27.10.12

A “La Púa”


de  Oliverio Girondo


Ningún prejuicio más ridículo que el prejuicio de lo SUBLIME



Cenáculo fraternal, con la certidumbre reconfortante de que, en nuestra calidad de latinoamericanos, poseemos el mejor estómago del mundo, un estómago ecléctico, libérrimo, capaz de digerir, y de digerir bien, tanto unos arenques septentrionales o un kouskous oriental, como una becasina cocinada en la llama o uno de esos chorizos épicos de Castilla,



Oliverio


CARTA ABIERTA(1)

A “LA PÚA

  

Señor don Evar Méndez.

Querido Evar: Un libro —y sobre todo un libro de poemas— debe justificarse por sí mismo, sin prólogos que lo defiendan o lo expliquen.

Tú insistes, sin embargo, en la necesidad de que lleve uno la presente edición.

Eludo y condesciendo a tu pedido, apuntándote la carta que envié a “La Puá”, desde París; carta cuyo ingenuo escepticismo podrá, actualmente, hacernos sonreír, pero que tiene, al menos, la ventaja de haber sido escrita contemporáneamente a la publicación de mis 20 poemas.

Te abraza

O.G.







¡Qué quieren ustedes!... A veces los nervios se destemplan... Se pierde el coraje de continuar sin hacer nada... ¡Cansancio de nunca estar cansado! Y se encuentran ritmos al bajar la escalera, poemas tirados en medio de la calle, poemas que uno recoge como quien junta puchos en la vereda.
Lo que sucede entonces es siniestro. El pasatiempo se transforma en oficio. Sentimos pudores de preñez. Nos ruborizamos si alguien nos mira la cabeza. Y lo que es más terrible aún, sin que nos demos cuenta, el oficio termina por interesarnos y es inútil que nos digamos: “Yo no quiero optar, porque optar es osificarse. Yo no quiero tener una 
actitud, porque todas las actitudes son estúpidas... hasta aquella de no tener ninguna”...

Irremediablemente terminamos por escribir: Veinte poemas para ser leídos en el tranvía.

¿Voluptuosidad de humillarnos ante nuestros propios ojos? ¿Encariñamiento con lo que despreciamos? No lo sé. El hecho es que en lugar de decidir su cremación, condescendemos en enterrar el manuscrito en un cajón de nuestro escritorio, hasta que un buen día, cuando menos podíamos preverlo, comienzan a salir interrogantes por el ojo de la cerradura.

¿Un éxito eventual sería capaz de convencernos de nuestra mediocridad? ¿No tendremos una dosis suficiente de estupidez, como para ser admirados?... Hasta que uno contesta a la insinuación de algún amigo: “¿Para qué publicar? Ustedes no lo necesitan para estimarme, los demás...”, pero como el amigo resulta ser apocalíptico e inexorable, nos replica: “Porque es necesario declararle como tú le has declarado la guerra a la levita, que en nuestro país lleva a todas partes; a la levita con que se escribe en España, cuando no se escribe de golilla, de sotana o en mangas de camisa. Porque es imprescindible tener fe, como tú tienes fe, en nuestra fonética, desde que fuimos nosotros, los americanos, quienes hemos oxigenado el castellano, haciéndolo un idioma respirable, un idioma que puede usarse cotidianamente y escribirse de «americana», con la «americana» nuestra de todos los días...” Y yo me ruborizo un poco al pensar que acaso tenga fe en nuestra fonética y que nuestra fonética acaso sea tan mal educada como para tener siempre razón... y me quedo pensado en nuestra patria que tiene la imparcialidad de un cuarto de hotel, y me ruborizo un poco al constatar lo difícil que es apegarse a los cuartos de hotel.
¿Publicar? ¿Publicar cuando hasta los mejores publican 1.071% veces más de lo que debieran publicar?... Yo no tengo, ni deseo tener, sangre de estatua. Yo no pretendo sufrir la humillación de los gorriones. Yo no aspiro a que me babeen la tumba de lugares comunes, ya que lo único realmente interesante es el mecanismo de sentir y de pensar. ¡Prueba de existencia!
Lo cotidiano, sin embargo, ¿no es una manifestación admirable y modesta de lo absurdo? Y cortar las amarras lógicas, ¿no implica la única y verdadera posibilidad de aventura? ¿Por qué no ser pueriles, ya que sentimos el cansancio de repetir los gestos de los que hace 70 siglos están bajo la tierra? Y ¿cuál sería la razón de no admitir cualquier probabilidad de rejuvenecimiento? ¿No podríamos atribuirle, por ejemplo, todas las responsabilidades a un fetiche perfecto y omnisciente, y tener fe en la plegaria o en la blasfemia, en el albur de un aburrimiento paradisíaco o en la voluptuosidad de condenarnos? ¿Qué nos impediría usar de las virtudes y de los vicios como si fueran ropa limpia, convenir en que el amor no es un narcótico para el uso exclusivo de los imbéciles y ser capaces de pasar junto a la felicidad haciéndonos los distraídos?
Yo, al menos, en mi simpatía por lo contradictorio —sinónimo de vida— no renuncio ni a mi derecho de renunciar, y tiro mis Veinte poemas, como una piedra, sonriendo ante la inutilidad de mi gesto.


NOTAS

(1) Buenos Aires, agosto 31 de 1925.

23.10.12

La Realidad Holográfica - La Mente Universal No Localizada

por Brian Steensma 


El principal propósito de este texto es explorar los conceptos de mente y universo en el contexto del nuevo paradigma de cambio de la conciencia humana. El origen del título viene dado por lo fácil que es entender las conexiones que se van a hacer entre la teoría cuántica, la no localización, el teorema de Bell y los hologramas. Su objetivo es abrir nuevas vías a la comprensión de lo relativo a la interconexión entre todas las cosas en el sentido más amplio posible. Utilizando nuevos trabajos científicos acerca de la no localización y la holodinámica, seremos capaces de quebrar la aparente separatividad que impregna las observaciones experimentales humanas. Los conceptos clave incluirán la idea de que cada parte de cualquier cosa contiene en esencia al todo, y de que cualquier cosa está embebida en los niveles subyacentes de interconexión.

 “El teorema de Bell demuestra que cualquier modelo de realidad, ya sea ordinario o contextual, debe estar conectado con influencias que no respetan el límite de la velocidad óptica. Si el teorema de Bell es válido, vivimos en una realidad superluminal (que rebasa la velocidad de la luz). El descubrimiento de Bell de la necesaria no-localización de la realidad profunda es el logro más importante en la investigación de la realidad desde la formulación de la teoría cuántica.”
 -Nick Herbert en Reality Quantum

 Nosotros experimentamos la realidad material en forma de objetos separados. Sin embargo, la física moderna está desarrollando un entendimiento conceptual del universo físico como un todo interconectado. Estos nuevos puntos de vista científicos, que se refieren a la naturaleza de la realidad en relación con la teoría cuántica, están empezando a producir una nueva comprensión en la que nada está separado de ninguna otra cosa. Estamos empezando a encontrarnos con que, pese a que esta separación entre objetos materiales se experimente como algo real, definitivamente no lo es.
  

Cristalizaciones Cuánticas de la Mente Universal No localizada

 Empezaremos con un error de concepto clásico, remitiéndonos al supuesto fundamental de la física newtoniana. En un sentido muy general, se creía que la ciencia iba a poder ser utilizada para levantar el velo de la ignorancia humana al objeto de revelar la realidad final, que sería algo externo. Se presuponía que los objetos físicos estaban separados unos de otros. También se consideraba que los objetos tenían una existencia separada del espacio. El clásico error de concepto acerca de la relación entre la realidad física y el espacio es que considera que dicha relación es análoga a la que se establece entre las bolas de una mesa de billar. El comportamiento de la realidad física fue descrito como las interacciones entre las bolas de billar. La propia mesa era considerada como algo completamente separado de lo que ocurriese en ella. De esta manera, la física clásica consideraba al espacio exclusivamente como un terreno de juego en el que tenían lugar las interacciones entre los objetos físicos.

 Con la llegada de la teoría de la relatividad de Einstein, se tomaron en consideración nuevas relaciones. Específicamente, se observó que la realidad física era inseparable de la estructura espacial. En la física relativista, la realidad material todavía se describía en términos de objetos existentes de manera separada que interactuaban como bolas de billar. Sin embargo, ya se hizo una conexión entre la estructura de las bolas de billar y la de la mesa en la que se jugaba. Finalmente el tiempo y el espacio, que previamente eran considerados como mutuamente independientes, pasaron a ser considerados relativos o mutuamente relacionados a través de la estructura espacial subyacente del continuo espacio-tiempo.

 No pasó mucho tiempo desde el descubrimiento de Einstein acerca de la interconectividad entre espacio y tiempo para que comenzara a surgir una nueva ciencia a la que llamamos física cuántica. Esta extraña ciencia nueva, con la que los físicos se encontraban cuando examinaban con una profundidad cada vez mayor la estructura del átomo, reveló una realidad que era cualquier cosa excepto coherente con el sentido común. Con esto quiero decir que las predicciones que realiza esta teoría acerca de la naturaleza de la realidad no se corresponden con nuestra percepción sensorial corriente de la realidad física. Sin embargo, la teoría cuántica es el método más preciso que tienen los físicos para predecir el comportamiento de la realidad física.

 Un rasgo sorprendente del modelo cuántico es que en él los electrones, al igual que otras partículas subatómicas, en realidad no son objetos en absoluto. Además, un electrón puede manifestarse tanto en forma de onda como de partícula. Es posible excitar un electrón en una pantalla para que revele un diminuto punto de luz, lo que revela claramente el lado de su naturaleza afín a la partícula. Sin embargo, el electrón también puede comportarse como una nube difusa de energía. Si se lo estimula frente a una barrera en la que se hayan practicado dos aberturas, el electrón podrá salir por ambas de manera simultánea (1).

 Una interpretación popular de la evidencia propone que el electrón se manifiesta como partícula sólo cuando está siendo observado. Por ejemplo, cuando un electrón no está siendo observado, los hallazgos experimentales sugieren que siempre es una onda. En otra interpretación ligeramente diferente, es el método de observación lo que determina qué aspecto de la naturaleza de los electrones se manifestará. Teóricamente, podría decirse que lo que experimentamos como realidad física no existe en un estado definido o definitivo previo al acto de observación. De manera similar, el propio acto de la observación es el que define de alguna manera el estado de la realidad física. Esta línea de pensamiento representa una ruptura radical con la física clásica dado que para ésta no queda ninguna otra realidad externa que debamos esforzarnos por descubrir, ya que se supone que no hay interacción alguna que podamos realizar que sea capaz de afectar a lo que intentamos observar.

 La teoría cuántica predice también otro fenómeno fascinante al que se conoce como no localización. Para nuestra percepción sensorial de la realidad física, es bastante evidente que las cosas tienen localizaciones específicas. Sin embargo David Bohm, uno de los discípulos favoritos de Einstein y uno de los físicos cuánticos más respetados del mundo, sostuvo su punto de vista de que, a nivel cuántico, la localización deja de existir. En otras palabras, todos los puntos del espacio se hacen iguales a todos los demás, por lo que deja de tener sentido hablar de cualquier cosa como si estuviese separada de cualquier otra. Una interacción no local vincula una localización con otra sin atravesar espacio alguno, sin debilitarse y sin retrasarse. Dicho de manera sencilla, la interacción no local no se ve mitigada y es directa e inmediata (2).

 La concepción de Bohm de la no localización le permitió brindar una explicación de lo que se conoce como la paradoja Einstein-Podolsky-Rosen o paradoja EPR. En resumen, la paradoja describe el problema de cómo es posible que dos partículas sean capaces de comunicarse entre sí de manera aparentemente instantánea. El problema es que, según la teoría de la relatividad de Einstein, nada puede viajar más deprisa que la velocidad de la luz, mucho menos de manera instantánea. La interpretación de Bohm de la paradoja EPR es que las partículas gemelas no están separadas, sino conectadas de manera no localizada (3).

 En 1964, un físico teórico llamado John Stewart Bell describió una demostración matemática elegante y sencilla que mostraba cómo podría verificarse experimentalmente la no localización. Dicha demostración se conoce como teorema de Bell. El único problema era que para probar este teorema se requería un nivel de precisión tecnológica que entonces todavía no estaba disponible (4). No fue sino en 1982 cuando los físicos Alain Aspect, Jean Dalibard y Gerard Roger, del Instituto de Óptica de la Universidad de Paris, consiguieron verificar la demostración de la partícula gemela anteriormente descrita por Bell.

 En los llamados experimentos de Aspect, el efecto no local quedó demostrado produciendo una serie de partículas gemelas a las que se dejaba viajar en direcciones opuestas, para después medir algunas de sus características. Las partículas cuánticas, al ser observadas, exhiben lo que se conoce como giro sobre sí mismas o spin. En general, esta característica se produce por pares complementarios, tal como un spin ascendente o descendente. Para entender el tipo de experimentos practicados por Aspect y su equipo, consideremos la siguiente variación simple. Imaginemos dos partículas que, al sumarse, tienen un spin neto cero. Ello se debe a que cada una tiene un spin opuesto con respecto a la otra, por lo que, al combinarse, ambos sentidos de giro se compensan. Sin embargo, según la teoría cuántica, el estado preciso del sentido del spin de cada partícula permanece indefinido hasta que es observado. Dado que ambas partículas deben tener sentidos de spin opuestos, al determinarse el spin de una de las partículas mediante la observación, queda determinado también el spin de la otra (5).

 En la teoría cuántica, el spin no sólo existe para que nos sea revelado mediante la observación. De alguna manera, el spin es el producto de la observación. Por lo tanto, la observación y determinación de un spin es lo que confiere otro spin a la otra partícula. Con anterioridad a la observación inicial, cada partícula no tiene sino un estado potencial de spin que, al ser determinado, tiene que ser opuesto al otro. En los experimentos dirigidos por Aspect, las partículas se separan a la velocidad de la luz y se las permite viajar una distancia relativamente grande. Después se hace una primera medición para determinar el spin de una de las partículas. Una vez realizada esta medición, se mide el spin de la segunda partícula, que siempre se observó que era opuesto al primero. Para una explicación más rigurosa de la manera en la que se realizó este experimento, recurran por favor al texto Quantum Dynamics of Morphing Psy ~ Trance ~ Formations.

 Lo asombroso es que la observación de una partícula determina instantáneamente el sentido del spin de la otra partícula independientemente de la distancia que las separe. No importa si están separadas diez pies o diez billones de millas. La pregunta que cabe hacerse es ¿cómo se transfiere la información entre dos partículas aparentemente separadas con más rapidez que la velocidad de la luz? Han surgido numerosas teorías que tratan de considerar variables ocultas que, de alguna manera, faciliten la relación inédita de causa y efecto en virtud de la cual una partícula afecta a la otra. Sin embargo, dichas teorías llevan a la conclusión más obvia, la que de la separación aparente entre las partículas es una ilusión en sí misma. La separación no es genuinamente real. La no localización simplemente es una manifestación de la unidad que finalmente subyace a lo que experimentamos como objetos físicos separados.
  

Interferencia Holográfica Mental

 Como se puede apreciar, estas ideas concuerdan muy bien con conceptos que describen al universo en términos de conceptos holográficos. Antes de que sigamos avanzando en nuestra investigación de la unidad, es necesario comprender algunas nociones básicas sobre los hologramas. Un holograma se produce cuando un único haz láser es dividido en dos haces separados. El primero rebota sobre el objeto cuya imagen va a ser grabada. El segundo es reflejado por un espejo que lo lleva a colisionar contra la luz reflejada por el primero de los haces. Cuando sucede esto, ambas partes del haz crean un patrón de interferencia que queda grabado en un fragmento de película llamada placa holográfica (6).

 Este fenómeno de interferencia es lo que hace posible la holografía. La Interferencia no es más que un patrón que se genera cuando las ondas, en su movimiento, se entrechocan. Pensemos en lo que sucede cuando se arrojan dos guijarros a un estanque. Cada piedra producirá un conjunto de ondas que forman círculos concéntricos que se irradian hacia el exterior a partir del punto de impacto. Las ondas procedentes de cada uno de los guijarros se expanden hasta que chocan en algún punto, y el patrón resultante es conocido como patrón de interferencia.


 Modelo de Interferencia de Ondas
  
 Almacenamiento Holográfico de Información

 (LASER: Láser / BEAM SPLITTER: Prisma difractor del haz / MIRROR: Espejo /
 OBJECT BEAM: Haz del objeto / REFERENCE BEAM: Haz de referencia /
 LIGHT WAVE INTERFERENCE: Interferencia de la onda lumínica /
 EVENTOBJECT: AcontecimientoObjeto / HOLOGRAPHIC FILM PLATE: Placa holográfica)
  
El patrón que queda grabado en la placa holográfica no se parece absolutamente nada al objeto que se usó para realizar la grabación. Básicamente parece un ovillo de remolinos caóticos y anillos concéntricos. Sin embargo, al usar otro haz láser para iluminar la película, reaparece una imagen tridimensional del objeto original. Se puede caminar alrededor de la imagen y contemplarla desde ángulos diferentes, pero cuando se la intenta agarrar, se ve que en realidad allí no hay nada.

 La propiedad más insólita de los hologramas es que la imagen entera está contenida en cada parte de la película. Si se toma la placa original sobre la que se grabó el patrón de interferencia y se la corta por la mitad, se verá que puede proyectarse la imagen entera iluminando sólo la mitad del conjunto. De hecho, se puede cortar la placa holográfica en tantos fragmentos como se quiera, que siempre se encontrará que cualquiera de los pedazos, al ser iluminado, produce versiones más pequeñas de la imagen entera (7).

 A partir de aquí, podemos empezar a inferir algunas conexiones muy interesantes entre los conceptos a los que nos hemos venido refiriendo. En el modelo holográfico, se dice que la información del conjunto está contenida en cada una de sus partes. Es lo mismo que decir que la información se distribuye de manera no localizada. También se encontrará que, a nivel cuántico, todas las partículas también son ondas. Por lo tanto, toda la realidad física esencialmente no es más que patrones de interferencia.

 Podría ser una buena idea que, por un momento, considerásemos el significado de esta última afirmación. Imaginemos una red infinita de patrones energéticos. La ciencia ha descubierto que, a nivel cuántico, dichas ondas energéticas están conectadas de manera no localizada. Esto significa que cada porción del patrón está infinitamente interconectada con cada una de las restantes. Es fundamental recordar que no somos observadores objetivos de este campo de patrones de frecuencia que se entrecruzan. Somos él.

 David Bohm sugiere la posibilidad de que esta unidad subyacente de la existencia produzca el mundo físico de la misma manera que una placa holográfica produce un holograma. ¿Será que nuestra percepción experimental de la separación no sea nada más que una ilusión holográfica? Bohm describe el nivel de realidad más profundo como el orden “implicado” o implícito. Al nivel de realidad de nuestra experiencia cotidiana lo denomina orden “explicado” o explícito (8). Esto no quiere decir que nuestra existencia física sea irreal. Sin embargo, es útil entenderla simplemente como una realidad secundaria.

 Consideremos lo que estamos observando realmente cuando percibimos un objeto físico. Consideremos el documento que están leyendo y las palabras que hay en la página. Lo que están viendo desde el exterior no es lo que existe directamente ni está donde parece. Están percibiendo un borrón holográfico de patrones de frecuencias que están siendo traducidos a un patrón de estimulación neural que, a su vez, es experimentado como el objeto externo. De hecho, el proceso de determinar que el objeto existe exteriormente sólo se produce en la interpretación que hace la mente de la estimulación neural. Cuando miramos hacia las estrellas, se ve la luz que fue emitida hace millones o quizás miles de millones de años. Repetimos que no estamos viendo directamente lo que está ahí; estamos viendo un patrón de estimulación neural creado por nuestra interpretación de la luz. Lo mismo se aplica a todos los sentidos físicos.

 En definitiva, lo que se ve, oye, degusta, toca y huele son patrones de estimulación neuronal que se corresponden en cierto modo con lo que está ahí, pero que sigue sin ser realmente “eso” (9). Las frecuencias que se traducen en estimulación neural carecen, por dentro y por fuera, de color, gusto o textura. Las cualidades que experimentamos a través de la percepción sensorial son creadas por la mente y representan un orden “explícito” o realidad secundaria.

 Nuestra realidad material no es más que una versión filtrada de la unidad final que lo conecta todo. Esta versión filtrada crea separación porque sólo percibe secuencias de bits y fragmentos del conjunto. Si nos fuese posible eliminar ese filtro, experimentaríamos la realidad directamente como un patrón de interferencia en el que toda la información estaría distribuida de manera no localizada. Reiteramos que no hay que olvidar que nosotros somos ese patrón. Sus manos, este documento, los árboles que se ven por la ventana, nuestro sistema solar, todo el universo; todo es una aparente extensión de todo lo demás sin solución de continuidad. Es una sola cosa. Si esto es cierto, no puede existir la realidad objetiva porque el observador, el proceso de observar y lo observado se convierten en la misma cosa.


Morfogénesis y Relatividad Dinámica

 Observemos y consideremos el modo en el que la totalidad fundamental indivisa de la realidad entera se convierte en la realidad diferenciada de nuestra experiencia. Empezaremos por presentar primeramente el concepto de existencia absoluta. La existencia absoluta es el conjunto indiviso a partir del cual surgen los fragmentos de realidad. Conceptualmente, la existencia absoluta es una existencia indefinida y carente de límites. Como veremos, la existencia absoluta equivale a la existencia de la nada. Nada no significa no existencia. Simplemente significa que lo que existe no es definible como una cosa u otra, por lo que no es ninguna cosa. La existencia absoluta carece de estructura y, por consiguiente, no contiene las delimitaciones que permitirían definir el aquí en relación con un allá. “La realidad física es la realidad de los objetos, la realidad de las cosas. Nosotros escuchamos cosas, vemos cosas, sentimos cosas, degustamos cosas, olemos cosas. A lo largo de la vida vamos asumiendo que todas las cosas existen como cosas definidas independientemente de nuestra experiencia acerca de ellas como tales cosas” (10). Sin embargo, como se puso de manifiesto en nuestra exposición de la teoría cuántica, la ciencia ha descubierto que este podría no ser el caso. La cualidad de cosa definida que tienen las cosas que experimentamos puede no existir salvo en relación con nuestra experiencia de ellas.

 De hecho, cualquier cosa que pueda ser experimentada existe sólo en relación a alguna otra. Podemos experimentar y pensar que el arriba existe de manera independiente; sin embargo, el arriba sólo puede existir en relación con el abajo. De manera análoga, cuando experimentamos calor, creemos que el calor es un calor independiente, sin darnos cuenta de que lo caliente sólo puede estar caliente en relación a lo frío. “Lo mismo es cierto para todo lo que experimentamos, en tanto en cuanto cualquier cosa que experimentemos como algo que existe, sólo puede existir con respecto a algún otro aspecto de la existencia que no sea ese algo” (11). Esta forma de existencia puede denominarse existencia relativa: la existencia que es lo que es en relación a algún otro aspecto de la existencia.

 (absolute existence: existencia absoluta / (dualization)-(self-relation): (dualización)-(autorelación) /  relative reality: realidad relativa / no structure: sin estructura / the process: el proceso / structure (primary structural synergy): estructura (sinergia estructural primaria) )
  
Mientras que la absoluta existencia carece de estructura, la existencia relativa tiene estructura. A fin de pasar de la no estructura indivisa y carente de vínculos de la existencia absoluta a la estructuración propia de la existencia relativa, el sistema debe sufrir algún proceso o transformación. Para que una cosa se convierta en dos, esa cosa debe polarizarse. A partir de este proceso de dualización, la existencia absoluta constituye una relación consigo misma. Por consiguiente, una existencia relacional se define en función de otra. “Una vez que existen realidades relativas, existe un nivel de estructura en la existencia. La existencia de esta estructura relativa permite a la existencia formar otras relaciones consigo misma” (12). En otras palabras, la existencia absoluta no se dualiza una sola vez, sino que lo hace una y otra vez, reiterada y progresivamente. Esto supone que las realidades relativas producidas por cada nivel de dualización atraviesan por dicho proceso de dualización, lo que produce la creación de dos nuevas realidades relativas dentro de cada nivel de existencia relativa precedente. Este proceso de dualización reiterada y progresiva crea una estructura interconectada de realidades relativas que se denomina matriz relacional.
  
 (absolute existence: existencia absoluta / reality cells: celdas de realidad (realidades relativas) /  relational matrix: matriz relacional )
  
 Independientemente de las veces que se dualice la existencia, la realidad subyacente siempre será una realidad de unidad e interconexión. Pese a que experimentemos la realidad como fragmentos aparentemente separados, la forma de la realidad fundamental en la que aparece la percepción es la de la unidad, a partir de la cual nada puede separarse de ninguna otra cosa. Cada parte de la estructura, cada celda de realidad, contiene algo de la existencia de las demás celdas de realidad. Por lo tanto, cada parte de la estructura es un reflejo del todo.

 Dado que toda zona localizada de la existencia tiene la cualidad de existir en alguna parte, una zona no localizada de la existencia que estuviese en todas partes no existiría en alguna parte determinada, sino que tendría la cualidad de existir en todas partes y en ninguna. Esta existencia sin límites en todas partes es la conciencia. La conciencia está en todas partes y, por tanto, en ninguna. La existencia absoluta, tal como la hemos definido, puede ser considerada como una existencia en la nada, ya que existe pero carece de los límites que definen a una cosa. Es nada y no está en ninguna parte, porque está en todas. Esa existencia absoluta es la conciencia.

 Puede parecer que todos los intentos de trascender la dualidad de la existencia inherente a nuestra experiencia están destinados al fracaso, hasta que nos damos cuenta de que son parte inseparable de cualquier cosa que exista. Por lo tanto, podemos acceder directamente a cualquier cosa que exista debido al hecho ineluctable de que nosotros somos ella (13). En el nivel “implícito” más profundo de la realidad, estamos infinitamente conectados con todo lo demás que existe. Estamos conectados con cualquier otra persona, organismo y átomo del universo; por consiguiente, somos todas esas cosas. De manera similar, nuestros pensamientos están infinitamente conectados con todos los pensamientos. Como la imagen del conjunto está contenida en cada parte, todo el universo está dentro de ti. La información del conjunto está distribuida de manera no localizada y, por esta razón, tienes acceso a todo lo que hay en él. Tu mente es la Mente Universal.

 Toda realidad relativa es creada por la conciencia y existe en relación a sí misma. “Nosotros somos esa conciencia. Nosotros somos esa conciencia que existe en relación a sí misma e interactúa consigo misma.” No hay nada más. Ninguna de las cosas que percibimos como separadas tiene una existencia independiente, porque todas ellas son, en realidad, extensiones relacionales de la unidad de conciencia subyacente. “La realidad física es producto de la conciencia. La conciencia no es un producto de la realidad física. La realidad física no interactúa consigo misma de alguna manera desconocida para originar que la conciencia llegue a la existencia. La conciencia, con el proceso de auto-relación reiterada y progresiva, se convierte en la consciencia de la experiencia, creando así la realidad física” (14).

 Hemos visto que no podemos experimentar directamente la verdadera textura de la realidad cuántica porque todo lo que miramos se cristaliza en materia. Por la misma razón, nunca podemos experimentar la conciencia como conciencia. Cuando la conciencia desestructurada y carente de límites intenta contemplarse a sí misma, crea una estructura relativa o marco de referencia que se experimenta como un estado relativo de consciencia. La conciencia sólo puede experimentarse a sí misma mediante sus creaciones. Esto es algo maravilloso porque aquí estamos, armados con el conocimiento de que nada es verdaderamente separable de ninguna otra cosa, experimentándonos a nosotros mismos como todo lo que es. La separatividad es una ilusión. Fundamentalmente, tu verdadero ser no es sino la indestructible e ilimitada desestructuración de la conciencia. Dicho de otra manera, eres Dios. El Universo es tu cuerpo. La comprensión de esta verdad abre paso a la experiencia del AMOR incondicional por todas las frecuencias, porque todas ellas existen dentro de ti.


 Notas:

 1 Talbot, Michael. p. 33
 2 Ibid. p. 41
 3 Ibid. p. 37
 4 Ibid. p. 43
 5 Kaufman, Steven E.
 6 Talbot, Michael. p. 14
 7 Ibid. p. 16
 8 Ibid. p. 46
 9 Kaufman, Steven E.
 10 Ibid.
 11 Ibid.
 12 Ibid.
 13 Ibid.
 14 Ibid

18.10.12

Alboroto por una partícula divinizada (Higgs)

Luis Corsi Otalora

UBICACIÓN DE LA PARTÍCULA DE HIGGS

Al unísono, y por unanimidad, los grandes medios de comunicación dominantes titularon, julio 2012, “Eureka”; porque en monumental acelerador de partículas L.H.C. (Large Hadron Collinder), centro de Europa, a 100 mts bajo tierra y con longitud de 27 kilómetros, había sido detectada una partícula subatómica de tipo y masa semejantes (sólo) a la pronosticada desde 1.964 por el físico británico Peter Higgs.
Se completaba así el denominado “Modelo Estándar”; a través del cual, y en el curso de 20 años, 10.000 científicos, al costo gigantesco de 10.000 millones de euros (Unos 13.000 millones de dólares) presuntamente culminaba el mayor esfuerzo para expulsar a Dios en la explicación del universo. En cierta forma era configurado un “Foso de Babel” que en vez de tender el cielo como en la Torre del mismo nombre, le serviría de sepultura a Dios, tal como se atrevía a proclamar Federico Nietzsche en su Gaya Ciencia.
Sin embargo, al mirar más de cerca, este espejismo ha comenzado a desvanecerse, al ser constatado que dicho “Modelo Estándar” parte de la noción de un “Big Bang” o “Gran Estallido”, hipotéticamente ocurrido 13.700 millones de años atrás; se le dá por cierto, a pesar de aplastantes dudas e interrogantes al respecto (*).
En especial es de destacar que quienes formularon tal concepción, dejaron al margen la cuestión de averiguar cómo llegó a existir el Espacio, nada menos que albergue, dicho proceso. Tal como en su momento hizo resaltar en célebre estudio el astrofísico estadunidense George Smoot; y cómo tampoco ellos mismos se inquietaron por el tiempo anterior, algunos analistas llevaron a que el New York Times llegase hasta titular hace relativamente poco “Recuerden cuando el Big Bang parecía tan sencillo” (1).

LIMITACIONES REDUCTORAS.

Ahora bien, se recordará, la “teoría en cuestión presupone que previamente a dicho estallido, Inconmensurable Energía se hallaba concentrada en el denominado “Punto Zero”; claro que sin Masa, pues si de acuerdo a cualquier procedimiento se aplicase a toda materia existente la expresión einsteniana E = m x C2 (energía para un cuerpo en reposo = masa x cuadrado de velocidad de la luz) se llegaría a tal punto zero. Lo novedoso ha sido que luego del estallido a velocidades casi infinitas, dicha energía penetraría dentro de una especia de “selva espacial”, denominada “Campo de Higgs”; en cuyo interior, su porción más pequeña, el denominado “Bosón de Higgs”; iría proporcionando “Masa” a las diferentes porciones en proceso de diferenciación, cuyas ecuaciones constituyen el denominado “Modelo Estándar”.
A cuya operatividad faltaba la detección experimental de dicha partícula, por tal motivo apodada “Divina”; la detectada en el H.I.C. cumple con el tipo de características de la pronosticada, quedando largo trecho para su verificación completa. No obstante, el alboroto ha sido tal que dichos medios de comunicación manipulados han proclamado la desaparición de cualquier “Soplo sobrenatural” en la explicación de lo existente; pues el conjunto de ecuaciones del “Modelo Estándar” de ahora en adelante estarán presuntamente en capacidad de racionalmente substituirlo en su función.
Como era de esperar, el vehicular y expandir la mayor resonancia al respecto correspondió al encumbrado Stephen Hawking; a quien en cierta forma se hacía partícipe. De ahí que de inmediato propusiese el mismo Premio Nobel para Higgs.
Sin embargo, como la credulidad no es infinita, rápidamente fueron apareciendo gravísimas contraposiciones y omisiones que menoscaban el alcance de los resultados.
En primer lugar ha sido recordado que desde los años 1.930 el inglés Paul Dirac (probablemente el más notable físico después de Newton) abrió campo a la detección de masas que en vez de poseer electrones negativos y núcleos positivos, poseían electrones positivos y núcleos negativos; debido a lo cual se llegó a “masas inerciales negativas”, o, simplemente “masas negativas”; que se extendían hacia el infinito en todas direcciones, en el denominado “Oceano de Dirac” (2). Ante la acción de cualquier fuerza física, su reacción era contraria a la observada en la materia común y corriente, pues como se movían en dirección opuesta, su autor habló de “electrones burros”.
Entonces ha surgido el interrogante de interferencia entre “Campo de Higgs” y Océano de Dirac. En cuya configuración se presentarían “agujeros” constitutivos de masas positivas semejantes a las terrestres.
Además, de inmediato, fue advertida en el Modelo Estándar la ausencia de Fuerza de Gravedad, nada menos; cuya acción en determinada condiciones ha llevado a la configuración de célebres “Agujeros Negros”, constituidos por Materia Hiperdensa, o sea de altísimas densidades. Y como si fuera poco, al constatar (hacia 1.930) los astrónomos Edwin Hubble y Georges Lemaitre la expansión del espacio, pudo ser considerada otra fuerza aún más poderosa que las anteriores, por lo cual fue denominada “Anti-Gravedad”.
Ahora bien, al ser imposible visitar otras porciones del universo diferentes al terrícola para obtener datos experimentales (de acuerdo al método científico) ha sido forzoso apelar a Teorías sobre el resto, con apreciaciones indirectas. Para el presente tema se imponen algunas nociones acerca de dichos “Agujeros Negros”; comenzando porque para constelaciones más lejanas a las solares (sobre las cuales se conoce bastante por su proximidad a la tierra) ha sido observado telescópicamente que algunas estrellas con diámetros hasta 250 veces del sol (Gigantes Rojas) están sujetas, por razones aún desconocidas, a expandirse y contraerse periódicamente, razón por la cual estas estrellas variables han recibido el nombre de “Cafeidas”.
A las más violentamente sacudidas se ha bautizado con el apelativo de “Supernovas”; especial interés revisten algunas con masa inercial 4 veces superior a la del sol. De acuerdo a la ley de Newton sobre atracción universal

a medida que disminuye la distancia “D” entre una gigantesca m1 y otras más pequeñas, esta fuerza f (con K constante de gravitación universal) crece abrumadoramente, hasta absorber a las otras masas cercanas; y al estallar (en ciertas condiciones), su estructura atómica se desmorona en electrones y protones libres que al chocar entre sí se anulan, dejando solamente neutrones; materia de super-densos cuerpos denominados “pulsares”, detectados por primera vez en 1.967 (3).
Más aún, del estallido de estrellas todavía más grandes (siete u ocho veces la masa del sol) quedan residuos de densidad tan alta que no han podido ser observados porque no dejan escapar la luz; debido a que está conformada por partículas materiales, resultan absorbidas en cumplimiento de la acabada de mencionar Ley de Newton. Es considerado, que en su interior muy probablemente y por mera lógica, se hallan partículas elementales diferentes a las exaltadas en el “Modelo Estándar”; resultantes de tan densa ebullición. Desde luego que se trata de los muy célebre “Agujeros Negros” (4).
A manera de ilustración es calculado que “Agujero Negro” de un centímetro de diámetro, tendría una masa igual a la de la tierra; y un “pulsar” también con masa igual a la de la tierra poseería 15 kilómetros de diámetro (5). De notable interés, un ejemplo de Manual de Física de Larousse en el cual se deduce que si la masa de la tierra colapsara para convertirse en “agujero negro”, se convertiría en cuerpo de 112,7 metros; a la par, en este mismo cálculo se llega a la conclusión de velocidades de la luz mayores a las del “dogma” einsteniano (6).
Todo esto para captar mejor que de acuerdo a las investigaciones acabadas de citar (y otras) los “agujeros negros” abarcarían alrededor del 23% de lo contenido por el universo; pero como su influencia permea el resto, a la postre la Materia Ordinaria, la contemplada en el ahora exaltado Modelo Estándar (con su Campo de Higgs y Partícula Divinizada) solamente cubriría el 4% de la energía total existente (7).
Conclusión sin exageración alguna decepcionante por su reducido alcance; máxime que acaba de ser confesado por Brian Schmidt (Premio Nobel de Física 2011) “Aún no sabemos qué son la materia y la energía oscuras. Esta última es la responsable de la expansión acelerada del universo. Definir la materia oscura sería más fácil que responder qué es la energía oscura. Hay que averiguar cómo el universo se transformó en estrellas, galaxias y agujeros negros después del Big Bang, pues aún no entendemos este proceso del todo” (8).
De ahí que luego de semejantes consideraciones sea forzoso moderar el triunfalismo desencadenado por localización de un partícula con características semejantes a la “Divinizada de Higgs”; con carga conceptual adversa a todo lo “Sobre – natural”. Es de reconocer un juicio cercano por parte de la comentarista científica Ángela Posada Swafford (9).

DE NUEVO VICTORIOSA APUESTA SOBRE LA FÉ

Finalmente a manera de visión interpretativa acerca de la estructura del universo, podrá ser expresado con Paul Davies (profesor de matemáticas aplicadas en el King’s College y de física teórica en la Universidad de Newcastle): “La disposición gravitacional del universo es sorprendentemente regular y uniforme. No parece haber ninguna razón evidente por la cual el universo no debería haber enloquecido, expandiéndose en forma caótica e inconexa… canalizar la violencia explosiva (del Big Bang) para dar lugar a un movimiento regular y organizado, parece casi un milagro… prueba la existencia de un “Plan”… que podría atribuirse a Dios” (10).
Sin embargo, por rigurosas que sean las apreciaciones racionales acerca de este panorama, siempre ha habido, y habrá réplicas más o menos sofisticadas en apoyo a la eternidad de la materia; de donde podrá deducirse que, en cierta forma, las más sólidas teorías científicas terminan en cuestiones de fé incompatibles.
De ahí que guarde plena actualidad dilema planteado desde el Siglo XVIII por uno de los más grandes científicos surgidos del seno de la humanidad Blaise Pascal, en su célebre “Apuesta”; hela aquí: “Dios existe o no existe; pero ¿de qué lado nos inclinaremos? La razón no puede decidir. Hay un caos que nos separa. Se juega un juego al final de esa distancia infinita en la que saldrá cara o CRUZ. ¿A qué apostareis? Razonablemente no podéis anular ninguna de las dos apuestas… Sí, pero hay que apostar. Esto no es voluntario, estáis comprometidos. ¿Qué partido tomaréis?... He aquí un punto resuelto. Pero ¿y vuestra felicidad? Pensemos en pro y en contra de apostar CRUZ a que Dios existe. Consideremos los dos casos: si ganáis lo ganáis todo; y si perdéis, no perdéis nada. Apostad por lo tanto sin vacilar a que existe”.

Aquí está nuestra vida entera.

(*) Corsi Otálora Luis. Del Fraudulento Big Bang de Hawking a la fábula del Evolucionismo Transformista de Darwin. Bogotá 2011. Parte II. Fernadno Leyva. Editores. El autor también es conocido por otros estudios científicos como: ¿Se equivocó Galileo? Bogotá Agosto de 1988, Editorial Nova et Vetera; y ¿Es Ciencia el Materialismo? Bogotá 1982, Universidad Gran Colombia.

(1) El Tiempo. Bogotá, Colombia 22 de Octubre 2006.
(2) George Gamow. Materia, Tierra y Cielo. México 1.980. Págs. 387-391 (Editorial Continental)
(3) Ciencia y Técnica. Enciclopedia Salvat. Fascículo 99. Pág. 2001. Salvat Editores. Barcelona España 1987.
(4) Incógnitas del Universo. Estuido de Sarai Rangel. En “Muy Interesante” Televisa Publishing International. Año 26 No. 313 (ISSN – 01223577) pág. 28
(5) Ciencia y Técnica. Salvat. Op. Cit. Pág. 2001.
(6) Larousse. Diccionario Esencial de Física. Pág. 11 (México. ISBN 970 - 22 – 1314 –X)
(7) Incógnitas del Universo. Op. Cit. Pág. 28
(8) Reportaje de Andrea Linares Gómez. El Tiempo (Bogotá – Colombia 8 Julio 2.012)
(9) El Tiempo. Bogotá – Colombia 8 Julio 2.012.

(10) Davies Paul. Dios y la Nueva Fisica. Barcelona (España) 1.983. Biblioteca Científica Salvat. Págs. 215; 223; 225.

9.10.12

EL PLAN CÓSMICO

1. La Estructura Del Cosmos

A través de nuestra experiencia de contacto hemos aprendido que existe una cosmogonía extraterrestre, un Plan Cósmico que nos narra cómo empezó todo. Ellos dicen, a grandes rasgos, que el Cosmos está dividido en tres grandes universos, uno contenido dentro del otro. El Universo Material, el Universo Mental y el Universo Espiritual.

1.1 El Universo Material

Vivimos en un Universo Material de siete dimensiones. En dicho universo, los seres humanos tenemos siete cuerpos para actuar en estas siete dimensiones. Aparte del Cuerpo Físico, denso, material, tenemos un Cuerpo Astral que es el cuerpo de las emociones, de los deseos, unido al cuerpo físico a través de un cordón umbilical de energía, llamado el Cordón de Plata. También nos hablan que hay un tercer vehículo que es el Ego Inferior, el carácter, la personalidad. Cuando una persona muere, muere su cuerpo físico. Lo normal es que al cabo de tres días muera su cuerpo astral y su ego inferior. Todos ellos mueren con uno, y el Ser pasa a la cuarta dimensión, al Mental Superior o al ego superior. Esto es que el ser humano es como un actor de una obra de teatro que terminada la obra, se quita el maquillaje, se quita el vestuario, deja atrás la escenografía, deja atrás el guión y sale a la calle como el actor que es y no como el personaje. Qué problema sería que terminada la obra, el actor se creyera el personaje que le tocó actuar y se confundiera con él.
Dejamos al lado al personaje pero asumimos toda la experiencia acumulada en esa encarnación. Los extraterrestres hablan de las vidas sucesivas, de la reencarnación. Pero ellos no la explican como la plantean ciertas religiones orientales que dicen que una persona puede encarnar en un animal. No hay involución. Es como si a una persona le fuera mal en la secundaria o en la universidad, y lo devolvieran al jardín de infantes. Uno tendrá que repetir cuantas veces necesite el grado para pasar al nivel inmediatamente superior, más nunca será degradado de nivel. Ellos aseguran además, que el género es circunstancial. Que en algunas vidas somos hombres, en otras mujeres; vamos pasando por todas las experiencias humanas teniendo a los planetas como planos de evolución. Cuando ya nuestro nivel de evolución sea lo suficientemente elevado, no reencarnaremos en este planeta. Ellos dicen que los seres que vivimos en este mundo, en el planeta Tierra, somos seres de 3:3. Seres que estamos en una tercera dimensión física y en un tercer nivel de conciencia.
El cuarto vehículo es el Mental Superior. Este es el cuerpo de las facultades síquicas, cuerpo de la intuición. Luego viene el vehículo del Alma que es la catedral del espíritu donde se acopian las experiencias de nuestras vidas anteriores, el maestro interno, el real ser de cada uno. Un vehículo más es el Espíritu que es la conciencia acumulada y finalmente el Cuerpo de la Esencia. Siete cuerpos para actuar en las siete dimensiones del universo material.
Para activar la conciencia en cada uno de esos siete cuerpos, existen siete centros de energía, los llamados siete chakras que se estimulan a través de la respiración.
Nosotros por medio de la respiración no solamente nos oxigenamos. También con ella nos cargamos de electrones, nos cargamos eléctricamente y esa energía de alguna manera se aloja en el sistema nervioso y emite luz. Esa luz al atravesar nuestro cuerpo, como una luz atravesando un prisma, forma una especie mde arco iris de colores que no puede ser percibido a simple vista, sino con la mente. A simple vista lo que vemos es un halo. Eso es la cantidad de energía que una persona tiene. En la mañana más que en la tarde o en la noche. Pero la calidad de esa energía es lo que nosotros conocemos como El Aura. El aura es ese cuerpo bio-plasmático, cinturón electromagnético que todo ser humano tiene que forma una barrera inmunológica o campo de protección. Aprender a respirar es clave para ir activando estos centros que nos van a permitir desarrollar concientemente cada uno de estos siete vehículos.


1.2. El Universo Mental

Ahora, más allá de la Séptima Dimensión, como en la música, en una octava superior, hay un universo paralelo a este. Es el Universo Mental. Los seres que proceden de allí ya no son extraterrestres, ni terrestres, ni intraterrestes. Son Ultraterrestres. Lo que llamaríamos Angeles, Arcángeles, Tronos, Principados, Serafines, Querubines, todo este tipo de entidades pertenecen a este universo de octava, novena y décima dimensión.
Son conocidos también bajo el nombre de "Helell" o "Resplandecientes". Seres de energía pura, mental, que habrían sido los responsables de las creaciones materiales. Sobre este punto, los Guías nos han enseñado que se han dado diversas creaciones en el Universo Material como parte de una "emanación" del Universo Mental o "Eternal", por cuanto en él, el tiempo, sencillamente, no existe.
Dentro de las entidades mentales que moran en este Universo nos encontramos con los Padre Creadores responsables de la aparición de lo "Físico" en el Universo Material y los Guardianes del Destino, conocidos en el ámbito esotérico como "Los Señores del Karma", entidades que regulan el tránsito de aprendizaje de las esencias que viven en el plano material, creciendo en conocimiento y conciencia a lo largo de vidas sucesivas.

1.3. El Universo Espiritual

Más allá habría otro universo, entre la décimo primera y décimo segunda dimensión que ellos denominan el Universo Espiritual o Interno. Tres universos, uno contenido dentro de otro.
Para comprender esto en su relación con la vida humana, por ejemplo, los primeros tres vehículos del hombre: el Cuerpo Físico, Astral y el Mental Inferior, constituyen el plano de la conciencia material y nos conectan con el universo material. El Cuerpo Mental Superior más el del Alma y el del Espíritu constituyen el plano de la conciencia mental y nos conectan con el universo mental. El séptimo vehículo, el de la Esencia, nos conecta con el tercer universo que es el espiritual.
Por esta razón al Universo Espiritual se le llama "Interno" o "Esencial", por cuanto es el propio origen de las cosas, por llamarlo de alguna manera, ya que ni siquiera lo podemos medir o comprender, pero sí "sentir".
¿Dónde queda el concepto de Dios en todo esto? Dios, la divinidad suprema, mora en cada una de estas dimensiones o manifestaciones de Su Conciencia Cósmica, por cuanto toda la creación, forma parte de sus latidos estelares.
Esta es la visión extraterrestre del Cosmos. Y es importante conocerla para comprender la crisis que empezó a afectar al Universo Material.

2. Crónica De Un Estancamiento Estelar

Entendiendo esto, pasamos a explicar que este Universo Material ha tenido muchas creaciones. Es un universo que tiene principio y por ende tendrá fin. Ahora, es un universo finito pero sin límites. Como una esfera. Las primeras civilizaciones que surgieron en esta última gran creación fueron teledirigidas, fueron guiadas por seres ultraterrestres del universo mental. Estas entidades actuaron como apoderados de estos entenados, de estos instruidos que eran los primeros en aparecer en este universo material. Estas primeras civilizaciones comenzaron a ayudar a otras que venían detrás y así sucesivamente en una larga cadena de solidaridad.
Aclaremos que los seres del universo mental, como los ángeles, no tienen una evolución como la nuestra. Su evolución no es por mérito como el caso nuestro, sino por tiempo de servicio. Como son seres que han sido creados dentro del universo mental son seres muy mentales que saben por conocimiento de adónde viene la cosa y para dónde va. O sea, no pueden desviarse ni a derecha ni a izquierda. Por así decirlo, diríamos que son seres un tanto cuadriculados o enmarcados que para evolucionar requieren que el universo material evolucione y los ayude o los promueva a alcanzar niveles superiores, como el universo espiritual.

2.4. Consecuencia de un orden mental

En un momento dado de la creación, estas civilizaciones del universo material que recibieron el apoyo de seres del universo mental, alcanzaron niveles de evolución tan elevados que no pudieron evolucionar más. Aquellos que alcanzaron la tercera, la cuarta, la quinta, la sexta dimensión de la conciencia que iban ayudando a otros a pasar de tercera a cuarta, de cuarta a quinta, de pronto... se estancaron. Como dice el dicho, "partida de caballos, parada de borricos", pues empezaron muy rápido, con mucho entusiasmo, con un desarrollo muy auspicioso, pero precisamente, por haber recibido tanto en tan poco tiempo y sin mucho esfuerzo ya que siempre fueron guiados y teledirigidos, no pudieron por sí solos llegar a ser mejores de lo que eran produciendo un estancamiento en la evolución. Un estancamiento en un universo dinámico como el nuestro, en donde todo siempre está en movimiento, era algo bastante peligroso. Esto obligó a que los seres del universo mental se reunieran en una especie de concilio y trataran de discernir en qué ellos habían fallado.