar un cacahuate. Aparentemente, para el cerebro del mono, ver a alguien tomando un cacahuate era una experiencia similar a tomar él mismo el cacahuate. Acción y percepción estaban estrechamente ligadas. El neurocientífico Vilayanur S. Ramachandran cree que las neuronas espejos son para la neurociencia lo que el ADN para la biología y que la “quinta revolución” es la revolución de la neurociencia (siguiendo a Copernico, Darwin, Freud y el descubrimiento del ADN de Crick y Watson).

Antes de que examinemos más de cerca lo que las neuronas espejo son, me gustaría empezar citando una interesante demostración de cómo funcionan, usando como ejemplo un tema con el que todos estamos muy familiarizados: la pornografía. El siguiente extracto proviene del artículo “Porn and Mirror Neurons”, de Jonah Lehrer.

“¿Cómo funciona el porno? ¿Por qué los humanos (especialmente los hombres) se excitan tanto viendo a alguien más teniendo sexo? A primera vista la respuesta parece obvia: ver porno detona una idea (empezamos a pensar en tener sexo), lo que luego detona un cambio en nuestro comportamiento (nos excitamos sexualmente). Así es como la mayoría de nosotros piensa sobre pensar: las sensaciones causan pensamientos que causan respuestas físicas. El porno es un ejemplo esencial de cómo puede funcionar un proceso de pensamiento como este.

“Pero esta simple respuesta probablemente esté equivocada. El porno no nos hace pensar en el sexo. En cambio, el porno nos hace pensar que estamos teniendo sexo. Desde la perspectiva del cerebro, el acto de excitación no es precedido por una idea separada, la cual absorbemos a través de la televisión o de una pantalla de computadora. El acto en sí mismo es la idea. En otras palabras, el porno funciona convenciéndonos de que no estamos viendo porno. Pensamos que estamos dentro de la pantalla, haciendo la cópula”.

Ahora reformulemos el argumento y apliquémoslo a un ritual chamánico de sanación.

¿Cómo funciona un ritual chamánico? ¿Por qué los humanos sanan al ver a alguien más realizar un ritual? A primera vista la respuesta parece obvia: ver un ritual detona una idea (empezamos a pensar en sanar), lo que luego detona un cambio (sanamos). Así es como la mayoría de nosotros pensamos sobre pensar: las sensaciones causan pensamientos que causan respuestas físicas. El ritual chamánico es un ejemplo esencial de cómo puede funcionar un proceso de pensamiento como este.

Pero esta simple respuesta probablemente esté equivocada. El ritual chamánico no nos hace pensar en la sanación. En cambio, el ritual chamánico nos hace pensar que estamos haciendo la sanación. Desde la perspectiva del cerebro, el acto de sanar no está precedido por una idea separada, la cual absorbemos a través de ver al chamán. El acto en sí mismo es la sanación. En otras palabras, el ritual chamánico funciona convenciéndonos de que no estamos viendo un ritual chamánico. Pensamos que somos el chamán, haciendo el ritual.

Este modelo interpretativo puede ser aplicado a absolutamente todo dentro de los parámetros de la experiencia humana; pero por ahora solo nos interesa utilizarlo para la escritura, específicamente a la escritura de un diario, que involucra la observación de patrones de comportamiento. ¿Cuáles son las formas en las que la escritura puede ser usada para colocar un espejo sobre nuestras psiques y desarrollar empatía para nosotros mismos, así como para los demás? ¿Cómo el aislamiento del influjo de los demás se transmuta en una forma de autoexaminación y de integrarnos más a la comunidad? ¿Qué es una mente grupal, cómo se forma, qué es lo que hace su injerencia sobre nosotros tan completa y cómo escribir nos ayuda a romper con esa injerencia? ¿Qué es la individuación —vinculada con encontrar nuestra “voz” única, como escritores-programadores de nuestra realidad? ¿Qué tiene que ver todo esto con el porno y el chamanismo?!

Permanezcan sintonizados, todo será revelado.


LA REALIDAD COMO UN CONSTRUCTO BASADO EN EL LENGUAJE

“La vinculación y revinculación de objetos por el Cerbero es en realidad un lenguaje, pero no un lenguaje como el nuestro (ya que se refiere a sí mismo y no a alguien o a algo fuera de sí mismo). Deberíamos de poder escuchar esta información, o más bien narrativa, como una voz neutral dentro de nosotros. Pero algo ha salido mal. Toda la creación es un lenguaje y nada más que un lenguaje, que por alguna razón inexplicable no podemos leer por fuera y no podemos escuchar por dentro. Así que digo, nos hemos convertido en idiotas. Algo le ha sucedido a nuestra inteligencia. Mi razonamiento es este: el acomodo de las partes del Cerebro es lenguaje. Somos partes del Cerebro; por lo cual somos lenguaje. ¿Por qué, entonces, no sabemos esto? Ni siquiera sabemos lo que somos, menos lo que es la realidad externa de la que somos partes. El origen de la palabra “idiota” es la palabra “privado”. Cada uno de nosotros se ha vuelto privado y ya no comparte el pensamiento en común del Cerebro, excepto a nivel subliminal. De esta forma nuestra vida real y nuestro propósito suceden debajo del umbral de la conciencia”. Philip Dick, Valis

Como muchos de nosotros sabemos desde hace mucho (o empezamos a sospechar), escribir es mucho más que una serie de anotaciones en una página o pixeles en una pantalla. La programación informática y el código html nos están ayudando a conceptualizar la realidad como un constructo basado en el lenguaje, y no obstante lo ajena, o hasta revolucionaria, que la idea es, tiene sus precedentes. De hecho, el descubrimiento de la biología del ADN y del código genético ya ha establecido esta idea desde hace varias décadas, pero ya que el ADN es algo de lo que pocos de nosotros tenemos conocimiento directo, se mantiene como una hipótesis abstracta. Con la programación informática, sin embargo, la idea de que una serie de letras puede hacer surgir la realidad material –imagen- es algo que experimentamos por nuestra cuenta cada vez que encendemos nuestra PC. Todos sabemos que el código crea imágenes, y que las imágenes reflejan (pueden hacerse pasar por) la realidad.

Hubo una vez una época en que esta idea —y sobre todo la posibilidad de aplicarla— estaba restringida a unos cuantos. Hubo una vez en que sólo los iniciados participaban en el conocimiento oculto requerido para activar el “ADN basura”, alzar el “Kundalini”, y recalibrar la conciencia de frecuencias humanas a frecuencias divinas. En la tradición gnóstica, este proceso de autoactivación era simbólicamente descrito como escalando la cadena de los “Arcones” planetarios, usando ciertas palabras de poder para superar a cada Arcón o guardián del umbral, hasta que la libertad individual era obtenida. En nuestros tiempos, chicos que no saben distinguir dónde empieza un arcón y dónde su codo, están jugando videojuegos que requieren ciertas claves y contraseñas para superar una serie de obstáculos, o “guardianes”, para así lograr llegar al “siguiente nivel”. Sin más digresiones a la ciencia sagrada del ocultismo, se podría decir que ha habido una progresión de la tradición mágica de la hechicería alguna vez reservada a la casta sacerdotal, hacia los biológos y neurocientíficos patrocinados por el gobierno jugueteando con el ADN y los cerebros de monos, hasta hoy, cuando la ciencia y el arte más viejo y arcano está siendo enseñado a los niños pre-escolares, y cualquiera con el tiempo y la paciencia de amaestrar la programación informática puede invocar las fuerzas ocultas y transformar la realidad —a través del poder de las palabras.

Todas estas diversas disciplinas y medios tienen una cosa en común: el lenguaje. El lenguaje es una serie de símbolos que solamente cobran sentido cuando su significado es acordado y pueden ser usados para comunicar. El ADN, el código html, los nombres divinos y los videojuegos son todos metáforas, porque en una realidad que está siendo interpretada (y por ende transformada) a través del lenguaje, todo es una metáfora. ¿De qué? En los términos más simples, son metáforas de la psique humana, y el proceso que está siendo descrito es el de la individuación, o, para usar otra metáfora, el de la transmutación alquímica de la conciencia. Esta es “la vida real y el propósito” que Phillip K. Dick intuyó como “sucediendo debajo del umbral de nuestra conciencia”. Está ocurriendo aquí y ahora, debajo de la superficie y entre las líneas de nuestras narrativas cotidianas.

fuente:pijamasurf

21.3.13

Rompiendo la Matrix

No debería ser una sorpresa que Matrix y su seguimiento, Matrix Recargada, se hayan convertido en clásicos de culto del cine y hayan superado las expectativas financieras de los cineastas y críticos de cine por igual. El simple hecho es que la gente aquí en este planeta está despertando de su propio y programado largo sueño.

Las películas plantean tantos interrogantes sobre nuestra realidad grupal y la realidad individual; la mayor siendo,
"Quién tiene realmente el control, y qué, en todo caso, podemos hacer al respecto".
Los grupos indígenas del pasado entendieron esto y dentro del programa de su tiempo aprendieron todos los matices para protegerse de ser engañados y succionados por el agujero negro de almas perdidas y olvidadas, es decir, las ovejas, conducidas al matadero.

Ellos aprendieron a sobrevivir usando sus propios sentidos en lugar de hacerlo por el ruido de las instituciones exteriores que constantemente les decían cómo vivir, respirar, pensar, orar, y comportarse, para ajustarse a las rígidas costumbres sociales y leyes poco naturales.

Sin embargo,
•      ¿Quiénes son realmente los controladores?
•      ¿Es un gran señor, son muchos, es el gobierno, o es todo el sistema institucionalizado?
La Matrix es confusa para muchos, porque no sólo presenta un escenario que la mayoría de la gente no ha ni siquiera considerado alguna vez, y mucho menos entendido, pero que presenta una imagen que no es bonita, y crea miedo en aquellos que incluso podrían querer considerar su mensaje.

Exactamente ¿Qué es la Matrix?

Todos soñamos y algunos tenemos la suerte de recordar nuestros sueños.

Estamos programados por instituciones como la psiquiatría para ver nuestros sueños como preocupaciones, miedos, neurosis y a veces hasta psicosis. Pero los mayas y muchas culturas indígenas entienden mucho mejor que nuestros sueños son la clave de la realidad en lugar de al revés.

Nuestros sueños nos muestran un lado de la vida que todos vivimos, cuando nuestro ego ya no participa en el proceso del mantenimiento de lo físico. Ellos nos muestran lo que realmente está pasando desde un punto objetivo de perspectiva y también puede ser profética, ayudándonos a darnos cuenta de nuestro propio poder y de aquellas debilidades que deben superarse para vivir sin restricciones.

Por encima de todo, nos muestran cómo permanecer integrados en un mundo controlado y, a veces incluso nos muestran cómo romper a través de los límites que nos imponen los demás, y sobre todo nosotros mismos.

Los psiquiatras tradicionales nos quieren hacer pensar que estos sueños se nos manifiestan para mostrarnos exactamente lo contrario, de cómo tenemos que encontrar un medio para controlar nuestros impulsos y encajar en el sistema, en lugar de salir de él.
  

¿Cómo se vincula esto con La Matrix?

Si usted toma su realidad actual y sus sueños, y la transposición de ellos para que sus sueños son tu realidad y tu realidad el sueño o tal vez debería decir, "la pesadilla", de empezar a obtener la esencia del programa.

Si usted puede comprar esto, entonces usted está comenzando a comprender La Matrix.

Entonces usted comienza a preguntarse quién controla la situación entera de vigilia, manteniéndolo en un constante estado de amnesia para que no se de cuenta de que usted es un esclavo que camina, habla y alimenta a un sistema al que poco le importa su bienestar. Este sistema le está constantemente alimentado de basura acerca de valores familiares que lo contengan, y luego le lava el cerebro para que crea que hay un valor en luchar y morir y trabajar para tales causas como la libertad económica, la libertad, etc.

De hecho, estas acciones no nos liberan, sino que sólo nos atan aún más a un sistema que sólo beneficia a unos pocos, impidiéndonos la determinación de nuestros propios valores.
•      ¿Y dónde está la gente que nos alimenta de esta basura?
•      ¿Los ves en el frente, o en vez de esto sólo toman su dinero y su tiempo y luego corren, glorifican a todo lo que les ayudará en su búsqueda de poder a expensas suyas?
Ahora está empezando a comprender la Matrix...

La Matrix es en realidad una máquina, una máquina política, una máquina económica, una máquina social, una máquina religiosa, una máquina de la familia, y cualquier máquina que se alimenta de la gente, sin ellos saberlo.

La Matrix plantea cuestiones graves sobre la elección, el destino, el control y la naturaleza de Dios y la fe.
•      ¿Estamos entonces todos programados para hacer exactamente lo que hacemos y creer exactamente en lo que creemos?
•      ¿O hay unas pocas almas valientes por ahí que ven a través de la Matrix, hacen preguntas, entendiendo que hay un elemento de elección, destino, control y fe existente en el inconsciente colectivo e incluso en sí mismos?
•      Recuerde el viejo adagio hippie, "desafiar a la autoridad?"
•      ¿Cómo hemos llegado a esa conclusión?
•      ¿Fue el resultado de programación, o por medio de que algunos de nosotros elegimos expandir nuestras mentes y aprovechar el inconsciente colectivo?
•      ¿Fue la cultura de la droga un programa para despertarnos?
•      ¿Entiende por qué la iglesia y el gobierno tienen tanto miedo de aquellos que despiertan y hacen preguntas?
•      ¿Es de extrañarse que el alcohol, un depresivo, sea legal, y la marihuana, que es un estimulante que expande la mente en expansión sea ilegal?
•      Si somos un gran programa de ordenador universal, ¿podremos romper el código?
•      Si es así, ¿qué hay para nosotros?
•      Si rompemos el código, nos convertiremos en terroristas como nos quieren hacer creer nuestros gobiernos que somos, o héroes para aquellos de nosotros que podíamos ver a través del programa, sobre los pocos y poderosos y que luchamos contra ellos para obtener la libertad de elección?
•      Sin embargo, una vez roto, ¿cuáles son nuestras elecciones entonces y cual es nuestro destino?
•      ¿Hay un Dios que nos creó como parte de su imaginación para que podamos pensar que estamos viviendo, pero en vez de esto, somos su programa que el puede encender y apagar como le plazca?
•      ¿Hay aquellos en su favor que llevan a cabo su programa para los intereses de él y los suyos propios?
•      ¿Son sus intereses únicamente en su favor o son humanitarios?
•      ¿Nuestros legisladores y líderes religiosos realmente hacen leyes para protegernos o para proteger sus propios intereses?
•      ¿Son parte de la jerarquía programada de soldados de a pie y agentes que reciben un tratamiento especial para hacer esto?
Todos somos creación de Dios, quienquiera que sea Dios.

El Programa de Dios (God program) tiene muchos programas integrados que se manifiestan, algunos son útiles y otros se vuelven obsoletos.

No somos perfectos y nunca lo seremos, a pesar del programa de Dios, que en ocasiones trata de barrer con sus propias creaciones de la faz del planeta, ya sea en proporciones bíblicas o por medio de sus agentes. Una vez aquí, poco a poco mutamos para adaptarnos a nuestro nuevo ambiente.

Nuevos programas pudieran ser requeridos para controlar a los mutantes, y los programas, incluso pueden ser abortados si ya no tienen el efecto deseado. Sin embargo, algunos mutantes pueden convertirse en anomalías. Se adaptan, pero a veces no de acuerdo con el plan. Ellos se frustran, o se vuelven locos y ponen en peligro el statu quo.

Algunos programas pueden contener sus acciones, pero en última instancia, pierden el control, debido a las expectativas no-previstas, es decir, la falta de previsión en la programación.

Estas anomalías se las arreglan, de alguna manera, para aprovechar el código fuente de guía espiritual, algo así como los hippies de los años 60. Ellos son inspirados por el programa de ángel, el programa fantasma, el programa de OVNIS, o el programa de oráculo.

Como seres humanos, con dirección espiritual, aprendemos que debemos ir más allá de jugar por las reglas de otra gente, si queremos sobrevivir espiritualmente. Mientras mutamos físicamente a través del diseño evolutivo, para adaptarnos a nuestros entornos físicos, también tenemos la capacidad de cambiar nuestro destino y tomar nuestras propias decisiones, tomando de nuevo el control de nuestros pensamientos, creencias, y creatividad.

Creer en algo o alguien distinto a nosotros mismos nos mantiene prisioneros en La Matrix. Algunas personas sucumben al programa espiritual, y como con la mayoría de las religiones, renuncian a su libre albedrío, creyendo que una fuerza superior, que no entienden, tiene más poder que ellos.

Sin embargo, comprendiendo que cada uno tiene un papel en la creación de nuestro propio destino, si seguimos propia intuición y nuestro corazón, negándonos a jugar con las reglas o normas de otras personas u otros poderes superiores, es la clave para romper la cárcel de La Matrix.

Nunca puede haber un mundo perfecto si ese mundo es concebido sólo por uno y todos los demás se convierten en una parte del limitado y controlado diseño de esa persona. Todos somos "ese" cuando se trata de controlar nuestro propio destino. Y cuando nos damos cuenta de que todos somos "ese uno" y todos tenemos el mismo propósito de cumplir nuestros destinos individuales, todos nos convertimos en uno con los demás, levantando un nuevo nivel de conciencia que rompe con la vieja programación.

El programa de Dios de edición-limitada es muy probable que se aborte en un futuro próximo. Más ovejas están listas para despertar al darse cuenta de que algo está muy fuera-de-sincronización, lo que resultará en lograr descifrar el código cósmico.

Luego, un nuevo programa tomará el control dentro del programa de Dios.
•      ¿Podría ese ser el programa en el cual se espera que avancemos hacia un nuevo nivel de comprensión, el entendimiento de que, en última instancia, el que tiene el control es sólo "usted", y que las decisiones que tomamos deben ser de nuestra propia voluntad, y que nuestras opciones son las que en última instancia, crean nuestro destino?
•      ¿Tenemos suficiente fe en nosotros mismos para desentrañar y comprender nuestro codificado propósito?
No se moleste en pedir a las “autoridades” las respuestas, porque las autoridades no se lo dirán.

Tienen demasiado que perder y mucho que ganar manteniéndonos atrapados en una caja de seis lados, de visión limitada. Usted debe encontrar las respuestas dentro de usted mismo para liberarse.

Usted es su propio oráculo y el único objetivo de su oráculo es funcionar, no como un amo de esclavos, sino como una guía, que le mueve a nuevas dimensiones de conciencia


fuente:MayaMysterySchool

15.3.13

El Chico Artificial cap.4


de Bruce Sterling

capitulo III

Cuando recobré el conocimiento mi cuerpo era una masa de dolor. Con los dedos entumecidos, rebusqué en el bolsillo de mi cazadora de combate y saqué el esmufo. Me lo tragué antes de abrir los ojos. El dolor desapareció y me incorporé con cuidado.
No estaba en mi casa, lo cual me sorprendió. Generalmente, Quade me recoge y me cuida si he sido golpeado severamente. Pero Quade estaba secuestrada. Me percaté que estaba en un edificio abandonado con Santa Ana Dos Veces Nacida.
«¡No te muevas!», dijo Santa Ana asustada. «¡Quédate acostado! Has sido horriblemente golpeado, Mr. Chico.»
Suspiré. «Eso es evidente.» Aparté los delgados, sangrientos harapos de mi disfraz de carnaval y me examiné. Tenía un aspecto asqueroso. «Parece como si me hubieran roto la clavícula.» Exploré mi magullado cuerpo con las yemas de mis dedos. «No, está bien. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Qué estoy haciendo yo aquí? Debería estar en mi casa cómodamente atendido y no aquí. ¿Por qué permanezco en las ruinas?», la miré con suspicacia. «¿Me has traído aquí a propósito?»
«Te encontramos herido e inconsciente», dijo indignada. «¿Qué te supones?»
«¿Cuánto tiempo he estado sin sentido?» Caminé hacia el estrecho pasillo de entrada y miré al exterior. Examiné la posición de las estrellas. «Es más de medianoche. ¿Dónde está mi guardiana? Debería haber sido liberada ahora que los Clon han completado su traición.» Rebusqué en los bolsillos interiores de mi cazadora de combate. «Todavía tengo mi localizador. Ya debería haberme encontrado si hubiese estado en casa.» Encendí el localizador para ver si todavía mis seis cámaras seguían en funcionamiento. Así era. Me volví a Santa Ana. ¿Has visto a mi sirviente, Quade Altman?»
«Lo siento, pero no», dijo Santa Ana. «Te he estado ocultando aquí durante horas. Por favor, deje de caminar, Mr. Chico. Parece enfermo. ¡Sus poros están repletos de pequeños gusanos negros! ¡Se introducían por tus heridas! ¡Si no hubiese encontrado estas pinzas en sus bolsillos, jamás los hubiese podido quitar»
«¿Pequeños gusanos negros?», dije confuso. De pronto supe lo que había hecho. «¡Eran mis ácaros foliculares! ¡Estúpida fanática! ¡Esas cosas viven en las heridas! ¡Comen células muertas, bacterias! ¡Me va a llevar una eternidad curarme!» Me agarré la cabeza. «Es lo peor que me podrías haber hecho! ¡Estoy conteniéndome para no partirte la cara!» agarré mi precioso nunchako, pero me detuve cuando vi su reacción de inocente enfado. Coloqué el arma en su posición inicial alrededor del cuello. Me puse delante. «Eres una mujer muy rara, Santa Ana. No entiendes nada de este mundo mío. ¿Sabes el perjuicio que me has causado?»
«Intentaba ayudar, Mr. Chico. Podíamos haber salido corriendo pero no lo hicimos cuando vimos que lo estabas pasando mal. Lo siento, pero ¿cómo podría saberlo?»
«¿Acaso solicité vuestra intervención?», dije retórico, aunque no lo sentía así. Me había bajado los humos otra vez. «Y deja de llamarme Mr. Chico, maldición. Llámame Chico o Arti.» Rebusqué de nuevo en mi cazadora y cogí unos estimulantes de la bolsa de drogas. El combate había sido tan duro como temía. Puse la cabeza entre mis rodillas y respiré profundamente hasta que me despejé. «Bien. Así está mejor. Veamos cómo estoy.» Examiné una de las heridas de mi hombro, retirando una lámina colocada sobre la piel. «Al menos has tenido la buena idea de untar estas cosas con coagulante.»
«Vi cómo lo hacía con Mr. Spinney hace una semana.»
«Perdona mientras me desnudo.» Me quité las ropas de combate y examiné las heridas que ella no había tocado. Abrió los ojos. Reí sonoramente. «¡Menuda enfermera estás hecha! ¡Tengo suerte de estar vivo contigo al lado.»
La hice un gesto. «Ven, haz algo útil por lo menos. Ayúdame a ponerme en la piel un poco de crema.» Saqué mi bolsa con las cremas curativas. «Vamos, mi piel no va a quemarte las manos. Este aceite alimentará a los pobres ácaros que han sobrevivido a tu desaguisado. Úntamelo por la espalda. Yo lo haré con el resto de mi cuerpo.» Reí con un poco de histerismo. El estimulante me estaba haciendo efecto.
«Te va a costar mucho estimularme sexualmente, muñeca Santa. No hace falta que te lo diga para que lo veas por ti misma. Comparto tu asco por esa especie de grosero acoplamiento.» Embadurné todo mi cuerpo de crema. Por suerte, los ácaros se multiplicaron adecuadamente en las correctas condiciones y pudieron continuar con su curativa obra. Sobre el resto de las heridas abiertas puse una cinta transparente para la piel con ácaros especiales. Mi cuerpo estaba cubierto de sangre seca, incluso mis narices; había perdido mucha. Mi pelo plástico estaba pegajoso. Me sentía débil, pero probablemente era a causa del esmufo; además, el estimulante se haría cargo de eso. Me vestí de nuevo.
«Volvamos a casa», dije. «¿Dónde está tu estrambótico amigo?»
«En la Plaza», dijo Santa Ana. «Ha estado caminando entre las ruinas durante horas. Parecía estar hechizado. Le dije que era peligroso, pero no me hizo caso.»
«Es un tío muy raro», dije. «No entiendo esa historia suya de la amnesia. No es un fallo en el ordenador. Está demasiado aturdido. Me inclino por una historia de drogas o un trauma de suicidio.»
Ana asintió. «Le ha sucedido algo horrible. Todavía necesita mi ayuda.»
«¿Cómo le hallaste?»
«La primera vez le encontré por la mañana temprano. Miraba la actuación del ballet de Telset. Siempre me han gustado los bailes. Es un poco pervertido, para mi gusto, pero tendré que acostumbrarme si pienso quedarme en Telset.»
«Muy liberal por tu parte.»
«Había tenido algunos problemas porque no llevaba máscara. Me hallaba parada tranquilamente en el borde de la multitud. Un hombre —Mr. Whitcomb— se puso a mi lado. Me di cuenta de que tampoco llevaba máscara, así que le sonreí, y él dijo: "Me encantaría, jovencita, que pudiera responderme a una pregunta: ¿son humanos la mayoría de esta gente?" Esas fueron sus palabras exactas. Creí que era una broma, pero parecía muy serio. Señaló a un hombre cercano a nosotros que tenía ocho patas y juró que era un extraterrestre. Dijo que el hombre había tratado de arrancarse la cara.»
«Las piernas mecánicas son muy normales en cualquier carnaval», objeté. «En realidad, están de moda. Probablemente, el hombre pensó que Whitcomb llevaba una careta con barba postiza.»
«Nos intercambiamos los nombres, y entonces me dijo que si tenía algo para beber. Dijo que le daba miedo preguntar a los participantes por comida o agua. Le di un poco de zumo. Parecía horriblemente sediento. Entonces comenzó a preguntarme un montón de cosas raras: que si era yo un corporativo, que si el Consejo de Directores estaba todavía activo en Telset. Parecía un poco desconcertado. Pero era muy correcto. Incluso afectuoso.»
«Ha perdido el rumbo», afirmé. «Será mejor que lo llevemos a mi casa antes de que se recobre. Money Manies adora los pequeños misterios como éste. Nada le complace más.»
Nos escurrimos en silencio por la Plaza Cascajo, dejando atrás el escondite de Ana. Encontramos enseguida a Whitcomb, estaba sentado tranquilamente sobre los muros derruidos de una pared, mirando la titánica estatua.
«Bien, joven ciudadano», dijo Whitcomb al verme. «De nuevo arriba ¿no? Estás hecho de fibra resistente. Me encantaría que pudieras decirme si ésta es la famosísima estatua de...»
«Moses Moses», dije.
«Sí, me lo imaginaba», dijo. Sonrió y comenzó a caminar. «Estoy a tu servicio.»
Los edificios de la Zona Descriminalizada, incluido el mío, eran los más viejos de Reveria. La mayoría de ellos fueron abandonados sin pesar; su peculiar desolación hace que los modernos reverianos los desprecien. Prefieren las casas abiertas, limpias o barrocas, trabajadas con materiales no nativos; como Muchas Mansiones, por ejemplo. Los edificios de la Zona fueron construidos por zumbadores orbitales, empleando las mismas técnicas que habían estado de moda durante la larga década de la Explotación de la Estrella de la Mañana.
En primer lugar, la isla de Telset fue achicharrada con láseres orbitales hasta hacerla estéril. Después aterrizaron las vainas orbitales, cargadas con zumbadores y materiales brutos. Las operaciones estaban dirigidas con las mismas técnicas de explotación que habían enriquecido a la Corporación de Reveria. Su objetivo era construir una ciudad capaz de albergar a cincuenta mil reverianos, más o menos la población de un anillo.
El resultado fue tan poco atrayente que la mayoría de los reverianos, que llevaban viviendo más de un siglo en sus anillos y los habían convertido en un lugar agradable y cómodo, decidieron simplemente permanecer en ellos. Podían ver todo lo que querían de la superficie del planeta desde sus zumbadores, que habían sido provistos de una unidad inteligente central y habían alcanzado un gran desarrollo durante los largos y difíciles años de la explotación minera.
Nosotros los reverianos no tenemos competidores en el manejo de los zumbadores; «zumbador» significa uno cualquiera de los diferentes tipos de mecanismos autopropulsados, pilotados a distancia. Aprendimos este arte de la manera más dura, explotando la minería de la hostil y carente de aire Estrella de la Mañana por control remoto. Cuando conquistamos Revería, nos dedicamos a usar nuestras habilidades en cientos de cosas útiles, tales como las cámaras flotantes que hacen posible mi estilo de vida, y los ejércitos de robots computerizados cuyas granjas orbitales y factorías nos enriquecen.
Muchos de los pioneros reverianos se biocontaminizaron, a causa de que, extrañamente, los protozoos de Reveria estaban increíblemente desarrollados. La bacteria más típica, por ejemplo, podía tener tres formas distintas: esférica, en varillas y espiral. Había cantidades enormes, pero también las había en anillo, en anillos espirales, en T, en cruz. Las había visto en el microscopio del Profesor Crossbow.
Los viejos edificios de la Zona fueron construidos entonces. Tenían sólidas puertas, sistemas de ventilación independientes y una ausencia total de adornos y mampostería donde pudiese amontonarse el polvo. Las paredes eran gruesas, desnudas y reforzadas con vigas de hierro (de una sola pieza, gracias a las explotaciones mineras). Las junturas y paredes estaban selladas increíblemente bien con láminas interiores metálicas; si era destruido el edificio, esto era lo último que quedaba.
Toda esta incomunicación del exterior resultó innecesaria cuando la computadora reveló que si se introducían cuidadosamente en el cuerpo ochenta y dos especies diferentes de bacterias reverianas, éstas nos suministrarían las vitaminas necesarias y las funciones digestivas, de la misma manera que mataban cualquier otra bacteria intrusa. Montar todo este ecosistema bacteriano era un proceso difícil, pero, una vez conseguido, se probó que ni tomando drogas podía estropearse. Los reverianos abandonaron gradualmente sus viejas construcciones. Cuando, en el Día del Zorro, fue destruido el Edificio del Presidente y muchos otros, el viejo Telset llegó a su fin. En el antiguo Telset ahora resuenan los ecos entre estructuras vacías, deshabitadas, hedonistas, como flores de piedra.
Pero yo soy un artista del combate. Amo estos viejos edificios hechos con zumbadores. Son como fortalezas. Mi casa, por ejemplo, es como un castillo. Tiene tres pisos, uno de ellos bajo tierra. Está oculto de los demás, lo cual me agrada. Tengo un jardín oculto entre los tejados. Un patio con pérgola donde tomo el sol. Sólo posee una puerta, pero he excavado pequeños agujeros en las paredes a manera de ventanas con cristales de cuarzo y pesadas contraventanas que disponen de alarmas visuales. Tengo generador propio, un pozo y un reciclador. Incluso he reparado el viejo sistema de ventilación y reforzado la estructura para un hipotético ataque con gas.
Tengo el lugar totalmente aislado, y mi computadora se hace cargo de las alarmas. Me siento seguro ante cualquier ataque, y creo haber tomado todas las precauciones necesarias; incluso algunas más en homenaje a mi paranoico Viejo Papá.
Pero nunca han sido puestas a prueba, hasta ahora.
Olí a gas lacrimógeno a una manzana de la casa. Eché a correr a pesar de los crujidos de mis piernas, que en otras circunstancias habrían sido gritos de dolor.
La mayoría del gas se había dispersado en la brisa nocturna, pero mis ojos chorreaban lágrimas cuando llegué a la puerta. Había sido forzada. Tenía restos de yeso en los bordes.
Cerré los conductos ocultos que disparaban los botes de gas. Puse tres dedos en los botones de entrada a la casa y tecleé el código de entrada.
Armitrage estaba todavía dentro. Se levantó del sofá inmediatamente, pero dejó caer su barra cuando me vio. «¡Estás vivo!», dijo. «¡Maldición, estás hecho papilla! ¡Pero estás vivo!»
Whitcomb y Santa Ana llegaron; Armitrage alzó su barra. «Vienen conmigo, Armitrage», dije.
Armitrage cerró la puerta con la punta de su barra y abrió los brazos, mostrando su camiseta bordada y sus hermosas mangas verdes. «Arti, juro que te abrazaría si no estuvieras empapado en tu propia sangre. Veo que has sido salvajemente castigado, seguro que ha sido una disputa de sangre. He estado aquí sentado, convencido que tu preciosa persona descansaba en el vientre de alguna raya.»
«Difícilmente», repliqué. «¿Qué ha pasado aquí? ¿Dónde está Quade? ¿Quién ha intentado entrar en mi casa?»
«Una por una.» Armitrage levantó la mano y comenzó a contar con los dedos.
«Primero, un grupo de hombres con ropajes multicolores se presentaron en la Zona e incendiaron tu palanquín. Le arrojaron algún tipo de líquido. Ardió de inmediato. Eso es lo que dicen los testigos. Segundo, tu guardiana fue raptada por los Clon en mitad de la muchedumbre. Pronunciaron tu nombre mientras se la llevaban. Así te cogieron, ¿verdad? Reconozco los impactos de sus cadenas.»
Levanté la mano. «Me avisaste. Lo reconozco. Me avisaste.»
«Tercero, alguien intentó entrar en tu casa, pero las alarmas me avisaron, despertándome de un profundo sueño. No hay más respuestas. Llegué tan pronto como pude pero no conseguí ver a nadie. En cierta manera, no pude ver nada a causa de tus malditos gases lacrimógenos.»
«Lo siento, Trage».
«Está bien», dijo. «De cualquier forma, te mentí en lo de profundamente dormido. Estaba aburrido.»
«¿Cuánto hace que estás aquí?»
«Más o menos una hora y media. Ha sido una pelma. Tu Viejo Papá ha estado yendo y viniendo de aquí para allá.»
«Sí, siempre lo hace cuando salta el sistema de alarma», aclaré. «Incluso durante los entrenamientos. Mierda, esperaba encontrar a Quade aquí. ¡En lugar de eso, soy atacado en todos los frentes! ¡Es una crisis!», dudé. «Podéis conversar entre los tres mientras me limpio las heridas y me doy un baño caliente. Armitrage, te presento a mis amigos, Santa Ana y Mr. Whitcomb. Ya sabes dónde está todo... bebidas, drogas, aperitivos, vídeos...» Me quedé quieto en el umbral mientras mi Viejo Papá paseaba alerta por la habitación, mirando a todos lados con ojos duros y relampagueantes. «¡Estamos siendo atacados, no es hora de absurdas medidas!», bramó.
«¡Bien!», exclamé. «Santa Ana, Mr. Whitcomb: mi padre, Rominuald Tanglin. Papá, entretenlos un poco ¿quieres?» Me mofé cuando vi que Santa Ana se ponía blanca y se agarraba al borde del sofá en busca de apoyo.
Dejé la habitación y subí al baño, vaciando la bañera una y otra vez hasta que el agua dejó de manar roja de sangre. Me lavé el pelo, me puse vendas nuevas y examiné las heridas que ahora bullían de ácaros. Me cosí temporalmente las heridas más grandes. Después me vestí con mis ropas de combate de repuesto y me calcé unas cómodas zapatillas. Volví con mis amigos.
Armitrage hablaba con Santa Ana, que miraba sin cesar el holograma de Tanglin. Whitcomb permanecía en una esquina escuchando las palabras grabadas de Tanglin y con un vaso en la mano. De pronto me di cuenta que Whitcomb creía que Tanglin era real.
«Ya estoy preparado para entrar en acción», dije enérgicamente. Ana parecía asombrada. «El estilo es un arma», expliqué. «No permito nunca que mis enemigos se burlen de mi estilo. Sería como tener dos tercios ya perdidos. Al menos, eso es lo que mi Viejo Papá me dice siempre, ¿no es así, viejo?» Me acerqué al holograma y puse mi mano en su torso. Desapareció. Whitcomb abrió los ojos.
«Ana me ha dicho de qué forma fuiste traicionado por Cerebro», dijo Armitrage. «Vamos a tu habitación un momento para discutir una estrategia.»
«De acuerdo», contesté. Dejamos a Santa Ana y Whitcomb y nos metimos en el cuarto de vídeos que estaba insonorizado. Armitrage cerró la puerta.
«¿Quiénes son esos dos tíos?», preguntó.
«¿Quieres decir Santa Ana y Whitcomb? Son inofensivos.» Reí. «Los dos están bordeando la línea entre la locura y la realidad. Ana de Niwlind y Whitcomb... no tengo ni idea de dónde es. Pero me gusta. ¿A ti no?»
«Me gusta la mujer», dijo Armitrage. «¿Qué tiene que ver con tu Viejo Papá?»
«Le conoció en Niwlind. Era su ídolo, o algo así. ¿Piensas realmente que es atractiva, Trage?»
«Cualquiera que lleve esas ropas y que luzca tan bien es algo más que atractiva», replicó. «Es una rompecorazones. Incluso un ciego envidiaría la forma en que miraba a Tanglin. Y en cuanto a ese hombre... Whitcomb, presiento que está detrás de todos tus problemas.»
«¿El? ¿Crees que es Rojo? ¿Qué motivo puede tener? Nunca le había visto antes.»
«¿Estás seguro. Chico? Me parece alguien familiar. Estoy por jurar que le he visto en algún vídeo.»
«Bueno... al menos está donde puede ser vigilado. Esto ha ido demasiado lejos. Me siento mejor, bastante herido como para estar un poco dramático, pero no derrotado. Voy a llamar a Money Manies y a Factor Escalofrío. Intentaré que algunos de los del Grupo se me unan para enfrentarme a Rojo. Manies se encargará de darnos dinero, así podré enfrentarme a Rojo en idénticas condiciones.»
«Déjalo de mi cuenta», afirmó Armitrage. «Va a ser el mayor acontecimiento artístico del año. Necesitarás mi ayuda.»
«¿Eres barato?»
«No, pero puedes confiar en mí.»
«Algo es algo.» Volvimos al cuarto de estar y encendí el comunicador. Intenté llamar a Manies. Había mucha estática, pero al final apareció una imagen.
Era un arco iris circular, envolviendo un mazo de seis flechas.
«¿Qué demonios es eso?», dijo Armitrage. «Parece una carta de ajuste.»
Seleccioné otros canales. «Está en todas partes», dije asombrado. «¡Alguien ha manipulado mi instalación eléctrica! ¡Es un insulto! ¡Maldición, no puedo creer que ningún reveriano haya caído tan bajo!» Miré sospechosamente a Whitcomb, pero parecía tan confundido como nosotros.
«Bien, esto prende la llama», dije. «Ahora mismo voy a ir a Muchas Mansiones a hablarle de tú a tú a mi patrón.» Mi pelo se había erizado; miré fieramente a mis compañeros.
«Iré contigo», dijo Armitrage. «Estos dos pueden quedarse a salvo aquí.» Abrió la puerta.
Había cuatro hombres y una mujer en una callejuela cercana. Los hombres llevaban unas máscaras simples ceñidas a los ojos y vestían unos sencillos bodis. Uno iba de rojo, otro de amarillo, otro de naranja y otro de azul. La mujer era Quade Altman. Estaba amordazada. Dos de los hombres la sujetaban por los brazos.
«Esos deben ser los que quemaron el palanquín», dijo tranquilamente Armitrage. Cerró la puerta.
«Y tienen como rehén a mi sirvienta», dije. «Armitrage, ¿sabes dónde está mi rifle? Siempre has sido mejor tirador que yo.»
«No voy a dispararles», protestó. «¡No es legal!»
«¡No he dicho eso! ¡Simplemente sube al tejado y vigila mientras yo salgo a ver qué quieren!»
Armitrage asintió. «Deja que les hable», dijo Ana. «Seré tu mediador; no van a herirme.»
La miré fríamente. «¡Si tratas de entrometerte de nuevo voy a rasgarte los pechos! ¡Siéntate de nuevo y cierra el pico!»
Dejé la puerta entreabierta y mandé dos de mis cámaras fuera. «¿Cómo preferís degustar mi gas lacrimógeno, bellacos descarriados?»
La figura roja se puso un megáfono en los labios. «No pretendas irritarnos más», dijo, mientras los ecos se perdían en la soledad de la noche como las voces de un dios. «La resistencia es inútil. ¡El poder de todo el planeta está tras nosotros!»
Retrocedí mientras los demás miraban al exterior. «¿De qué está hablando? ¿Acaso estoy tratando con un megalómano loco?»
«¿Por qué están vestidos así?», preguntó Whitcomb. «Rojo, naranja, amarillo y azul. ¿No son un poco feos esos colores tan brillantes?»
Santa Ana dijo: «Mr. Nimrod nos dijo que a los miembros de Cabal se los distinguía por los colores. ¿Recuerdas, Mr. Chico?»
«Recuerdo», asentí. «Pero ¿qué demonios quiere Cabal de mí? No soy un político. Ni tan siquiera rico, con respecto a los cánones de los plutócratas.»
«No debes gustarles mucho», dijo Santa Ana. «Después de todo, los calificaste como una banda de asesinos sangrientos. Dijiste que eran como una espina en la garganta de la cultura humana.»
«No dije nada de eso», repliqué. «Era a la Academia a la que insultaba, no a Cabal. ¡Espera! ¡La Academia!» Me apreté la cabeza y sentí una punzada de dolor; era el momento de tomar un poco más de esmufo.
Salí de nuevo. «¡Eh, vosotros! ¡El vejestorio impotente de colorado! ¡Te ofrezco dos posibilidades! Deja en paz a mi sirvienta y podrás irte; o dime tu nombre para poder retarte de acuerdo a las normas.»
«No estás en posición de exigir nada», dijo la voz suave y amplificada. «Sin embargo, ya que tus malos modos han sido apropiadamente castigados, estamos dispuestos a ser magnánimos. ¡Nos conformaremos con que nos des el anciano de negro que está contigo a cambio de tu sirvienta!»
«Ya me suponía que iba a pasar algo así», dijo Whitcomb tranquilamente.
«¡No me fío!», grité. «Una explosión atraerá a todos los artistas de la Zona. ¡Ellos se encargarán de haceros trizas!»
«¡Testarudo Chico! ¡Nos fuerzas a esto!» Rojo levantó la mano y arrancó de golpe la mordaza de la boca de Quade. De pronto, un callado y horrible lamento surgió de su garganta. Era impronunciable, impensable, como el grito de un animal. Nunca había oído tal sonido de dolor. La furia se apoderó de mi. Salté el umbral de la puerta y corrí hacia ellos, gruñendo.
De repente, como venida de ningún sitio, el hombre de azul sacó una pistola. Ni tan siquiera la había visto. Fue una suerte que cayese por culpa de mi rodilla herida; en ese momento se escuchó una detonación tras de mí, en la puerta, que hizo que ésta se abriese un poco más.
Mis enemigos decidieron atacar en ese momento. Armitrage disparó al hombre de azul, que sujetaba a Quade por su brazo izquierdo; cayó al suelo gritando y los demás se dispersaron mientras pedía ayuda. Me puse de nuevo en pie y agarré a Quade por el brazo mientras gritaba asustada, arrastrándola dentro de la casa. Se oyó otro disparo efectuado desde el tejado e inmediatamente un segundo grito.
Una vez dentro de la casa, Quade perdió el habla y comenzó a estremecerse convulsivamente. La mirada atormentada que revelaban sus abiertos ojos me llenó de una furia salvaje. Me arrojé por la puerta y cogí mi nunchako, dispuesto a matar a alguno de los hombres embozados, pero ya se habían dispersado por entre los recovecos de la Zona. Volví dentro, dando un portazo, mientras gruñía lleno de rabia y furor.
Armitrage bajó saltando los escalones, bailando de alegría. «¿No fue un buen tiro?» Se desprendió del rifle y abrazó a Quade. «¡Eres libre, mi preciosa amiga! Sonríe, no llores de alegría...» Su voz decayó; la soltó de pronto, como si hubiese estado abrazando un cuerpo vacío. «¡Por Dios, mira su cabeza! ¡Mira sus brazos y sus piernas!»
Con esfuerzo, conseguimos reclinar a Quade en el sofá. Tenía media docena de pinchazos en su cuero cabelludo y unas feas marcas rojas en sus brazos y piernas. «Son marcas de quemaduras», dije estúpidamente. «Dios mío, ha sido torturada.» La sacudí suavemente. «¿Quién puede ser capaz de hacerte esto, mi pequeña inocente?»
Algo en el tono de mi voz pareció impactarla. Abrió los ojos, mostrando las pupilas blancas con un toque amarillo, y volvió a gritar. Entonces entró en trance, perdiendo toda coordinación. Armitrage y yo la sujetamos, administrándole un poco de esmufo en la boca. Pronto dejó de gritar.
«Debe estar bajo los efectos de un shock», dije.
Armitrage negó con la cabeza. «Me temo que no, Arti. Mírala a los ojos. ¿Qué piensas?»
«¿Te refieres al color amarillento? A veces. No sé por qué.»
«Yo sí. Es una adicta a la sincofina y está bajo el síndrome de abstinencia . No sé dónde puede conseguirla. Ya no se vende. Debe haber encontrado algún tipo de sustitutivo, pero ahora está con el síndrome.»
«¿Por qué no le preguntamos dónde guarda la droga y le damos un poco?»
«Mira. Mira estos pinchazos en su cuero cabelludo. La han quitado la memoria. Estás frente a otra persona.»
«¡Pero eso es un asesinato!» Estreché el desgarbado cuerpo de Quade con mis brazos; era como una tabla. Las lágrimas impregnaron mis ojos. «¡Prometí protegerla! Le di un hogar. ¡Era mía! ¿Cómo han podido quitármela? ¡Afrenta de sangre! ¡Eso es! ¡Declaro una afrenta de sangre! ¡Profesor Angélico, considérate hombre muerto!»
Ana me miró, asustada, mientras acunaba la cabeza de Quade. «¿Profesor Angélico?»
«Sí», grité excitado. «Estoy seguro que era el que iba de rojo. Reconocí su voz y la manera de moverse. Voy a matarle. ¿Me ayudas, Armitrage?»
«Claro. ¿Quién es?» Después de contarle todo, Armitrage dijo: «¿Si no pertenece a Cabal, de dónde sacó esos sujetos que le acompañaban? Esos hombres no tienen pinta de trabajar por la cara. Sin embargo, Cabal está cargado de dinero. Al menos deben estar a su cargo, de otra forma no llevarían esa librea. No me gusta, Chico. No me importaría devanarle los sesos al Profesor, donde quiera que esté. Pero el gobierno planetario... esos están un poco por encima de las peleas con palos y cadenas. Volaron el Edificio del Presidente. Asesinaron a los miembros de Consejo de Directores. Asesinaron a Moses Moses.»
Whitcomb preguntó: «¿Es Cabal el gobierno del planeta?» Asentimos, asombrados de su ignorancia. «¿Asesinaron a Moses Moses?» Asentimos otra vez. «Todo esto es nuevo para mí», respondió Whitcomb. «Yo soy Moses Moses.»
Moses Moses aprovechó nuestro atónito silencio para explicarse. Su adornado ataúd gritante del Edificio del Presidente contenía un doble; el previsor Moses había escondido su verdadero ataúd gritante en un santuario secreto bajo el edificio, fuertemente armado y automatizado. Precisamente en el día de hoy, la fecha señalada, había vuelto a la vida, se había vestido por sí solo y caminado entre los escombros. Esto explicaba la senda despejada que había en la base de la estatua. «Fue una suerte que no construyeran la estatua veinte pasos más allá», dijo.
«¿Eres Moses Moses?», dije al fin. «Siempre había imaginado que sería un poco más... grande. Más mítico, o algo así.»
«Lo siento, pero sólo soy carne y sangre», dijo Moses Moses con una sonrisa. «Esperaba un mundo diferente cuando despertase, pero te aseguro que jamás me imaginé uno como éste. Pensaba que al menos alguien iba a recibirme. Nunca supuse que el centro de mi ciudad sería un montón de escombros.» Suspiró. «Es horrible. No reconozco nada. Y, sin embargo, posiblemente yo sea reconocido. He sido filmado por las cámaras de los hombres que te golpearon, Chico Artificial. Su jefe debe haberme reconocido. Debe haber intentado encontrarme por mediación tuya, incluso ha torturado a tu guardiana, tratando de sacarle información de las defensas de tu casa. Pero debe haberte sido fiel. De otra manera estaríamos muertos, estoy seguro. No tienen escrúpulos. No te quepa duda que estarán aguardándonos para liquidarnos.»
«Sí», afirmé. «Cabal no puede permitir que vivas. Debes ser el fantasma que menos quisieran ver. Eres un héroe, el Fundador de la Corporación. Maldita sea, en Revería eres la cosa más parecida a un dios.»
«Creo que me resultas familiar», afirmó Armitrage pensativo. «Perdona, pero... bien... ¿puedo estrecharte la mano? Siempre has sido mi ídolo.» Se estrecharon las manos con solemnidad. Armitrage se miró la palma como si esperase ver relucir una especie de aura. «Guau», gritó. «Es realmente un privilegio inesperado.»
Excepto la pobre Quade, todos estrechamos su mano. El viejo ritual nos hizo sentir mejor.
«Deberíamos irnos», dijo Armitrage. «Van a volver, y nos matarán, o nos lavarán el cerebro, si nos encuentran. Esos aparatos lavacerebros portátiles son horrorosos. Ya visteis lo que le han hecho a Quade. Cabal protege sus secretos.»
«Sí, pero debemos dejar a Quade al cuidado de alguien», respondí. Miré a Armitrage. «Eres el único de nosotros que todavía no han visto. Lleva a Quade a Conocimiento Disonante. Factor Escalofrío se encargará de ella. Además, es el único en el que puedo confiar.»
«¿Cuánto debo decirle?», preguntó Armitrage.
Fruncí el ceño. «Lo dejo de tu criterio. Voy a ir con estos dos a la casa de Money Manies. Es la única persona que conozco que puede luchar contra Cabal con los mismos medios.» Miré a Santa Ana. «Es nuestra única esperanza. Ahora que hemos visto a Moses Moses, nuestras vidas están en juego, no podemos hacer más.»
«Pero el Profesor Angélico insinuó que el mismo Manies era pro-Cabal.» Objetó Santa Ana. «¿Por qué no salimos a las calles y anunciamos simplemente que Moses Moses ha vuelto de nuevo? Pronto tendremos una multitud de seguidores a nuestro alrededor y entre todos resolveremos qué es lo que hay que hacer. Además, tenemos la verdad de nuestra parte. Cabal son unos usurpadores. No debemos escondernos en la oscuridad como ellos. Debemos hacernos ver.»
«Tal vez, pero no en mitad de la Zona Descriminalizada», objeté. «Están armados y pueden tener explosivos. Además, debemos proclamarlo al mundo entero, y no a un pequeño grupo. De otra manera, nos matarían y afirmarían que la Segunda Venida era una patraña. Necesitamos una película de vídeo, proyectarla para seis millones de reverianos a la vez. De esta forma no podrían pararnos. Money Manies puede ayudarnos. El tiene acceso a más canales que cualquier otro reveriano de Telset. Necesitamos su ayuda, o no sobreviviremos. Armitrage, sube al desván y consíguenos infrarrojos mientras examino a Quade. Coge también todo mi esmufo. Ya sabes dónde lo guardo.»
Me hubiese gustado llevarme el rifle, pero habría sido una causa más para llamar la atención. De cualquier forma, aún tenía mi nunchako. Mis brazos y piernas estaban entumecidos, de color púrpura y azul y cubiertas de ácaros. Ardían si las tocabas. El cuerpo tenía sus propios mecanismos de defensa y necesitaba que lo dejasen descansar. Pero no había tiempo.
Mientras me ocupaba de Quade, Santa Ana y Armitrage ponían al corriente a Moses Moses de lo que había ocurrido durante los últimos cuatrocientos veinticinco años, una charla que, evidentemente, iba a llevarles un montón de tiempo. Gesticulaban excitados, sacudían la cabeza y las manos, y se interrumpían constantemente. Todos tenían infrarrojos. Ana y Moses Moses se habían puesto un par de mis gafas para fiestas de noche, con frívolos adornos que les sentaban realmente mal. Armitrage sujetaba a Quade por el brazo; era alto y la punta de su cabeza le llegaba casi hasta el hombro de ella. Me puse mis gafas y, de inmediato, todo se tornó blanco, negro y reluciente. «¿Listos?», dije. Nos pusimos en marcha.

9.3.13

¿Es Yahvé un Annunaki?

por Jan Erik Sigdell

Cuando no se indique lo contrario, este artículo está basado en los textos más extensos en mi libro en lengua alemana  ‘Comenzó en Babilonia - Es begann in Babylon ".[1]

 ¿Quién es Yahvé?

Su nombre se escribe realmente con sólo las consonantes YHWH.
En el hebreo escrito, las vocales son, en todo son escritas, marcadas con signos diacríticos (signos adicionales), que o nunca, o sólo rara vez se hace con YHWH. La razón puede ser que, según la antigua tradición, su nombre no debe ser pronunciado. Uno, por ello habla de él de maneras indirectas, como Adonay = "El Señor".
Por esta razón, los signos vocálicos de ADNY son también utilizados para YHWH.
En realidad, esto llevaría a Yahowah, pero se convirtió en Yehowah. ¿Por qué? Una razón de la "e" podría ser que Yehu es un nombre alternativo para él (y, aparentemente, uno que puede ser pronunciado).
La pronunciación más correcta, sin embargo, sería Yahvé. Un antiguo texto y descubrimientos de inscripciones[2] muestran que la arcaica religión hebrea conocía a un dios supremo ’El ’Elyon (el signo ' es, en transliteraciones, utilizado para la letra hebrea ’aleph y ‘ para la letra ‘ayin), quien tenía 70 hijos. Uno de sus hijos era Yahvé, que tenía una consorte 'Ashera, es decir, una diosa. Su nombre es mencionado algunas 40 veces en el Antiguo Testamento, pero casi siempre es traducido como "bosque" o "árbol".
Esto se debe a su símbolo es un árbol o poste de madera en posición vertical. Así que cuando el Antiguo Testamento dice que está prohibido plantar un árbol en el altar de Yahvé, realmente significa que está prohibido colocar un símbolo de ’Asera allí (Deut. 16:21 - y qué sentido tendría de otro modo prohibir la siembra un árbol de allí?).
¿Yahvé incluso la rechazó?
El dios verdadero creador, el creador principal, por tanto, no era Yahvé, sino que ’El ’Elyon. Él, evidentemente, ha creado una serie de dioses secundarios como su "hijos" - mejor dicho: deidades - de las cuales Yahvé es una (y, por supuesto, también la hija ’Asherah).
Por lo tanto, Yahvé no es el principal creador, él quisiera hacernos creer que sería él, a pesar de que ha producido también ciertas creaciones. Reconocemos un paralelo notable a la historia sumeria de la creación, el Enûma Elish (yo aquí utilizo la notación "sumeria" en general, sin dividir los textos en una forma etnológica más exacta como "sumeria", "Acadia", "asiria", etc.)
Esto nos habla de una pareja de creadores primordiales, Apsu y Ti'âmat (quiénes nosotros, en cierto modo, también podríamos considerar como el lado masculino y femenino del creador primordial, respectivamente.), que crearon una serie de deidades, desde donde surgieron más razas deidades. Una de esas razas de deidades es la de los Anunnaki (llamados así porque su gobernante y líder tiene el nombre de Anu).
Ellos se separaron de los 2 creadores principales y quisieron vivir y actuar sin ellos. El Enûma Elish habla de un asesinato de los dioses más altos. Se dice que los Anunnaki mataron primero a Apsû y luego Ti'âmat!
¿Es posible matar a los creadores primordiales? ¡Por supuesto que no!
Esto sólo es símbolo de que se alejaron de ellos y no querían tener nada que ver con ellos, como si estuvieran muertos - esa fue la caída, la caída desde la luz divina hacia una relativa oscuridad. Por lo tanto, los Anunnaki son deidades caídas. El que se dice que asesinó a Ti'âmat es Marduk, quien también se convirtió en el señor de la Tierra.
Los Anunnaki bajo su gobierno, crearon nuevos seres humanos en nuestro planeta, por medio de la manipulación genética, y de ellos surgió la humanidad de hoy en día.