29.9.12

78 Km/H


La Tierra ya no es la que era. Una catástrofe ambiental transformó a la atmósfera en una gran lupa que magnifica la radiación solar, y un desastre nuclear desaceleró la velocidad de rotación del planeta. Todo aquél que se mueva a menos de 78 kilómetros por hora no podrá escapar del abrasador sol que todo pulveriza. Solo un grupo limitado de personas pudo salvarse del nuevo y enloquecedor panorama al lograr desplazarse constantemente, sin detenerse nunca.
Es así como se creó una superciudad rodante formada por cientos de vehículos unidos entre sí - La Salamandra. Allí nació Chesterfield Tacuarembó. Uno de los pocos hombres que aún recuerda lo que es el estatismo; y quien deberá enfrentarse a una nueva forma de vida que parece haber evolucionado adaptándose a la infernal superficie.

25.9.12

“UN ACERCAMIENTO A UN INQUIETANTE ASPECTO DE LA MECÁNICA CUÁNTICA”


Rafael González Farfán

“La mecánica cuántica es la descripción del comportamiento
de la materia y de la luz en todos sus detalles, y en particular,
de todo aquello que tiene lugar a escala atómica. A muy pequeña
escala, las cosas NO se comportan en absoluto como aquéllas de las
cuales tenemos una experiencia directa. No se comportan como ondas,
no se comportan como partículas, como nubes ni como bolas de billar,
ni como un peso sobre una cuerda, ni como nada que se haya visto jamás”
(Richard Feynman)

1. ESCENARIO.

Prácticamente hasta casi finales del siglo XIX, el pensamiento científico occidental participaba de la idea de que la ciencia en general y la física en particular, estaban en el umbral de dar las respuestas sobre el comportamiento y las leyes de la Naturaleza. La mecánica de Newton se había mostrado más o menos eficaz, durante años, en las predicciones que con ella de base se hacían en los movimientos del Sistema Solar, y sólo quedaba afinar las técnicas de observación y de cálculo. Básicamente, todo quedaba inmerso en un espíritu determinista y positivista que vería, con el comienzo del siglo, tambalear y derribar sus más profundos cimientos. El descubrimiento de la radiactividad, el efecto fotoeléctrico, la relatividad, la radiación del cuerpo negro, los modelos atómicos, los descubrimientos en el terreno de la astronomía, etc... no hicieron más que firmar el parte de defunción de una física “clásica” que ya no se sostenía.

1.1 Ondas y partículas.

Habitualmente la física clásica distingue dos clases de objetos con los que trabaja: las partículas y las ondas. Las primeras tienen un carácter físico definido en el sentido de poseer una determinada masa, podérsele asignar una determinada posición, velocidad, energía, localización, etc., y participar y “respetar” las leyes de la física habitual. Se dice que son “corpúsculos discretos”. Las ondas, en cambio, son propagadoras de energía sin que transporten materia, están “deslocalizadas” ocupando todo el espacio de modo contínuo. En este sentido, la Mecánica Cuántica nos traerá como principal novedad la indiferenciabilidad de estas ideas en las partículas que pululan el nivel subatómico.
Un experimento mental[1] nos ayuda a comprender lo que se quiere decir. Imaginemos que la fuente S de la
figura es una ametralladora que dispara balas de forma desordenada sobre una pared en la que hay practicados dos orificios T1 y T2 y tras el que existe una pantalla E. En el segundo caso la fuente S emite ondas. Al cerrarse T2 los puntos de impacto pasan sólo por T1 y en la pantalla quedan registrados como una mancha homogénea y algo agrandada por “el efecto borde”. Lo mismo cabe esperar que suceda al cerrar T1, esperándose una máxima densidad de impactos en la dirección ST1. Si abrimos simultáneamente T1 y T2, cabe esperar que la distribución de los impactos sea la que corresponda (en la pantalla) a la curva I1,2 entendiendo que las balas que han alcanzado la pantalla han pasado bien por T1 o por T2. Esta I1,2 es la suma de las curvas I1 e I2.
Repitamos el experimento con ondas. Todo parece transcurrir de un modo similar al anterior cuando abrimos de modo independiente bien T1 o T2. Sin embargo, el asunto cambia al abrir simultáneamente ambos agujeros y la curva que registra el fenómeno global NO es la suma de I1 e I2, sino algo diferente, ya
que la onda es un fenómeno NO localizado, y pasa al mismo tiempo por los agujeros T1 y T2, mientras que
los corpúsculos lo hacen bien por uno bien por otro. Del mismo modo, debido a fenómenos de interferencia, difracción y desfase, aparece la forma de la gráfica de I1,2 para las ondas. Este mismo tipo de comportamiento es típico de la luz, tal y como Thomas Young puso de manifiesto en 1803[2]. A partir de
entonces se pensaba en términos de ondas para referirse a la luz, olvidando por completo el carácter corpuscular que Newton había ya establecido. Casi un siglo más tarde que Young, volvió a retomarse el
carácter corpuscular (otra vez) para la luz de la mano de Einstein y el efecto fotoeléctrico. A partir de entonces comenzó a hablarse de dualidad onda-corpúsculo pues estos aspectos se vieron que NO eran
exclusivos para los fenómenos luminosos, sino que también, por ejemplo, los electrones experimentaban
difracción. La puerta para la naturaleza dual de las partículas y la materia estaba abierta.
La aparición del carácter dual en la naturaleza planteaba profundos problemas. Uno de ellos, por ejemplo, era el de la misma medida ya que una partícula cuántica NO puede, a la manera de los corpúsculos clásicos, localizarse de forma clara como las partículas.

2. LA CATÁSTROFE ULTRAVIOLETA.

Realmente esta llamada catástrofe fue la antesala de la Mecánica Cuántica y con ella una nueva visión de la
Naturaleza que tiene por base ese carácter dual de la materia del que se ha hablado antes.
Todo comenzó con el análisis de la radiación del cuerpo negro en términos y esquemas de la física clásica. Como es sabido, cuando un cuerpo se calienta cambia de color, emigrando éste según la temperatura, como puede verse en la figura adjunta. Esta “emigración del color” llega hasta valores que el ojo no es capaz de percibir como el ultravioleta o el infrarrojo.
A partir de la segunda mitad del XIX los físicos comienzan a interesarse por el modo en cómo los cuerpos
emiten luz cuando se calientan o las absorben cuando se enfrían. Es lo que conocemos, en aproximación, como “radiación del cuerpo negro”. En realidad, tal cuerpo no existe, es sólo una idealización de un cuerpo que es capaz de absorber y emitir TODA la radiación que recibe, analizando la luz emitida (en función de la temperatura a que se ha visto sometido el cuerpo).
Los resultados de estos estudios se resumieron en dos propuestas diferentes y NO concordantes. Por un lado, en 1893 el físico alemán Wien propone una ley empírica que explicará los resultados observacionales de la zona del espectro de la zona ultravioleta, pero fracasa en la zona del infrarrojo. Por otro lado, los ingleses Rayleigh y Jeans proponen otras ecuaciones que explican la zona del infrarrojo, pero no la del ultravioleta. Entonces aparece en escena un artículo de Max Planck que marca el inicio de la Mecánica Cuántica.
En esencia, el trabajo de Planck propone una idea revolucionaria en la física, increíble incluso para él mismo en sus principios. Propone la discontinuidad de la energía. Hasta entonces, la física clásica proponía que en los procesos de emisión y absorción de energía, ésta se emitía/absorbía de modo contínuo, mientras que lo que Planck propone es justo lo contrario, que en esos procesos, la energía se intercambia de modo discreto.
Hasta este momento, las magnitudes físicas podían clasificarse en continuas y discretas. Por ejemplo, la masa de un cuerpo es una magnitud continua ya que puede medirse ésta –en principio- sin limitación de decimales, todo depende de la sensibilidad del aparato usado. Así podremos decir que la masa de algo es 34,566734...gramos, o que la temperatura de un líquido es 21,678... ºC. En cambio, el número de monedas que llevamos en el pantalón podrán ser 4 ó 5 pero no 4,21..., esto es, será un número “concreto”, (discontinuo) múltiplo de una unidad mínima. Planck proponía una cosa parecida a esto para el caso de la energía. Según sus ideas, la porción (unidad) mínima de energía intercambiada en los procesos depende de la frecuencia de la radiación. Enuncia esto de un modo que ha hecho historia E = h · n. Dicho de otro modo,
para cada energía de radiación (E) y para cada frecuencia (n) de esta radiación, existe una determinada constante h, de tal modo que si se divide E por n (E/n) se obtiene siempre h, o 2h o 3h... Esto es, debido a esta constante de proporcionalidad, no se puede producir radiación para otras partículas de energía que NO sea múltiplos enteros de h.
Las ideas de discontinuidad serían usadas y ampliadas por Einstein para explicar el efecto fotoeléctrico, y a partir de entonces, ya nada sería lo mismo. De hecho, subrayó que la hipótesis de Planck exigía una revisión teórica importante, y que “sus” cuantos no podían ser considerados como un simple artificio matemático sin dimensión física real, sino que tenían implicaciones físicas muy importantes. Por lo pronto, con la interpretación de Einstein se rescata el concepto de partícula para entender la naturaleza de la luz, que había quedado “olvidado” tras sus “nuevas” atribuciones de onda. Con las aplicaciones de las ideas de Einstein al efecto fotoeléctrico se encuentra, de nuevo, el mismo valor para la constante de Planck, verificándose, por tanto la idea principal de la naturaleza discontinua par la propia luz. A partir de 1923 se hablará de fotones para referirse a los granos de luz ideados por Einstein. Fue precisamente también a partir de este año de 1923 cuando el aristócrata francés Louis de Broglie plantea que esa dualidad onda-corpúsculo para la luz pudiera hacerse extensivo a todas las partículas, empezando por los mismos electrones. La idea era genialmente inquietante para la nueva física que estaba naciendo.

3. UNA NUEVA PERSPECTIVA PARA EL ÁTOMO.

A finales del XIX y comienzos del XX se realizan una serie de experimentos y se consiguen una serie de hechos que hacen tambalear la idea de un átomo como último constituyente de la materia. J.J. Thomson pone de manifiesto la existencia de los electrones, y los experimentos de Rutherford hacen pensar firmemente en una estructura interna para el átomo. Sin embargo, el modelo de Rutherford pronto se mostraría deficiente en su propuesta de átomo al estilo de sistema planetario en miniatura, ya que de aceptarse no explicaría cómo los electrones, orbitando en torno al núcleo, no caerían en éste al tratarse de cargas eléctricas aceleradas y por tanto, emisoras de energía. Las deficiencias del modelo comienzan subsanándolas el danés Niels Bohr que además incluye la idea de los cuantos de Planck, y de discontinuidad, en su modelo atómico.
En el interior de los átomos, los electrones sólo pueden gravitar en una órbita circular, que en ningún caso puede variar de modo contínuo. Esto es, los electrones han de mantenerse obligatoriamente sobre órbitas definidas y muy precisas, y les es imposible descender por debajo de una órbita denominada “fundamental”. De este modo, Bohr propone la idea de cuantización para las órbitas electrónicas. Comienza a hablarse de “estados cuánticos” para caracterizar a los electrones en la órbita de un átomo, de modo que los electrones podrán cambiar de órbita mediante un salto cuántico si se le suministra una determinada cantidad de energía en forma de fotón para alcanzar una órbita mayor. Si por el contrario pierde esa energía en forma de fotón, descenderá a una órbita inferior. Este modelo consigue, por ejemplo, explicar las líneas espectrales del átomo de hidrógeno.
Pronto aparecen en la escena cuántica el austriaco Erwin Schrödinger y Werner Heisenberg que proponen toda una nueva reformulación de la naciente física. El primero consigue formular una ecuación que describe el átomo de hidrógeno y al electrón como “vibraciones electrónicas” repartido en forma de nube, deslocalizada, alrededor del núcleo. El segundo es el fundador de la “Mecánica de matrices” para describir cada propiedad física. Ambas formulaciones de la Naturaleza se demostraron totalmente equivalentes.

3.1. El V congreso Solvay de Bruselas de 1927: los que transformaron el mundo, reunidos por única vez.

Toda la avalancha de acontecimientos que venían precipitando el advenimiento de la nueva Física, se presentan con toda su crudeza en el V Congreso Solvay, celebrado en Bruselas en 1927, y que tenía como
objetivo principal la discusión de los resultados obtenidos por la nueva mecánica cuántica desde 1925. De
aquí no sólo salen fortalecidas las nuevas ideas, sino que –lo que es más importante- una nueva forma de
interpretar el mundo que acarrea un enfrentamiento histórico entre Einstein y Bohr, que la historia derimiría a favor del segundo, que por cierto, abandera la llamada interpretación de Copenhague cuyo núcleo principal lo constituye el llamado “principio de complementariedad”. Mientras que la mayoría de los físicos asistentes al congreso ya conocían las ideas de Bohr (por habérselas oído en unas conferencias anteriores) a Einstein les resultan totalmente novedosas y durante esos mismos 6 días de congreso se esfuerza en refutar ideando experimentos mentales a los que tanto le gustaba acudir, pero –al parecer- sin existo, ya que el mismo Bohr los rebatía.
El principal punto de fricción entre estos dos colosos de la física, residía en el carácter probabilístico (estadístico, si se quiere) y NO determinista que introducía la Mecánica Cuántica y que no era compartido
por Einstein, además del papel fundamental que juega el propio observador en los experimentos que realiza. En efecto, a partir de 1927 la mecánica cuántica impone límites a la validez de aplicación de la física clásica a la par que ofrece una interpretación a las paradojas que ha venido presentando en los nuevos descubrimientos que escapan a la antigua interpretación. En la primavera de ese mismo año, Heisenberg lanza su principio de indeterminación, Born su teoría de la complementariedad, y ambos exponen los métodos matemáticos de la nueva mecánica, llenos de rigor y sutiliza. Tras ello, Born y Heisenberg se preguntan por qué la mecánica de matrices parece incapaz de proporcionar información directa acerca de fenómenos “reales”, frente a fenómenos “posibles”. Se trata de una impotencia esencial que desemboca en admitir que el determinismo clásico NO es aplicable en la nueva mecánica. Indeterminación no significa imprecisión. De hecho, cada magnitud característica de los fenómenos atómicos puede medirse con tanta precisión como se desee, lo mismo que en la teoría clásica; pero si se quiere medir simultáneamente magnitudes unidas canónicamente (es decir, en términos del cálculo de operadores) entonces, resulta imposible descender por debajo de cierto límite. El hecho de que ese límite venga dado por una relación en donde interviene la constante h de Planck aclara al mismo tiempo el verdadero sentido de ésta: la constante de Planck es la medida universal de la indeterminación introducida en las leyes naturales por el dualismo de las ondas y los corpúsculos.
Los trabajos de Bohr en esta nueva mecánica van a imprimirle un marcado sello filosófico. Lo propio de esta nueva idea de la mecánica es declarar caduca la idea clásica de que un objeto existe independientemente de que se le observe. Del mismo modo, se introduce en el concepto de la observación una cierta arbitrariedad, debida a la decisión de situar aquí o allá la demarcación teórica entre lo que es observado y lo que se usa para observar. El mayor obstáculo para la adaptación de nuestra intuición a las nuevas condiciones que marca esta naciente ciencia, radica en la persistencia de las formas antiguas de representación presentes en cada término de nuestro lenguaje. Por otro lado, el otro obstáculo fundamental está en el abandono de la idea determinista de los fenómenos físicos individuales, a la par que por la extrema matematización de la escuela de Copenhague que esconde todo concepto de realidad física. En este punto, Landé había comparado “el invento y aplicación” del cálculo de matrices para la mecánica cuántica con la invención del cálculo diferencial para la mecánica newtoniana. Con todo, opiniones como la de Einstein que se aferraban al determinismo, discuten con vehemencia a la propia Mecánica que nace y que es capaz de predecir con éxito el resultado de los experimentos. Einstein escribiría a Max Born: “No me satisface la idea de poseer una maquinaria que permita profetizar, pero a la que no somos capaces de dar un significado claro”.

3.2. La postura de Einstein.

A pesar de haber contribuido a su nacimiento, Einstein fue muy crítico con la mecánica cuántica. El principio de complementariedad de Bohr le parecía sólo una cortina de humo sobre la nueva mecánica que ocultaba las dificultades conceptuales que encerraba. Para él, la teoría habría de avanzar un paso más en una abstracción mayor y no limitarse a lo que para él no pasaba de ser un recetario de cálculo.
Ante todo, lo que no le satisfacía era el contexto filosófico en que se insertaba la mecánica cuántica. En la interpretación de esta mecánica, las posturas filosófica y los problemas físicos estrictamente hablando están estrechamente implicados. Para los físicos de la escuela de Copenhague, la mecánica cuántica obliga a una filosofía del conocimiento que renuncie al determinismo, a la objetividad, incluso al principio de realidad. Para Einstein, si la teoría fracasa en caracterizar de manera precisa los elementos de la realidad, es que es incompleta. Este es el núcleo del debate de Einstein y los físicos partidarios de la realidad física, y por otra, los partidarios de la escuela de Copenhague a favor de una filosofía de la observación. Lejos de ser una estéril polémica contribuyó a limar los cantos de la teoría y hacer explícitas ciertas propiedades que no se habían percibido claramente, entre ellas –y tal vez la más importante por ser un resumen de las propiedades de los sistemas cuánticos en lo que tienen de irreductibles a las representaciones clásicas- está el famoso argumento EPR (Einstein, Podolski y Rosen) del que se hablará luego.
El devenir del tiempo y la posterior evolución del problema de la localidad en física con el teorema de Bell y los experimentos de correlación cuántica a distancia, han permitido situar mejor el carácter específico de la teoría cuántica separándolo del conjunto de especulaciones filosóficas que lo rodeaba. Porque lo que fundamentalmente dejaba insatisfecho a Einstein de la nueva mecánica, más allá de las interpretaciones filosóficas, era el carácter únicamente probabilístico de sus predicciones. Ponía en duda que la función de onda representativa de un sistema físico caracterizara un sistema individual, ya que aquélla no era más que el resultado de un tratamiento estadístico, de cálculo de probabilidades. Acepta que exista una correlación a distancia con los conjuntos de partículas emitidas por una misma fuente, ya que esta no-localidad es –para Einstein- tan sólo aparente, de tipo estadístico, y sin relación con los sistemas cuánticos individuales.
Independientemente de los resultados y avances posteriores, está claro que Einstein había puesto el dedo en la llaga de la cuestión interpretativa de la mecánica cuántica, sin haberse dejado impresionar ni por la mecánica clásica, de la que sacó sus deficiencias, ni por los éxitos de la mecánica cuántica que él mismo había ayudado a nacer.

4. RELATIVIDAD y MECÁNICA CUÁNTICA: un matrimonio delicado.

Hasta 1927, no hay una sola formulación de la mecánica cuántica que sea relativista. Todos los físicos, y en particular de Broglie, la intentaron, pero ninguno logró la delicada asociación de la relatividad y la teoría de los quanta. Pero alrededor de los años 30, entran en escena P. Jordan y sobre todo P. Dirac, lo cual hará cambiar la idea que hasta entonces se tenía de la materia.
En efecto. Ya Bohr en 1913 se percató de que para poder explicar la estructura fina de los espectros del átomo sería necesario hacer intervenir a la relatividad. De hecho esto es lo que hizo A. Sommerfeld con una precisión asombrosa, a pesar de que ni Schrödinger ni Heisenberg habían tenido presente la relatividad en sus respectivas formulaciones de la mecánica cuántica.
Para llegar a una mecánica cuántica relativista era necesario, primero, hallar una generalización relativista de la ecuación de Schrödinger para las partículas libres y segundo, proponer una nueva descripción de las interacciones entre dichas partículas. Ya se sabía que las teorías NO cuánticas, para describir de un modo
relativista las interacciones entre partículas, debían recurrir al concepto de campo, dado que según la relatividad NO se pueden producir en él acciones instantáneas a distancia. ¿Sufriría ese concepto clásico de campo la misma revisión que el concepto clásico de posición de una partícula? ¿Habría que empezar a hablar de “cuantificación de los campos”? En esta línea comienzan los trabajos de P Jordan y algo más tarde, y sobre todo, P. Dirac, quien influenciado por un trabajo de Heisenberg, creyó que tendría que existir una profunda analogía formal entre la nueva mecánica cuántica y la mecánica clásica. Esto es, las ecuaciones debían ser las mismas, excepto que las posiciones y velocidades de los objetos clásicos ya no serían números ordinarios, sino que se habrían convertido en “entidades simbólicas, q, cuyo producto no fuera conmutativo”. De este modo, Dirac logró en dos años una nueva formulación de la mecánica cuántica que resultó ser la más elegante, la más general y dotada de una interpretación física más precisa. Con las nuevas armas matemáticas por él desarrolladas, acometió el problema de explicación de los espectros de los átomos y el efecto de los campos magnéticos sobre ellos volviendo al problema de una ecuación de onda relativista para el electrón. Sin embargo, la ecuación fundamental de la dinámica relativista de Einstein
E2 = (p × c)2 + (m×c2 )2
que relaciona la energía E de una partícula con la masa y su momento lineal p, NO podía integrarse en el formalismo cuántico de Dirac. Buscó otra ecuación para E con tal éxito que de ella dedujeron las posiciones
exactas de los niveles del átomo de hidrógeno, así como el espín del electrón. A partir de entonces, la bella
ecuación de ondas de Dirac fue inmediatamente considerada como la “verdadera” generalización relativista de la ecuación de Schrödinger. Con ella era posible construir una teoría cuántica totalmente relativista de la interacción entre radiación y partículas cargadas. Según los trabajos de Jordan, Heisenberg y Pauli en esta línea, las partículas de materia (electrones, protones) debían ser los quanta del campo de Dirac, solución de la ecuación de onda de Dirac, del mismo modo que los fotones eran los quanta del campo electromagnético, soluciones de las ecuaciones de Maxwell.
Guiados por la analogía materia-radiación, se dio a las ondas de materia cuantificadas una expresión formal lo suficientemente general para poder describir las partículas elementales entonces conocidas (electrones y protones). Esta idea permitía describir un conjunto de n partículas cargadas como los constituyentes de un átomo, en el espacio físico de 3 dimensiones, mientras que antes había que usar un espacio físico de 3n dimensiones mucho más abstracto. Por esta razón, Heisenberg y Pauli, embarcados desde 1927 en la elaboración de toda una electrodinámica cuántica, describen la materia cargada y la radiación mediante un conjunto de ondas cuantificadas en interacción. Esta tarea se vio envuelta en una tremenda pesadez y complejidad matemática que hizo dirigir las miras hacia terrenos más pedagógicos y elegantes de electrodinámica como las desarrolladas por Enrico Fermi, que satisfacía los requerimientos relativistas. Sin embargo, pronto aparecieron los problemas. En primer lugar, la ecuación de Dirac, como toda ecuación relativista, admite soluciones matemáticas que corresponden a estados de energía negativa del electrón. Dirac salva este inconveniente admitiendo que tales niveles de energía negativa ya están ocupados, pues de otro modo se manifestarían. Admite incluso que puedan existir “agujeros” o mares en esos espacios y que tales se mostrarían como electrones de carga positiva. Había predicho la existencia del positrón.
El otro inconveniente surgió de la aparición “de los infinitos” en el desarrollo de esta electrodinámica cuántica. Buena parte de la causa era que cuando un electrón se mueve, emite un campo electromagnético
y a continuación vuelve a interactuar con su propio campo. En electrodinámica cuántica, que por hipótesis
sólo considera electrones puntuales, esta inevitable auto-interacción es indefinida y hace que toda la teoría
se vuelva absurda. Este inconveniente es salvado por un grupo de físicos entre 1936 y 1948, entre los que se encuentra R. Feynman, introduciendo el concepto de renormalización. Sin embargo, el problema de los
infinitos no dejó de hacer acto de presencia e inquietar a los físicos cuánticos, lo que mostraba que aún se
estaba lejos de alcanzar una síntesis rigurosa de los principios cuánticos y relativistas. Sin embargo, para la
mayoría de las aplicaciones prácticas se realizan cálculos aproximados en los que no aparecen esos infinitos, lo que hizo prosperar la teoría cuántica a pesar de su inconsistencia matemática.
El desarrollo de las investigaciones teóricas en este terreno se ha visto estimulado por la aparición de nuevas partículas como el neutrón, el positrón, y más recientemente el mesón y con ellos la aparición de las interacciones débil y fuerte. La teoría cuántica relativista, al interpretar las partículas como excitaciones de campos, permite entender las reacciones entre partículas como transferencias de excitación entre diversos campos fundamentales. La idea de una materia permanente constituida por partículas indestructibles e individualizadas había muerto para siempre.

5. LA DESIGUALDAD DE BELL.

El año de 1935 ve culminar el debate entre Einstein y Bohr. Ese mismo año, junto a dos jóvenes físicos, B. Podolsky y N. Rosen, Einstein desarrolla una argumentación para “atacar” la fundamentación de la Mecánica cuántica y que se conoce con el nombre de paradoja EPR. En ella, defiende su visión determinista
de un modo real que existe fuera del observador. Para los de Copenhague, “la búsqueda de lo real” carece
de sentido. Para ellos, la actitud mental más razonable consiste en considerar la mecánica cuántica como un conjunto de reglas de cálculo que permiten predecir los resultados de los experimentos, y además, con éxito. La visión de EPR se basa en tres hipótesis de partida que han de aceptarse por definición:
· Realismo: las regularidades observadas en los fenómenos tienen su origen en una realidad física cuya existencia es independiente del observador.
· Modo de razonar: la inducción es un método válido de razonamiento, que puede usarse para extraer conclusiones generales de una serie de observaciones finitas y limitadas.
· Separabilidad (o localidad): ninguna información puede propagarse más aprisa que la velocidad de la luz. Mas tarde, al conjunto de teorías de la Naturaleza emanadas de estas premisas se las denominó “teorías realistas locales” Einstein, como se ha dicho, no pretendía en modo alguno que la mecánica cuántica fuera errónea, sino solamente incompleta. Suponía que tenía que haber una explicación más perfecta de los fenómenos: es lo que más tarde se denominó “hipótesis de variables ocultas” y que por supuesto, desechaban los de Copenhague por considerarlas innecesarias.
En 1948 John Bell descubre el artículo EPR y desarrolla sus famosas desigualdades con la idea de arrojar algo de luz al ya antiguo debate. Desarrolla unos algoritmos que ponen en evidencia la NO coincidencia de
las predicciones de la mecánica cuántica con las de las teorías de las variables ocultas. Hasta entonces, podían hacerse predicciones de experimentos bajo uno u otro pensamiento, indistintamente, y en apariencia, ambas coincidían. Hasta que aparece el trabajo de Bell, proponiendo una serie de experimentos mentales (luego, años más tarde, se harían realidad) que dieron un respaldo a la interpretación de los daneses de
la Mecánica Cuántica.
Brevemente, la desigualdad se refiere a los pares de protones correlacionados cuyo espín se mide. Este viene definido por tres componentes A, B y C, cada uno de los cuales no puede tomar más que los valores
+ o -. Si las tres premisas de las teorías realistas locales se consideran verdaderas, por medio de un sencillo razonamiento Bell formula una relación entre los resultados de las mediciones. Dicha relación constituye la famosa desigualdad de Bell.[3]
A raíz del no cumplimiento de las predicciones por parte de las teorías locales en aras de la mecánica cuántica, hace resurgir el conflicto entre ambas. No es hasta 1969 cuando se inician los pasos para realizar
experiencias reales que zanjen el conflicto. Las primeras experiencias comienzan en 1970, y fueron necesarios tres años para la colocación del montaje de Alain Aspect que dirimiría la cuestión. Aspecto no
comenzaría sus experimentos hasta 1976.
La decena de experimentos llevados a cabo hasta ahora y que ponen a prueba la desigualdad de Bell, refuerzan la mecánica cuántica. En conjunto, no sólo violan las desigualdades de Bell, sino que lo hacen de
un modo previamente previsto por ella. Por tanto, la contribución de Bell de 1964 demuestra que las hipótesis del razonamiento EPR son contradictorias. Por tanto, si las teorías realistas locales son falsas, una
de las tres (o las tres) es falsa. Pero ¿cuál o cuáles? La mayoría de los físicos estaría tentado de conservar el
realismo y la libre inducción. Sin embargo, la violación de la desigualdad de Bell encontraría explicación tan sólo en el abandono de la hipótesis de separabilidad einsteniana. Esto es, una información podría propagarse más rápido que la luz. Por sí sólo, el experimento de Aspect, realizado en 1981 parece probar la hipótesis de separabilidad de Einstein. En él, los pares de fotones correlacionados sufren mediciones de polarización en las que una astucia técnica simula una rotación de cada uno de los dos polarizadores en un intervalo de un nanosegundo. Sabiendo que en el experimento, los polarizadores están a unos 12 m, la luz recorrería esa distancia en 40 nanosegundos, con lo que los fotones, si intercambian información lo harán a una velocidad por encima de la de la luz.
No hay que olvidar que los resultados de Aspect concuerdan con la mecánica cuántica. ¿Es necesario entonces abandonar el principio de propagación a velocidad finita para las señales? Este principio –hay que recordarlo- constituye una de las bases de la teoría de la relatividad. El concepto de señales supralumínicas conduce a paradojas extrañas de causalidad en las que los observadores situados junto a ciertas marcas constatan que tal o cual suceso es “causado” por otro que ¡todavía no se ha producido!

5.1. Los experimentos.

Las consideraciones de Bell eran de tipo teórico (experimentos mentales), sin embargo, el propio Bell demostró la existencia de una situación experimental particular del tipo EPR, realizable (apreciable) en el laboratorio, de modo que las predicciones de la mecánica cuántica están en contradicción con las de variables ocultas. Esto es, si los resultados del experimento concordaban con las predicciones de la mecánica cuántica, deberían violar las desigualdades de Bell. En caso contrario, las ideas de variables ocultas se verían reforzadas. Un equipo de físicos de la universidad de Berkeley y otro de Harvard ponen
en marcha los primeros experimentos con resultados, paradójicamente, distintos. El equipo de Berkeley
obtiene resultados que están de acuerdo con la mecánica cuántica y por tanto violan la desigualdad de
Bell, mientras que el de Harvard obtiene sólo un resultado ligeramente de acuerdo con las desigualdades y
claramente en desacuerdo con las predicciones de la mecánica cuántica.
A lo largo de los años se siguen realizando experimentos con resultados coincidentes y/o diferentes con la mecánica cuántica, hasta que en la universidad de Texas se decide emplear en el experimento fotones de mayor energía que los usados hasta el momento obteniendo con ellos un resultado de acuerdo con las predicciones de la mecánica cuántica, aunque con un proceso interpretativo algo complejo, que por cierto había sido el denominador común en todos los experimentos realizados hasta entonces. Alain Aspect monta tres experimentos que se alejan del barullo interpretativo y son más directos en ese terreno, sin razonamientos indirectos. El resultado de los experimentos de Aspect violan de forma clara las desigualdades de Bell y por tanto refuerza enormemente a la mecánica cuántica. Con todo, sigue habiendo físicos que no admiten los resultados de esos experimentos ya que el rendimiento de los equipos que usó Aspect no eran del 100 %, sólo del 20 %, con lo que el debate parece seguir abierto.

6. UN PRIMER RESUMEN.

Ante todo lo dicho hasta ahora, parece más o menos evidente que la mecánica cuántica parece más sencilla en el laboratorio, donde se efectúan complicados cálculos, que en un curso de física, en donde necesariamente han de explicarse sus fundamentos. Así es. En mecánica clásica, la descripción del estado
físico de un cuerpo material comprende su posición en el espacio, su velocidad, su velocidad de rotación,
etc., magnitudes que nos parecen medibles y correctas. En mecánica cuántica, en cambio, todo esto se
sustituye por un ente matemático complejo, el “vector de estado” designado por Y. Las relaciones matemáticas entre Y y lo que se puede medir en el sistema, son complicadas. Un tema de discusión es qué
categoría conceptual conferir a Y. Inicialmente, Schrödinger pensaba que Y daba una descripción directa
de la realidad. En otro extremo, se podía considerar a Y como una descripción, no del sistema en sí, sino
tan sólo de los datos de que disponemos acerca del mismo. Sería análoga a una distribución de probabilidad en mecánica estadística. En cualquier caso, ninguna de las acepciones se ha venido mostrando completamente satisfactoria. Para los físicos acogidos a la interpretación de Copenhague Y se encuentra en cierto modo en un lugar intermedio entre los dos extremos anteriores.
Por otro lado, la evolución de Y es motivo de debate. Unos postulados argumentan una evolución determinista y causal (ecuación de Schrödinger, continua, válida para la evolución libre del sistema) y otros postulados argumentan una evolución indeterminista (cuando se hace una medición, Y evoluciona de modo básicamente imprevisible) y no causal. De este modo, el “vector de estado” es verdaderamente un objeto matemático cuya interpretación no tiene un equivalente, ni siquiera aproximado en la física clásica.
Tampoco hay un verdadero consenso en la interpretación del formalismo de la mecánica cuántica. Unos físicos adoptan un punto de vista “positivista”, en el que no tiene sentido el propio concepto de realidad física independiente. Por lo tanto, la física no puede tener como fin describir dicha realidad, al menos con las percepciones de que disponemos, con lo que toda vinculación entre Y y la realidad es vana. Otros físicos, como Einstein, prefieren adoptar una postura realista, otros prefieren una postura intermedia, etc. Dado que esta variedad de posturas no tienen consecuencias concretas sobre la investigación, ésta no parece resentirse apenas del efecto de esas divergencias.

6.1. El realismo, la localidad y sus consecuencias.

De los intentos más famosos por demostrar que la mecánica cuántica es una teoría NO completa (que no falsa) el que se resume en la famosa “paradoja” EPR es el más extendido y estudiado. Los puntos principales de ese argumento son los 3 expuestos en unas páginas atrás y para aclarar la cuestión, la aportación de J. Bell fue decisiva. Mediante un razonamiento sencillo se demuestra que si en física se acepta la “localidad” las hipótesis EPR conducen a conflictos con la mecánica cuántica. El principio de localidad dice que la evolución de las magnitudes físicas reunidas en un punto del espacio-tiempo depende sólo de dichas magnitudes en ese mismo punto (no de la acción a distancia). Tal y como están las cosas, probablemente sea el abandono del tercer punto de EPR lo que menos le cueste a la física. Desde este punto de vista, entonces, dos objetos que en el pasado hayan interactuado y desarrollado correlaciones han de ser considerados como un todo indisociable, y no tiene sentido hablar de propiedades físicas del uno o del otra de forma separada. Además, de este modo, se evita recurrir a influencias hipotéticas que se propagan más rápido que la luz. Sin embargo, hay que comprender que esta actitud implica que el sistema global de los dos objetos puede reaccionar como un todo, e instantáneamente en todo el espacio cuando se efectúa una medición en uno de sus extremos. Este concepto de objeto físico extendido, que reacciona en bloque sin retraso a una perturbación, es a priori chocante con la relatividad. En este sentido, se puede decir que efectivamente se acepta la idea de una cierta no-localidad. Entonces, lo que habría que rechazar sería el realismo separable, el realismo local.
Otro modo de presentar las cosas es decir que el fenómeno aleatorio de realizar una medición, no es localizable en una pequeña región del espacio, sino que se produce al mismo tiempo en regiones alejadas entre sí. Habitualmente, las correlaciones observadas en física entre sucesos aleatorios simplemente son consecuencia de una causa común en el pasado que fluctúa (fluctuaba) al azar. En el caso que nos ocupa, las correlaciones entre resultados de mediciones son muy diferentes, esencialmente de tipo cuántico, y apenas hallan equivalente en el resto de la física. De este modo, se renuncia a un principio general de “propagación de las influencias de forma progresiva”. Contrariamente a lo pensable, no siempre se pueden considerar despreciables las influencias mutuas de dos dispositivos alejados entre sí.
Otros físicos prefieren conservar el concepto de realismo inseparable, pero abandonando la localidad y sin entrar en contradicción con la relatividad, con lo que de este modo se puede restablecer el determinismo. Aceptan entonces la idea de restringir ligeramente el alcance de la relatividad, que sigue siendo válida en general, pero que admite excepciones a favor de ciertos elementos de realidad muy particulares (los de EPR). En la medida en que dichos elementos escapan a todo control humano, este punto de vista no entraña necesariamente un contradicción flagrante con la relatividad. En opinión de muchos, este quizás sea el punto de vista más económico que conduciría a construir teorías de “parámetros suplementarios” no locales. Pero todavía hay que construirlas y demostrar que son tan universales y eficaces como la mecánica cuántica.
Hay otras interpretaciones “audaces” como las de Evertt “de los universos paralelos” en donde Y evoluciona según la ecuación de Schrödinger, y donde el proceso de medida no existe realmente, sino que todos los resultados posibles se producen realmente y al final “la función Y colapsa en uno determinado” que es el que se nos muestra. Esta interpretación acoge al conocido “problema” del gato de Schrödinger como campo de acción. Al parecer ofrece numerosas dificultades conceptuales. En cualquier caso, tras medio siglo de reflexión, no se ha conseguido aún una interpretación clara y simple del formalismo abstracto de la mecánica cuántica y ningún punto de vista concreto ha arrastrado a una mayoría significativa, lo cual es habitual en la historia de la física. Cabe preguntarse, tal vez, por qué seguir haciendo funcionar la máquina en lugar de intentar comprender mejor los principios básicos.

NOTAS

1 Tomado del libro “El mundo cuántico” de S. Deligeorges en Alianza.
2 DIFRACCIÓN DE LA LUZ: Si se dirige un rayo de luz sobre una apertura grande, las ondas luminosas siguen una trayectoria rectilínea y proyectan sobre la pared una forma igual a la de la apertura. Por contra, si el tamaño de la apertura es muy pequeño (hecho con una hoja de afeitar) su anchura es tan pequeña como la longitud de onda de la luz incidente. El haz luminoso se difracta y la mancha sobre la pared no se corresponde con la forma de la apertura y sus contornos no son claros.
3 n (A+ B-) n (A+ C-) + n (B- C+)

15.9.12

Teoría del Quasitrón

El libro "El Conde de Haimbhausen y el Misterio de Veas-01", en su Capítulo V titulado "los Visitantes del Dorado Atardecer", indica que los misteriosos monjes tenían un concepto manejable sobre la energía existente en el Universo, y que la parte que era "operable" correspondía a un subconjunto de toda esta Energía, imposible de capturar y de manejar en su totalidad. Es por ello que, mientras el padre Haimbhausen conversaba con el Abad, le fue enseñado esta extraña e insólita expresión, la cual (dice el libro) fue hallada en décadas posteriores a la expulsión de los Jesuitas, entre antiguos documentos sin clasificar que estaban en los sótanos del Monasterio de El Escorial, en España. La extraña fórmula es la que aparece dada al comienzo.

Aunque no se conocen, hasta la fecha, de expresiones similares en otro documento alguno de la época, el libro explora una posible interpretación sobre la concepción del Mundo, pensada por la Orden Monástica, y sobre sus capacidades sobre concebir la Energía como un "producto utilizable y de control", lo que hasta ahora, en nuestra civilización, no ha podido más que teorizarse. La novela "el Conde de Haimbhausen y el Misterio de Veas-01" cuenta que estando perplejo el padre Carlos von Haimbhausen sobre esta expresión, el Abad le explica que ésta es una síntesis de conceptos: la Energía Universal está muy por sobre la manejable, de tal manera que sólo es posible manipular una cantidad "Eta" que está en correspondencia con una forma transcrita como "Quasitrón" (símbolo expresado al final de la serie dada por la primera desigualdad); molécula de mínima energía, pero al mismo tiempo, de máximo rendimiento. El Abad le enseña al sacerdote que "operar" con dimensiones o tamaños menores a esta molécula, o mayores a ella, hace ineficiente su utilización, puesto que su rendimiento depende de la dimensión de los cuerpos que usualmente gobiernan nuestro Universo (lo que hoy llamaríamos "Dimensión Fractal" adecuada).

Ahora bien, un "Quasitrón" es una "molécula" compuesta por tres partes: una zona positiva, una negativa, y una neutra (entre medio de ambas). A su vez cada zona estaría formada por tres estructuras menores llamadas Rabdión, gamma-Hilión y gamma-Cerión, conformando una gran estructura.

Finalmente, el Abad, analizando la expresión dada al comienzo, explica que el cuociente I/O tiene la siguiente interpretación: la Energía Universal está conformada por Operadores que son Invisibles I (o no medibles) y por otros que sí podemos medir u observar O (medibles con instrumentos técnicos). Los operadores dados en I (invisbles o no medibles), son los que hallamos en la parte superior de la expresión anexa a la igualdad, en tanto que los operadores O (observables) son los descritos en la parte inferior de tal expresión. Para la actual Mecánica Cuántica, los operadores que forman un Grupo Abeliano (que conmutan) configuran los set de llamados "observables", en tanto aquellos que no conmutan (A * B distinto de B * A) son los responsables de las llamadas "partículas virtuales". En pocas palabras, esta expresión ya conocida por algunos jesuitas supuestamente en el siglo XVIII, introducía conceptos que hoy son naturales en los manejos mecano-cuánticos posteriores a la segunda mitad del siglo XX.

Entonces, ¿contendrá esta expresión información adicional a las modernas teorías formuladas por la Física (o dentro de los símbolos individualmente expuestos), que nos indique la manera en cómo debemos concebir nuestro Universo, y conocer si el espacio-tiempo es "real" o bien es la consecuencia de otros "operadores" que actúan junta o separadamente?.

La respuesta a difícil pregunta es: sí. La anterior expresión (como lo explica con detalle la Novela Histórica) parece indicar que los jesuitas liderados por el procurador bávaro, ya conocían en Chile (antes que en Europa) de las ideas de Espacio-Tiempo, y que los documentos descubiertos (o redescubiertos) con décadas de retraso en las diversas bibliotecas, sirvieron de inspiración a muchos científicos y matemáticos de origen alemán, o judío alemán, en Europa, que terminaron con los aportes que la historia conoce después de 1905. En efecto, el padre Manuel Lacunza y Díaz en su obra "la Venida del Mesías en Gloria y Majestad" además de hablar sobre los antiguos cambios de polaridad en el Globo Terráqueo, y el planteamiento sobre edades en que la eclíptica coincidía con el ecuador celeste, habla sobre conceptos de lo que hoy denominaríamos (a la luz de las ideas de Einstein sobre la Relatividad) contracciones del espacio-tiempo (cuyos datos no se dan en esta primera obra, sino en la continuación de la Segunda Parte, donde se profundiza más sobre los aspectos científicos y técnicos, para aquellos que gusten de los "argumentos físico-matemáticos"). La expresión inicialmente presentada en este artículo (y que es conocida hoy sólo por un "puñado" de investigadores), expresa algunos operadores que, dicho de un modo directo, explican que nuestro universo es espacialmente parabólico aunque temporalmente hiperbólico, aunque ni el concepto de espacio ni de tiempo son considerados causas, sino todo lo contrario, efectos. La expresión aquí mostrada al público, y que en el libro "el Conde de Haimbhausen y el Misterio de Veas-01" se explica con mayor detalles, parece indicar que lo que denominamos Espacio, no es más que "resonadores virtuales de Helmholtz de muy baja frecuencia" que sumados al Indice de Refracción del medio (n), crean un potencial para el Espacio Vacío que es muy distinto de cero, explicándose con detalle el por qué el Universo Vacío posee una Impedancia Zo muy distinta de cero, e igual a 377 ohms (por cada metro lineal) para las proximidades de nuestro Sistema Solar; así como que en lo que llamamos Vacío existen condensadores virtuales de 8,8 (pF) e inductancias o bobinas virtuales de 1,26 (uH), también por cada metro lineal, conformando una inmensa "telaraña virtual" consistente en un Filtro RLC Pasa Banda por el cual "parece avanzar" la luz u ondas electromagnéticas. El libro trata de reescribir esta expresión del siglo XVIII en términos de los conceptos actualmente aceptados (aunque se reconoce que aún existen aspectos de la fórmula que no son entendidos), pero que desde un punto de vista práctico y a una Escala Fractal de 290 micras aproximadamente, se puede simular el Vacío como compuesto de un "Gigantesco Circuito Eléctrico Resonante" cuyos "elementos nanoelectrónicos" son virtuales (no medibles) y dados por los operadores superiores de la Expresión Matemática presentada aquí, y que presuntamente fue proporcionada al sacedrote Haimbhausen por el Abad de esta curiosa Fraternidad de monjes, quienes usaban un atuendo similar al de los monjes benedictinos. La Novela Histórica propone que estas expresiones manejadas en forma confidencial (y que este libro las presenta en toda su cabalidad) habrían servido para elaborar el proyecto Apocalipsis que desde finales de la Segunda Guerra Mundial se lleva a cabo en las profundidades oceánicas cercanas a la isla griega, de origen volcánico, conocida con el nombre de Agios Efstratios.

Extracto de "El Conde de Haimbhausen y el Misterio de Veas-01"

Y así fue como el Abad, durante casi tres horas, enseñó dificultosamente al padre Karl von Haimbhausen, algunos conceptos técnicos y matemáticos, de los cuales sólo algunos son reproducidos aquí como testimonios del antiguo conocimiento de los monjes de la Fraternidad de la Rosa y de la Cruz.

- Aquí ves la expresión para la Energía, como concepto teórico.- argumentó el Abad.- determinada como una razón entre lo Sutil-Virtual Invisible, I, y lo Medible-Real u Observable, O, conocido por sus efectos físicos.

“Si la forma para la Energía, de la anterior expresión, es desarrollada en sus términos, arriba y debajo, tendremos, entonces, una formulación matemática que puede transcribirse como:

Describiendo cada uno de los símbolos de izquierda a derecha, y de arriba hacia abajo, tendremos lo siguiente: el primer símbolo es la Anti-Materia, la cual no es otra cosa que materia invisible, no implicando que se oponga a la Materia. No la podemos medir ni percibir con nuestros sentidos cotidianos porque es inmaterial y desconocida para el Hombre.
El segundo símbolo es la “sustancia” que traspasa todos los planetas y Mundos dentro del Universo; es el “Rayo” que ordena la Materia y que organiza todo lo medible o sujeto a ser percibido con nuestros sentidos o maquinarias.

El tercer símbolo corresponde a un plano que “toca” tangencialmente a todos los cuerpos existentes, relacionando toda Materia o Cuerpo específico con los restantes cuerpos existentes en todo el Universo; los interconecta, aunque estén unos de otros separados por distancias inmensamente grandes.
El cuarto símbolo, muestra cómo los cuerpos están y habitan en un Universo formado por planos ondulados, plegados. En el Universo existen multitud de pliegues, y sobre ellos se ubican los planetas. Esta acción ondulatoria es anterior a la existencia de los cuerpos o planetas como tales; porque en realidad los cuerpos densos se adaptan a los pliegues. Aunque ésta no es una Fuerza en el estricto sentido de la definición, actúa como si fuese una “fuerza preexistente”. El círculo pequeño que forma este símbolo representa la masa que siempre está asociada a un cuerpo.
El quinto símbolo y primero de la lista inferior, representa las fuerzas físicas usuales. Es la fuerza que es aplicada a los cuerpos, en la forma convencional aceptada.
El sexto representa dos aspectos que son aplicados a todo cuerpo, planeta, o sólido, tales como cinemática y dinámica; acción y reacción, fuerza centrífuga y fuerza centrípeta, etc.
El séptimo símbolo es la atracción y la repulsión en relación al espacio, y debido a las ondulaciones propias del Universo, que representa el “medio” por donde se mueven los planetas y los cuerpos celestes como la Tierra.
El octavo símbolo es el Ritmo y la Frecuencia que existe en todo.
El noveno y último símbolo, abajo a la derecha, consta de dos partes, y nos habla de la fuerza asociada a las leyes de lo que dentro de 200 años se conocerá con el nombre de Mecánica Cuántica, en el margen de lo que casi se considera como no aplicable.
Ahora bien, toda esta expresión anterior puede resumirse en tan sólo un símbolo cuando la energía se transforma en la materia mínima manipulable y transformable, y óptima, de uso práctico, no existiendo entidad mayor o menor que pueda ser mejor utilizada para mover maquinarias y generar movimiento de motores. He aquí una secuencia de la misma expresión anterior y su convertibilidad a formas de energía útil o manejable:

A este simbolo le llamamos Particula Atomica, Particula Encerrada o Atomo Cimiente, porque aunque sabemos de que esta constituido, desmenuzandolo pierde su optima propiedad para generar trabajo.
Ahora bien, el Atomo Cimiente, que nosotros tambien denominamos Quasitron, esta formado por tres tipos de subparticulas que conjuntamente conforman una constante universal que denominamos K. Las tres subparticulas se denominan Rabdion, positiva y asociandosele el color azul, „X-Hilion, negativa y asociandosele el color verde, y „X-Cerion, positiva y roja. Con lo anterior, el Quasitron, formado por estos tres "colores", posee tres zonas: una con carga positiva, otra con carga negativa, y un area central neutra, siendo su diagrama completo dado en el siguiente dibujo:"

Terminada la explicación técnica, el Abad llevó al padre Haimbhausen al lugar donde la noche anterior guardaron la "Máquina Eléctrica" [en el año 1770, esto es verídico], mientras los dos sacerdotes alemanes jesuitas, Havestadt y Nepomuceno Walther, observaban con asombro todo cuanto hasta ese momento acontecía...


fuente:SinParadigmas

11.9.12

Agenda Reunión Bilderberg 2008 - Microchips, Guerra a Irán y Precios Del Petróleo

Información obtenida de fuentes de asistentes a la reunión Bilderberg 2008 (click aquí para ver lista de asistentes) han desvelado los detalles de lo que los elitistas del club discutieron en Virginia Chantilly la semana pasada y los puntos de la discusión en el club resultan ominosos - se trata, entre otras cosas, de una plan para microchipear a los americanos bajo pretexto de la lucha contra grupos terroristas que serán identificados como de “pelo rubio”, “occidentales de ojos azules”.
El veterano experto en Bilderberg y el periodista independiente Jim Tucker se basa en fuentes que regularmente atienden estas reuniones como ayudantes y asistentes, pero que no son miembros Bilderbergs.
La información que aportan este año pone los pelos de punta a aquellos que han realizado un seguimiento al desarrollo del plan para generalizar el uso del microchip en la población de forma tan rutinaria como resultan hoy en día las tarjetas de crédito.
“Bajo el apartado de la resistencia y lucha contra el terrorismo se comentaron asuntos sobre las organizaciones terroristas están reclutando a gente que no tienen el aspecto de terroristas, rubios, con ojos azules, y cómo están haciendo grandes esfuerzos para encontrar estos tipos para que ellos sean los nuevos terroristas locos”, dice Tucker.
(Comentario Trinity: para los que no estén familiarizados con la retórica del Nuevo Orden Mundial, comento que cuando esta gente comenta que se está produciendo tal o cual cosa, lo que pretenden es plantear un problema (inexistente y falso) para inmediatamente plantear una solución. Es decir, no es real que exista una amenaza de este tipo, a menos que la estén fabricando ellos mismos, con lo que podemos esperar pronto a ver noticias por la televisión comentando la detención de individuos terroristas con un perfil racial y sociológico bien distinto a lo que nos tienen acostumbrados; con toda probabilidad personas con aspecto del vecino de al lado llenarán las portadas de los periódicos y serán los próximos “terroristas suicidas”.)
Como se ha documentado antes, la línea de rubios de ojos azules de Al Qaeda es un tema que ya es familiar y que ha sido promovido por la cadena de noticias Fox News y de dentro de otros círculos Neo-Con en un intento de desviar el aparato anti-terror hacia objetivos disidentes, protestantes contra el NOM (Nuevo Orden Mundial) y ciudadanos americanos en general.
La fuente de Tucker también le aseguró que los Bilderberg hablaron sobre cómo microchipear a los humanos a gran escala, lo cual sería introducido bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo de forma que los “chicos buenos” podrían viajar libremente entre aeropuertos, siempre y cuando sus microchips fueran escaneados y la información fuera alojada en una base de datos.
Tucker dijo que se vendió la idea del microchip en base a que este innovador sistema sería de ayuda al personal hospitalario en caso de emergencia porque un simple escaneo del chip permitiría acceso instantáneo a detalles sobre la salud de los individuos.
Tucker desveló que los Bilderberg hablaron concretamente de implantes subdermales y no simplemente de chips que pueden ser contenidos en la ropa. La discusión tuvo lugar en la gran sala de conferencias y era parte del orden del día, no un simple asunto que saliera en el bar del hotel de manera informal
Esa idea tan bizarra puede parecer increíble a algunos, pero la realidad es que durante los últimos diez años ha habido docenas de ejemplos de personas que aceptaron los chips implantados por una variedad de razones diferentes.
En 2004, el fiscal general y 160 de sus empleados fueron implantados con chips para controlar el acceso a zonas seguras de sus cuarteles generales.
El Club Baja Beach en Barcelona y otros clubs nocturnos en el mundo ya tienen a su disposición chips implantables a los clientes que quieran pagar sus bebidas con el movimiento de una mano y tener acceso a las zonas VIP del exclusivo club.

Irán

La fuente de Tucker dijo que el Secretario de Defensa de EE.UU. Robert Gates atendió esta reunión a pesar de que no estaba en la lista oficial.
Tucker comentó que sus Fuentes le dijeron que Gates estaba en la reunión para presentar el caso de la guerra con Irán, pero la mayoría de los miembros Bilderberg estaban en contra de un ataque en este momento.
“Los europeos estaban la mayoría en contra de una invasión de Irán. Gates hizo la típica propaganda de guerra sobre cómo Irán es una amenaza nuclear para todo el mundo”, dijo Tucker, añadiendo que los Bilderberg europeos hicieron sarcásticos comentarios sobre dónde tales armas nucleares realmente estaban siendo guardadas haciendo una broma en un momento sobre que posiblemente estuvieran “en la tumba de Saddam Hussein”.
A pesar de la oposición de los Bilderberg, Tucker dijo que la administración estaba considerando seriamente un ataque antes de que Bush dejara la oficina en la Casa Blanca en Enero.
“Al menos 90 por ciento de los europeos se oponen a la Guerra, probablemente, la cifra está más cercana al 100 por 100″, añadió Tucker.
“La mayor parte de los americanos se mostraron pasivos y deferentes ante los argumentos de la Secretaria de Defensa y Condolezza Rice en cuanto al tema de Irán”.
Tucker dijo que la mayor parte de los americanos en la reunión se opusieron al ataque contra Irán pero no mostraron señales de oposición tan visibles y claras como los europeos.

Precios del gas y petróleo

Uno de los chicos Bilderberg trató esta cuestión, ¿deberíamos poner un control a la subida del precio del petróleo?, ¿estamos alcanzando el punto crítico?, dijo Tucker, añadiendo que los Bilderberg señalaron cómo los americanos estaban comprando y vendiendo más que nunca y en cifras record coches más eficientes y pequeños y usaban más transporte público para combatir los altos precios del gas.
La fuente de Tucker dijo que los Bilderberg habían predicho 5$ por galón de gas para final de este verano y sobre 150$ para el barril de petróleo, pero este sería el techo y los precios del petróleo, a partir de ese momento, comenzarían a declinar porque los asistentes a la reunión pensaban que la aceleración se había producido demasiado rápidamente.
Como hemos reportado previamente, los Bilderberg ya habían consensuado una escalada de los precios del petróleo en el 2005 cuando este costaba 40$ el barril.
Durante la conferencia en Alemania de aquel año, Henry Kissinger dijo a los asistentes que la elite había decidido asegurar una subida del precio del petróleo al doble en el curso de los siguientes 12-24 meses, que es exactamente lo que está ocurriendo.
Durante la reunión del 2006 en Otawa, los Bilderberg acordaron disparar el barril de petróleo a 105$ el barril antes de finales del 2008. Con el objetivo ya cumplido hace meses, la aceleración hasta los 150$ el barril ha superado incluso el objetivo de los Bilderberg, que es la razón por la que los elitistas expresaron el deseo de enfriar los precios al menos en el corto plazo.
Sólo dos días después de que dejara Bilderberg, el responsable del Fed, Ben Bernanke (aquí le tenemos asistiendo a la reunión), George W. Bush y otros expresaron públicamente su apoyo a un dólar fuerte y Bernanke apuntó que los tipos de interés podrían alzarse, lo que inmediatamente causó que los precios del petróleo bajaran en línea con el consenso alcanzado en la reunión de los Bilderberg.
Desde que Bush llegara a la Casa Blanca, el senador Bernie Sanders ha señalado en Enero que,
“5.4 millones de americanos de clase media han caído en la pobreza, 6.8 millones de americanos han perdidos sus seguros sanitarios, los ingresos medios para las familias trabajadoras ha declinado durante 5 años consecutivos, y 3 millones de trabajadores de la industria han perdido sus trabajos. Al mismo tiempo, los costes de la educación, los fármacos de prescripción, la energía y el alojamiento han aumentado de forma dramática”.
Este proceso continuará independientemente de quien sea el próximo presidente o de qué facción del partido globalizador sea quien llegue al Congreso.
En Europa, aunque no manejo cifras globales, la situación económica de la familia media ha empeorado claramente en los últimos años. Las subidas salariales, en general, ni siquiera alcanzan el IPC, los precios se han incrementado enormemente tras la entrada de los países a la Unión Europea y asimilación del euro y, en general, recibimos menos por más, independientemente de lo que nos cuenten nuestros gobernantes mostrándonos cifras macroeconómicas carentes de sentido.
¿Cómo puede estar sucediendo todo esto, y especialmente en Estados Unidos, donde el empobrecimiento de las clases medias es acelerado y brutalmente notable, sin que la gente salga de forma masiva a las calles a protestar?

fuente:TrinityATierra

6.9.12

POLARIS

H. P. Lovecraft 

            A través de la ventana norte de mi estancia, la estrella Polar refulge con luz extraordinaria. En las espantosas horas de negrura brilla en ese lugar. Y durante el otoño, cuando los vien­tos del norte maldicen y gimotean, y los árboles tornados en rojo del pantano se susurran cosas entre sí, en las tempranas horas de madrugada bajo la luna menguante y cornuda, me siento en el alféizar y observo a esa estrella. Justo debajo titila la brillante Casiopea con el pasar de las horas, mientras el Carro se alza con pesadez entre los árboles envueltos en brumas del pan­tano, que el viento nocturno hace balancear. Justo antes del alba, Arturo parpadea rubicunda sobre el cementerio del alto­zano y la Cabellera de Berenice reluce furiosa a lo lejos, sobre el misterioso oriente; pero aún la estrella Polar continúa en el mismo sitio de la negra bóveda, parpadeando odiosa como un malsano ojo vigilante que pugnara por transmitir algún extraño mensaje, aunque sin recordar nada excepto que tenía un mensaje que transmitir. A veces, cuando está nublado, puedo dormir.
            Recuerdo a la perfección la noche de la gran Aurora, cuando sobre el pantano bailaban los alucinantes reflejos de luz demoníaca. Tras los destellos llegaron las nubes, y entonces pude con­ciliar el sueño.
            Y fue bajo una luna cornuda y menguante cuando divisé por primera vez la ciudad. Se hallaba silenciosa y somnolienta, en una extraña meseta de un collado entre dos extraños picos. De espantable mármol eran sus muros y torres, sus columnas, cúpulas y pavimentos. En las calles marmóreas se alzaban columnas de mármol con los remates tallados en imágenes de solemnes hombres barbados. La atmósfera resultaba cálida y calmosa. Y arriba, apenas a diez grados del cenit, resplandecía la vigilante estrella Polar. Contemplé durante largo rato la ciu­dad, pero el día no llegaba. Cuando el rojizo Aldebarán, que fulguraba a baja altura sin llegar a ponerse jamás, se había arras­trado una cuarta parte del camino en torno al horizonte, atisbé luz y movimiento en las calles y las casas. Gentes de vestiduras extrañas, nobles y familiares a un tiempo, salían a las calles y bajo la luna cornuda y menguante los hombres hablaban con sensatez en una lengua que me resultaba familiar, aun cuando era diferente a cualquier idioma que hubiera conocido antes. Y cuando el rojo Aldebarán se hubo deslizado más de la mitad del camino alrededor del horizonte, retornaron la oscuridad y el silencio.
            Al despertar, ya no fui el mismo. En mi memoria se había grabado la visión de la ciudad y en mi espíritu se alzaba otra reminiscencia, aún más vaga, de cuya naturaleza entonces no me hallaba muy seguro. En adelante, durante las noches nubladas en las que podía dormir, atisbé con frecuencia la ciudad; a veces bajo esa luna cornuda y menguante, y en ocasiones bajo los rayos amarillos de un sol que no se ponía pero que rotaba lentamente alrededor del horizonte. Y en las noches despejadas la estrella Polar acechaba como no lo hiciera nunca antes.
            De forma gradual, comencé a preguntarme cuál sería mi sitio en esa ciudad de la extraña meseta entre extraños picos. Alegre al principio de contemplar la escena como observador incorpóreo y omnipresente, comencé luego a ansiar el definir mi relación con ella, y medir mis talentos entre los graves persona­jes que platicaban a diario en la plaza pública. Me decía: «Esto no es un sueño, ¿por qué medio podré probar su superior reali­dad sobre esta otra de la casa de piedra y ladrillo al sur del siniestro pantano y el cementerio del altozano, donde la estrella Polar escudriña a través de mi ventana norte cada noche?
            Una noche, mientras escuchaba la discusión en la gran plaza de múltiples estatuas, percibí un cambio y noté que tenía al fin forma corpórea. Pero yo no era forastero en las calles de Olat­hoé, que se alza en la meseta de Sarkis, entre los picos Noton y Kadiphonek. Era mi amigo Alos quien hablaba, y su alocución era agradable a mi espíritu, pues se trataba del discurso de un hombre cabal y un patriota. Esa noche habían llegado nuevas sobre la caída de Daiko y sobre el avance de los Inutos; demo­nios amarillos, achaparrados, infernales, que cinco años atrás lle­garan del oeste ignoto para devastar los confines de nuestro reino, y que acabaron sitiando nuestras ciudades. Habiéndose apoderado de las fortalezas al pie de las montañas, ahora goza­ban de paso franco a la meseta, a no ser que cada ciudadano pudiera hacerles frente con la fuerza de diez hombres. Ya que las rechonchas criaturas eran duchas en las artes guerreras y care­cían del escrupuloso honor que disuadía a nuestros hombres altos y de ojos grises de Lomar de lanzarse a una conquista des­piadada.
            Mi amigo Alos era el jefe de todas las fuerzas de la meseta, y en sus manos estaba la última esperanza de nuestra patria. En esta ocasión hablaba de los peligros que habría que afrontar, y
exhortaba a los hombres de Olathoé, los más bravos de entre los lomarios, a mantener las tradiciones de sus antepasados, quienes al verse obligados a emigrar al sur de Zobna ante el avance de los hielos (tal como nuestros descendientes habrán algún día de huir de la tierra de Lomar) arrojaron valerosa y victoriosamente ante sí a los peludos y brazilargos caníbales Gnophekehs que se interponían en su camino. A mí, Alos me había denegado el alistamiento, ya que era enfermizo y propenso a una extraña debilidad ante cualquier tensión y esfuerzo. Pero mis ojos eran los más agudos de la ciudad a pesar de las horas que cada día empleaba en el estudio de los manuscritos Pnakoticos y la sabi­duría de los Padres Zobnarianos; por lo que mi amigo, no que­riendo condenarme a la inacción, me otorgó el empeño que resultaba el penúltimo en importancia. Me envió a la torre de vigilancia de Thapnen, donde serviría con los ojos a nuestro ejército. De intentar los inutos conquistar la ciudadela a través del pico Noton, sorprendiendo así a la guarnición, debía encen­der el fuego que pondría sobre aviso a los soldados de guardia, salvando así a la ciudad de un inmediato desastre.
            A solas ascendí la torre, ya que hasta el último hombre era necesario en los desfiladeros de abajo. Mi cerebro se veía doloro­samente ofuscado por la excitación y la fatiga, ya que no había dormido en muchos días; aunque mi propósito se mantenía firme, porque amaba a mi tierra natal de Lomar, así como a la ciudad de mármol de Olathoé, ubicada entre los picos Noton y Kadiphonek.
Pero mientras estaba en la estancia superior de la torre, observé a la cornuda luna menguante, roja y siniestra, estremeciéndose entre los vapores que pendían sobre el lejano valle de Banof. Y, a través de una abertura en el techo, resplandecía la pálida estrella Polar, agitándose como si estuviera viva, espián­dome como un demonio tentador. Creo que su espíritu me susurraba malvados consejos, arrastrándome a una traidora somnolencia con una promesa condenadamente rítmica que se repe­tía una y otra vez.

«Duerme, vigía, hasta que las esferas
Veintiséis mil años
Hayan girado, y yo tornado
Al sitio donde ahora fulguro.
Otras estrellas en su momento se alzarán
 En el eje de los cielos;
Astros que alivien y astros que bendigan
Con dulce olvido:
Tan sólo al final de mi giro
El pasado vendrá a tocara tu puerta. »

            Me debatí en vano contra el sopor, tratando de interconec­tar esas extrañas palabras con alguna de las tradiciones celestes conocidas en los manuscritos Pnakóticos. La cabeza, pesada y vacilante, se me venció sobre el pecho y, al mirar de nuevo, lo hice entre sueños; con la estrella Polar burlándose de mí a través de una ventana, sobre los árboles horriblemente oscilantes de un onírico pantano. Y aún sueño.
            En mi vergüenza y desesperación a veces grito frenética­mente, implorando a las criaturas de ensueño que me rodean que me despierten, no sea que los inutos se escabullan por el desfiladero al pie del pico Noton y se apoderen por sorpresa de la ciudadela; pero tales criaturas son demonios, ya que se ríen de mí y me dicen que estoy soñando. Se mofan mientras duermo, y los achaparrados enemigos amarillos pueden estar mientras des­lizándose en silencio hacia nosotros. He fallado en mi deber y traicionado a la marmórea ciudad de Olathoé; he fallado a Alos, mi amigo y comandante. Pero todavía esas sombras del sueño me escarnecen. Dicen que no existe tierra de Lomar, salvo en mi imaginación, que en aquellas tierras donde la estrella Polar brilla alta y el rojo Aldebarán repta a ras de horizonte no existe sino hielo y nieve desde hace milenios, y que ningún hombre mora allí excepto achaparradas criaturas amarillas consumidas por el frío que se hacen llamar «esquimales».
            Y mientras escribo en mi culpable agonía, frenético por sal­var la ciudad cuyo peligro crece a cada momento, tratando de espantar en vano ese antinatural sueño de una casa de piedra y ladrillo al sur de un siniestro pantano y un cementerio en un bajo altozano, la estrella Polar, maligna y monstruosa, me acecha desde la negra bóveda; parpadeando odiosa como un malsano ojo vigilante que pugnara por transmitirme algún extraño men­saje, aunque sin recordar nada excepto que tenía un mensaje que transmitir.

1.9.12

LA MENTE UNIVERSAL

DR. JOHN HAGELIN

La mecánica cuántica lo confirma. La cosmología cuántica lo confirma. El Universo surge de un pensamiento y toda esta materia que nos rodea se ha creado a raíz de un pensamiento. En esencia nosotros somos el origen del Universo, y cuando entendemos ese poder a través de la experiencia, podemos empezar a ejercer nuestra autoridad y a conseguir cada vez más cosas. Podemos crear cualquier cosa.
Podemos conocerlo todo desde el interior de nuestra propia conciencia, que en definitiva es la conciencia Universal que rige el Universo.
Según cómo utilicemos ese poder, de forma positiva o negativa, así será nuestro cuerpo en cuanto a salud y así será el entorno que nos creemos. Somos creadores,
no sólo de nuestro propio destino, sino del destino del Universo. Somos los creadores del Universo. No hay límite para el potencial humano. Sólo está el grado en que reconocemos esa profunda dinámica y la ejercitamos, el grado en que somos capaces de a manejar nuestro poder. Y eso está íntimamente relacionado con el plano de nuestros pensamientos.
Algunos de los más grandes maestros y avatares describen el Universo del mismo modo que el doctor Hagelin, diciendo que todo lo que existe es la Mente Universal y que no hay nada más que esa Mente única. Existe en todas las cosas. Esa Mente única es inteligencia pura, omnisciente, perfecta, lo es todo y está en todas partes. Si hay algo que sea la Mente Universal, y toda ella existe por entero en todas partes, ¡eres Tú!.
Permíteme que te ayude a comprender lo que eso significa para ti.
Significa que toda posibilidad ya existe. Todo el conocimiento, los descubrimientos e inventos del futuro ya están en la Mente Universal en forma de posibilidades, a la espera de que la mente humana sintonice con ellas. Toda creación e invento en la historia de la humanidad ha surgido de la Mente Universal, tanto si la persona lo sabía conscientemente como si no.
¿Cómo podemos sintonizar con la Mente Universal? Siendo conscientes de ella y utilizando nuestra maravillosa imaginación.
Mira a tu alrededor y observa las necesidades que están esperando a que alguien las satisfaga. Imagina si hubiera un gran invento para hacer esto o aquella otra cosa. Busca las necesidades que están esperando a que alguien las satisfaga. Imagina si hubiera un gran invento para hacer esto o aquella otra cosa. Busca las necesidades e imagina y piensa en su realización. No tienes que esforzarte en hacer un descubrimiento o un invento. La Mente Suprema contiene esa posibilidad. Lo único que has de hacer es mantener tu atención en el resultado final, imaginar que se cumple esa necesidad e invocar su manifestación. Cuando pides, sientes y crees, siempre recibes. Hay una reserva ilimitada de ideas esperando a que sintonices con ellas para poder manifestarse. Tu conciencia lo contiene todo.
«La Mente Divina es la realidad única e incomparable». (Charles Fillmore)

JOHN ASSARAF

Todos estamos conectados. Lo único que sucede es que no lo vemos. No hay un «allí fuera» y un «allí dentro».
Todo lo que hay en el Universo está conectado. No es más que un único campo de energía.
Lo mires como lo mires, el resultado sigue siendo el mismo. Todos somos Uno. Todos estamos conectados y formamos parte de un Campo de Energía Único, la Mente Suprema, la Conciencia Única o la Fuente Creativa. Llámalo como gustes, pero todos somos Uno.
Si ahora piensas en la ley de la atracción, consciente de que todos somos Uno, verás que todo es perfección absoluta.
Comprenderás por qué tus pensamientos negativos sobre otra persona volverán a ti para perjudicarte. ¡Todos somos Uno!. No pueden hacerte daño a menos que invoques ese perjuicio emitiendo pensamientos y sentimientos negativos. Tienes libre albedrío para elegir, pero cuando tienes pensamientos y sentimientos negativos, te estás separando de esa Unidad y Bondad Absoluta. Reflexiona sobre
cada una de tus emociones negativas y te darás cuenta de que todas se basan en el miedo. Proceden de pensamientos de separación y de verte separado de los demás.
La competitividad es un ejemplo de separación. En primer lugar, si eres competitivo es porque tienes una mentalidad de carencia, puesto que estás dando a entender que hay un suministro limitado. Estás diciendo que no hay suficiente para todos, por lo tanto hemos de competir y luchar para conseguir las cosas. Cuando compites nunca ganas, aunque creas que has ganado. Por la ley de la atracción, cuando compites atraes a más personas y circunstancias contra las que competir en todos los aspectos de tu vida, y al final acabas perdiendo. Todos somos Uno, por eso cuando compites, en última instancia, lo haces contra Ti. Tienes que erradicar la competitividad de tu mente y ser una mente creativa. Enfócate sólo en tus sueños, en tus visiones y elimina la competitividad en tu vida.
El Universo es el suministro y el suministrador universal de todas las cosas. Todo procede el Universo y te llega a través de las personas, circunstancias y acontecimientos por la ley de la atracción. Piensa en la ley de la atracción como la ley del suministro. Cuando emites la frecuencia perfecta de lo que quieres, las personas, circunstancias y acontecimientos perfectos se verán atraídos hacia ti.
No son las personas las que te están dando lo que deseas. Si retienes esa falsa creencia, experimentas carencia, porque estás contemplando el mundo exterior y a las personas como los suministradores. El verdadero suministro es el campo invisible, tanto si lo denominas Universo, Mente Suprema, Dios, Inteligencia Infinita o cualquier otra cosa. Siempre que recibes algo, recuerda que has sido tú quien lo ha
atraído mediante la ley de la atracción, estando en la misma frecuencia que el Suministro Universal. La Inteligencia Universal que lo impregna todo ha movido a las personas, circunstancias y acontecimientos para darte eso, porque así es la ley.

LISA NICHOLS

Muchas veces nos distraemos con esta cosa llamada cuerpo y existencia física. Esto sólo contiene nuestro espíritu. Tu espíritu es tan grande que puede llenar una habitación.
Eres vida eterna. Eres Dios manifestado en forma humana, hecho para la perfección.

MICHAEL BERNARD BECKWITH

Según las Escrituras podríamos decir que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. Podríamos decir que somos una forma más en la que el Universo es consciente de sí mismo. Podríamos decir que somos el campo infinito del despliegue de posibilidades. Todo eso sería cierto.
«El noventa y nueve por ciento de lo que eres es invisible e intangible».(R. Buckminster Fuller (1895-1983))
Eres Dios en un cuerpo físico. Eres Espíritu encarnado. Eres Vida Eterna expresándose como Tú. Eres un ser cósmico. Eres omnipotente. Eres omnisciente. Eres inteligencia pura. Eres perfección. Eres magnificencia. Eres el creador y estás creando la creación de Ti en este planeta.

JAMES RAY

Todas las tradiciones te han dicho que has sido creado a imagen y semejanza de la fuente creativa.
Eso significa que tienes y eres el potencial de Dios y posees el poder para crear tu mundo.
Quizás hayas creado cosas maravillosas y dignas de ti, y quizá no. Lo que me gustaría que te plantearas es: «¿Son los resultados que has obtenido en tu vida lo que realmente querías?
¿Son dignos de ti?» Si no los son, entonces ¿no sería ahora el mejor momento para cambiarlos?
Porque tienes el poder para hacerlo.
"«Todo el poder procede del interior y, por lo tanto, está bajo nuestro control».
(Robert Collier)
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá, porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. (Lucas 11: 9-10)