30.11.11

El Manifiesto del Metaprogramador


de Mark Grant

"Todos los seres humanos, todas las personas que alcanzan la edad adulta en el mundo de hoy son biocomputadores programados. Ninguno de nosotros puede escapar nuestra propia naturaleza como entidades programables. Literalmente, cada uno de nosotros seríamos nuestros programas, nada más, nada menos." -- John C.Lilly, M.D.



"No puedes enseñar nuevos trucos a un perro viejo", "un leopardo no cambia sus manchas" -- el lenguaje está lleno de expresiones que implican que la gente nunca cambia. Toda nuestra sociedad parece estar organizada para evitar que nadie lo haga. El objetivo de este artículo es echarle un vistazo cómo está la situación actual y apuntar hacia fuentes para realizar tus propios experimentos.

John Lilly, más conocido por su trabajo en comunicación con delfines, fue uno de los primeros investigadores en lo que Tim Leary llamó 'neuropsicología': el uso de las operación del cerebro en lugar de la conducta humana para determinar los límites de lo que pueden hacer los humanos. Los experimentos de Lilly mostraron que el cerebro podía ser tratado como una entidad programable similar a un ordenador digital; tratándose en este caso de un ordenador capaz de programarse a sí mismo.

Lilly se refirió a esta capacidad de auto-programación como metaprogramación, e informó sobre sus investigaciones en su libro, "Programando y metaprogramando la biocomputadora humana" (Programming and Metaprogramming in the Human Biocomputer). Timothy Leary en particular y Robert Anton Wilson expandieron la teoría de la metaprogramación con su modelo de ocho circuitos para el cerebro, que cubriremos más adelante.

En las últimas décadas, la neurofisiología y la ciencia informática han ido aumentando su contacto. La neurofisología nos dice que el cerebro humano se compone de billones de neuronas interconectadas, cada una de las cuales es esencialmente un complejo interruptor con muchas entradas y salidas. Algunas combinaciones de entradas variarán la activación del interruptor de la neurona, y la salida puede hacer que otras neuronas varíen en cascada hasta que esto produzca algún tipo de salida en el cerebro. Las neuronas pueden ser simuladas en ordenadores, y hoy la redes de neuronas artificiales se utilizan para aplicaciones que van desde la visión computerizada a la predicción de precios de bolsa, o la operación de vuelo de aviones experimentales. Los investigadores han desarrollado métodos a través de los que estas redes de neuronas pueden aprender, averiguando como posibilidad métodos análogos al sueño en los humanos en el ámbito del aprendizaje autónomo. Otros han investigado conductas de redes patológicas análogas a la obsesión, fantasía, y alucinaciones en el cerebro humano.

Esto no es necesariamente una prueba concluyente de que seamos "sólo" redes de neuronas, ni prueba que no tengamos "almas" -- los efectos dentro del paradigma de mecánica cuántica en las neuronas quizá dejen aún un hueco por el que esas cosas puedan colarse --, pero se trata de una serie de pruebas circunstanciales bastante fuertes. La cuestión en cualquier caso es, ¿cómo ocurre esta programación?

El cerebro de un bebé recién nacido es una tábula rasa, producto de milenios de programación genética en las partes más antiguas como la médula oblongada o el pons Varolli. Se encuentra en un entorno complejo sin programación, sin modelo alguno acerca de qué está sucediendo. Todo lo que ve es el remolino de caos de fotones, átomos y partículas subatómicas que la Física nos dice que es la 'verdadera' naturaleza de la realidad. En el modelo de ocho circuitos de Leary/Wilson del cerebro, el bebé se encuentra operando en el primer circuito, el de biosupervivencia, preocupado principalmente de seguir vivo en un entorno desconocido.

A medida que los datos entran, las redes de neuronas los procesan y generan una serie de resultados. Algunos de estos resultados como mover una pierna, pueden tener buenos resultados (por ejemplo, andar), otros tendrán malos resultados (caerse). Cuando se producen malos resultados de forma consistente, la programación cambiará para reforzar esta asociación. Así, por ejemplo, aprendemos a caminar a través de la programación neurológica para los movimientos que generan un caminar correcto, a través de la prueba y error.

Esta programación, puede estar lejos de ser óptima. Quizá si el bebé se cae de una silla y se hace daño, desarrolle un miedo neurótico de las alturas como parte de su programación; y a consecuencia de ello, se negaría a arriesgarse incluso cuando el entorno sea seguro. Dado que esta programación opera a tan bajo nivel, y es creada cuando el bebé está luchando tanto por sobrevivir en un entorno extraño, podría ser muy difícil de cambiar más adelante en la vida.

En este punto, el bebé puede desplazarse, y por tanto se mueve al segundo circuito, el territorial, a medida que descubre otras entidades en el universo con las que debe interactuar, y las incorpora en su modelo de realidad. Esta parte de la programación del bebé está relacionada principalmente con la jerarquía de grupo, las emociones sin refinar, y el dominio/sumisión.

A medida que el bebé aprende a hablar, el bebé pasa al tercer circuito, el semántico. Ahora puede comunicarse con otras entidades y manipularlas verbalmente en su universo, y esto provee de un mecanismo para que los padres y familiares pasen sus modelos de realidad al niño. El lenguaje también permite al niño crear sus propios modelos cada vez más complejos y abstractos de realidad, llevando indirectamente a actividades tales como la filosofía y la ciencia.

La consciencia se encuentra ahora bien establecida en el modelo de realidad del niño, ya que puede verse como un actor en relación con una entidad externa. Sin embargo, este modelo de sí mismo podría estar lejos de sí mismo. Esto es especialmente destacable cuando el niño empieza a intentar explicar su naturaleza a otras entidades; podemos hablar de querer hacer diversas cosas que nunca hacemos, porque el modelo de los deseos sea muy distinto al de sus verdaderos deseos, así como por el sesgo introducido por la propia naturaleza del lenguaje.

Así, el lenguaje es a la vez un beneficio y una maldición. Podemos usarlo para transmitir nuestros modelos de realidad a otros, pero aquellos que se concentran principalmente en un pensamiento propio del tercer circuito se encuentran a menudo satisfechos con hablar, en lugar de actuar. Un problema mayor es que el uso del lenguaje tiende a llevar al monólogo perpétuo interno del pensamiento, analizando continuamente la realidad y perdiendo el tiempo en repasar una y otra vez los errores pasados, o intentando predecir el futuro. Tal análisis es ciertamente útil, pero mucha gente se hace adicta a pensar cuando podría irles mejor relajándose y disfrutando de la vida. De aquí, el deseo del místico por el 'silencio interior'.

Cuando el niño crece y pasa a la adolescencia, la comunicación de sus compañeros y sus mayores empieza a programarles para que adopten su papel en su cultura. Por ejemplo, en una cultura cristiana serán programados para que crean en el dios cristiano y en especial para que no lleven a cabo actos sexuales sin el permiso de un clérigo, un programa que da a la iglesia una gran cantidad de poder. Al igual que su modelo de la realidad externa y su modelo de sí mismos, adquirirán otro modelo del yo ideal que la sociedad desea, y las diferencias entre su modelo de sí mismos y este modelo ideal aparecerán como culpa. A esto es a lo que nos referimos como moral, en el contexto del cuarto circuito, el socio-sexual.

Después de mucho trabajo, el bebé ha creado un modelo de la realidad que funciona, y mucha gente teme tanto tener que rediseñar tal modelo que luchará para restringir el cambio e intentar forzar su modelo sobre el resto de individuos para intentar controlar la realidad. De aquí la preponderancia de los gobiernos, las religiones y otros agentes que actúan para frenar la velocidad del cambio. Tan pronto como una nueva idea aparezca será prohibida, puesto que de otra forma la gente tendría que despertar de su sonambulismo para poder asumirla.

¿Pero y aquellos que quieren más en la vida que su porción en el ciclo eterno de nacimientos, matrimonios, y muertes? ¿O aquellos que descubren a través de la experiencia que la programación del cuarto circuito es mentira? Más aún, la primera ruptura racional en que nos damos cuenta de que incluso las cosas más básicas que tenemos asumidas sobre la realidad podrían ser erróneas, podemos encontrarnos en un estado de shock que nos acabe por dejar confusos para siempre.

Históricamente, los místicos han llamado a esta experiencia "Chapel Perilous" (Peligrosa Capilla), o "El Abismo". Una metáfora más reciente es "La Aldea", en el show televisivo "El Prisionero" de Patrick McGoohan. Se trata de un lugar donde lo que sucede parece estar totalmente fuera de control, nada es lo que parece, y las únicas formas de salir son o bien de alguna forma "escapar", o regresar a tu antiguo mundo, o perder la cabeza (por ejemplo, caer en algún modelo aleatorio de realidad que sea negativo, en particular de cara a tu interrelación con tu entorno). Peor aún, podrías pensar que has escapado, sólo para descubrir que esa salida en sí no era más que otra ilusión.

El problema es que el modelo de realidad que construímos, alrededor del cual basamos nuestras vidas enteras, resulta ser incorrecto y tenemos que encontrar un modelo nuevo, personal, para sustituirlo. De hecho se nos devuelve a nuestro estado de infancia, sólo que ahora no tenemos siquiera 'adultos' que nos ayuden. Hay dos formas de salir; o bien permitir que otra persona te reprograme, o aprender a reprogramarte a tí mismo.

Un método tradicional de encontrar otro modelo de interpretación es unirte a una religión establecida o a un grupo místico a través del cual puedas 'renacer' dentro de otra realidad ya prefabricada (por ejemplo, los cristianos 'renacidos'). Otra es hacer eso mismo pero respecto a otro individuo y dejarle que te diga que hacer, adoptando su modelo de realidad (y creando un padre substituto). Encontrar una salida personal es mucho más difícil.

Ambos 'amor verdadero' y 'verdaderas' religiones, pueden empujar más allá del ciclo reproductivo tradicional al quinto circuito en supuesta plenitud; neurosomático, relacionado principalmente con los estados extáticos. Otras formas de alcanzarlo incluyen el uso de drogas como hachís y MDMA, tantra, T'ai Chi, Terapia gestaltista, o el ejercicio más allá del punto de agotamiento (baile, etc) para favorecer la producción de endorfinas en el cerebro. Es de destacar en cualquier caso, que dado que el estado extático es muy adictivo, personas y grupos capaces de generar ese estado en otros pueden tener la posibilidad de controlarlos.

Para mucha gente un nuevo modelo de realidad, reorganizado de una forma u otra, será suficiente; pero algunos querrán ir mas allá. En lugar de adoptar el modelo de realidad de otro, se trataría de convertirse en verdaderos metaprogramadores y aprender a controlar su propia programación, sus propios modelos. Se han descubierto numerosos mecanismos a lo largo de la historia para la metaprogramación, pero muchos necesitan años de meditación e introspección. Con el descubrimiento de psicodélicos de potencia creciente como el LSD, la experiencia se ha abierto a cualquiera que lo desee.

Bien podría ser el LSD la 'piedra filosofal' que buscaban los alquimistas, capaz de cambiar la típica plomiza personalidad en oro. Leary describe la experiencia arquetípica de viaje con una alta dósis de LSD en su "Experiencia Psicodélica" (Psychedelic Experience), basada en el Libro Tibetano de los Muertos; el pico de la experiencia de LSD revienta la capacidad del cerebro para hacer un modelo de la realidad, dejando al consumidor en presencia de lo que los budistas llaman la 'Clara Luz', o lo que consideramos como la recepción sensorial externa sin filtrado, una deslumbrante luz blanca que debemos interpretar de alguna forma (la misma luz parece que se ve en experiencias cercanas a la muerte y orgasmos fuertes). Tal experiencia, puede ser extremadamente desconcertante si nos encontramo demasiado atados a sus programas y modelos.

A medida que el consumidor baja del pico, puede jugar con sus programas y modelos de realidad como lo desee. Puede experimentar con nuevas formas de modelar la realidad externa y nuevos programas para interactuar con ella, y ver cómo esto altera su percepción. Más importante, puede elegir cuál de estos modelos y programas debería retener cuando regresa a esta 'realidad consensuada'.

Ya que estamos en gran medida compuestos de nuestros programas y modelos, una experiencia capital de metaprogramación se percibe en gran medida como un ciclo de muerte y renacimiento. Podemos sentirnos literalmente como si fueramos una nueva persona dentro del mismo cuerpo. Esto en sí puede generar problemas significativos cuando otros intentan relacionarse con nosotros de formas que de pronto resulten antiguas, programadas. Podrían llegar a bloquear e ignorar nuevos parámetros de entrada que demuestran nuestra nueva personalidad si esta ha variado radicalmente, para poder retener el sentimiento de seguridad de sus antiguos métodos de relacionarse con nosotros; incluso si realmente hemos cambiado. En algunos casos esto puede llegar a tales extremos que se acabe buscando nuevos amigos en lugar de persuadirlos de que esa nueva realidad es así.

Hay, sin duda, muchos otros métodos de metaprogramación que no son tan peligrosos para el individuo, ya que se concentran en áreas específicas de nuestra programación y tienen el beneficio de siglos de desarrollo. Algunos ejemplos son el yoga y el T'ai Chi, que intentan desestresar músculos y en consecuencia los bloqueos mentales que los causaron originalmente, o las artes marciales que borran nuestros programas inseguros de un nivel más "bajo". Aunque estos métodos son efectivos en aquellos que no entienden cómo funcionan, son mucho más efectivos en los metaprogramadores conscientes que conozcan la herramienta en sí.

La experiencia de metaprogramación con LSD también puede obtenerse del modo tradicional a través de un largo entrenamiento y de la meditación. Richard Alpert informa en "Sé Aquí Ahora" que algunos de los maestros indios que ha visitado, afirmaban que grandes dósis de LSD producían efectos similares pero menos potentes que la meditación. Otra posibilidad es a través del estudio de la Magia(k), donde los estudiantes aprenden a variar sus modelos de realidad hasta que hacerlo se convierte en algo natural.

Estos métodos dan al estudiante una aproximación lenta y controlada al circuito de metaprogramación, en lugar de arrojarlos a la montaña rusa de un viaje de ácido. Otra posibilidad, y quizá la más efectiva, es la combinación de ritual y psicodélicos. Metaprogramadores con mayor experiencia pueden diseñar rituales que se llevan a cabo antes, durante y después de un viaje y lo empujan en una dirección específica. Tales rituales se han utilizado durante milenios por maestros chamanistas.

Algo como esto puede reafirmar la seguridad del consumidor hasta que tiene suficiente experiencia como para operar sólo, pero convierte a los metaprogramadores en programadores; los rituales programarán al viajero y una mala elección de rituales podría instalar una mala programación,. Por ejemplo, parece que Manson programaba la obediencia absoluta de sus seguidoras practicándoles sexo oral después de darles ácido. Otro ejemplo, una queja habitual sobre el MDMA, es que puede crear lazos emocionales 'inapropiados' entre sus usuarios (aunque, claro, pocos podrían argumentar racionalmente que amar a tus enemigos con MDMA es peor que golpearles con alcohol), y un uso descuidado del ácido puede provocar problemas mucho mayores.

El objetivo de este proceso, es enfrentarnos cara a cara con nuestra programación y mostrarnos el escaso control que tenemos sobre nuestras vidas. Hasta que nos damos cuenta de que la mayor parte de nuestras acciones son el resultado de programas que no controlamos, no tenemos la habilidad de controlarlos, y por tanto carecemos de libre 'voluntad'.

Por supuesto, esta 'libre voluntad' es meramente otro programa superpuesto a nuestro software de bajo nivel, una 'meta-consciencia' superpuesta a nuestro programa tradicional de consciencia. Somos aún ordenadores, pero a la vez ordenadores que sabiendo que lo son saben cómo reprogramar sus operaciones o cambiar sus modelos de realidad. Con práctica, podemos aprender a analizar conscientemente las impresiones sensoriales de entrada y elegir cómo reaccionar en lugar de actuar de formas rígidamente programadas.

Este extremo idealizado sería, en esencia, lo que varios caminos místicos llaman 'iluminación' -- manejarse con la realidad tal como es en lugar de intentar forzarla para que se ajuste a nuestros mapas, y vivir fuera de nuestros juegos sociales -- y nuestra 'voluntad' metaconsciente, o a lo que Crowley se refería como 'verdadera voluntad'. La pérdida del ego en el sentido de pretender que nuestro modelo de la realidad es la realidad, y el que aun participando en los juegos sociales, esto se llevara a cabo por elección en lugar de por hábito. En caso de entender las reglas del juego también se podría jugar mejor que quienes no perciben el carácter de "juego" de las interacciones sociales.

El modelo de Leary tiene otros dos circuítos más allá de la fase de metaprogramación; sin embargo, los considero altamente dudosos sin mayor exploración. El DMT parece invocar estos circuitos, permitiendo la comunicaciones con entidades que supuestamente existen fuera de esta realidad, con un cuestionamiento respecto a si estas percepciones son reales, o tan sólo mecanismos mentales, partes de nuestra propia programación. En cualquier caso, hay suficiente trabajo que hacer llevando a la raza humana al completo a estos estados "iluminados" como para tener que preocuparnos de qué pasa después.

Así que, de esto se trata; la psicología moderna, la programación en informática y la neurofisiología se unen al misticismo de los tiempos remotos. Tras el ocaso del siglo XX, se plantea la posibilidad de llegar a nuevos modos de consciencia que permitirán a la gente operar en formas que se encuentran tan adelantadas respecto a un adulto típico como lo está un adulto respecto a un niño. Metaprogramadores del mundo uníos,... ¡no tenéis nada que perder, excepto vuestro bugs!


fuente:Decondicionamiento, la enciclopedia libre.

26.11.11

El Nuevo Orden Mundial prepara un nuevo 9/11

Unas preocupantes declaraciones públicas de un reputado profesor de Leyes de la Universidad de Standford, Lawrence Lessig, nos recuerdan que la “libertad” en Internet tiene los días contados.

El profesor, cuyas declaraciones pueden ser escuchadas en el fragmento disponible en GoogleVideo en el min. 4, dice que,
“va a haber un evento en Internet similar al 9/11 que será un catalizador de una reorganización radical de las leyes relativas a Internet”.
Lessig dijo además que sabe que ya existe una ley, equivalente a la Patriot Act (Acta Patriótica) para Internet y que el departamento de Justicia de Estados Unidos sólo está esperando a que este evento de “ciber-terrorismo” tenga lugar para implementar las medidas oportunas que permitirán aplicar dichas leyes restrictivas relativas a Internet.

Esta información Lessig la obtuvo en una cena con un ex-experto en contra-terrorismo llamado Richard Clarke.

De manera que esto que estamos haciendo ahora tú y yo, yo publicando y tú leyendo este blog, muy pronto podría estar prohibido. En ese momento, los medios que tenemos tanto tú como yo para informarnos y comunicarnos unos con otros, quedarán severamente reducidos; puede que no nos enteremos cuando nuestros gobiernos, como ya ha hecho el de Berlusconi, saque el ejército a la calle.

Tú y yo sabemos que la “inmigración ilegal” tiene poco que ver con esa decisión.

El ejército saldrá a la calle para reprimir a los ciudadanos y, sobretodo, para intimidarlos, en el momento en que todo el sistema se venga abajo ya de una forma evidente para todo el mundo. A través de esos medios de comunicación de masas no sabremos nunca nada de la realidad; no sabremos nada el día que suframos un desabastecimiento o el día en que declaren obligatorio el micro-chip subcutáneo…

El auto-atentado del 9/11 contra las torres gemelas fue el primero de una serie de auto-atentados que han tenido lugar en Europa. Luego le siguió Madrid el 11 de Marzo de 2004 y posteriormente Londres el 7 de Julio del 2005.

Eso sin contar con todos los auto-atentados que se producen en otros lugares más alejados de Europa, pero no menos sangrientos. Todos estos actos de auténtico terrorismo han permitido crear leyes de control y privación de libertades de los ciudadanos. Han permitido dar un paso de gigantes en el camino a la implantación de la Dictadura Fascista Subliminal que sufre el planeta Tierra.

Ahora le toca el turno a un medio que, aunque controlado duramente por los monopolios de empresas como Google, YouTube, Yahoo o Microsoft, aun permite que los ciudadanos se informen de lo que sucede en sus propios países o en otro lugar del planeta, ya que esa información se les niega en los medios de comunicación de masas, en manos de intereses corporativistas que siguen políticas dictadas por los elementos del Nuevo Orden Mundial.

Todos estos ciudadanos aun dormidos que se escandalizan de las cosas que leen aquí y en otros blogs, que se preguntan si estamos locos o nos dicen que exageramos o mentimos sobre lo que está ocurriendo (lo que no dicen es con qué objeto haríamos algo así si no obtenemos ningún beneficio económico de esta actividad) ¿qué dirán cuando ya no puedan utilizar Internet para informarse?; ¿comenzarán a plantearse si aquellas teorías “conspiratorias” que leyeron tenían algo de verdad en ellas?.

Puede que sea así pero entonces ya no podrán venir aquí y a otros blogs y sitios similares a leer y a entender las cosas que están sucediendo.

¡Todavía puedes hacerlo, así que no pierdas un minuto y lee!.

¡Infórmate e informa a todos los que tengas a tu alrededor!

Alex Jones está alertando a través de vídeos en YouTube que probablemente pronto no podremos ver el nivel de censura al que YA estamos sometidos y que los que la ejercen NO NIEGAN.

Un montón de páginas de Internet que contienen información acerca del Nuevo Orden Mundial, como las relativas a los atentados de Londres, están siendo YA censuradas.

Y como dice aquí Jones, esto no es algo que está ocurriendo en la China comunista donde las empresas como Yahoo o Google colaboran con el gobierno chino para censurar la información a sus ciudadanos, como ellos han admitido, sino que está ocurriendo en Estados Unidos, en Australia, en Gran Bretaña y, como hemos visto con el caso de Red Voltaire, en todo el mundo.

Comparte esta información con todos tus conocidos para alertar de lo que YA está sucediendo.


fuente:TrinityATierra

23.11.11

La mañana verde

de Ray Bradbury

Cuando el sol se puso, el hombre se acuclilló junto al sendero y preparó una cena frugal y escuchó el crepitar de las llamas mientras se llevaba la comida a la boca y masticaba con aire pensativo. Había sido un día no muy distinto de otros treinta, con muchos hoyos cuidadosamente cavados en las horas del alba, semillas echadas en los hoyos, y agua traída desde los brillantes canales. Ahora, con un cansancio de hierro en el cuerpo delgado, yacía de espaldas y observaba cómo el color del cielo pasaba de una obscuridad a otra.
Su nombre era Benjamin Driscoll, tenía treinta y un años. Y lo que él deseaba era que Marte creciera verde y alto con árboles y follajes, produciendo aire, mucho aire, aire que aumentaría con cada temporada; árboles que refrescarían las ciudades abrasadas por el verano, árboles que pararían los vientos del invierno. Hay muchas cosas que un árbol podía hacer: dar color, proporcionar sombra, soltar frutas, o convertirse en parque de juegos para los niños; un amplio universo aéreo de escalas y columpios, una arquitectura de alimento y de placer, eso era un árbol. Pero los árboles, ante todo, destilaban un aire helado para los pulmones y un gentil susurro para los oídos, cuando uno está acostado de noche en lechos de nieve y el sonido invita dulcemente a dormir.
Él permanecía escuchando a la obscura tierra recogiéndose en sí misma, en espera del sol y las lluvias que aún no habían llegado. Acercaba la oreja al suelo y podía escuchar las pisadas de los años moviéndose en la distancia e imaginaba los verdes brotes de las semillas sembradas ese día; los brotes buscando apoyo en el cielo, echando rama tras rama, hasta que Marte era un bosque vespertino, Marte era un huerto resplandeciente.
En las primeras horas de la mañana, cuando el pequeño sol se elevase débilmente entre las apretadas colinas, él se levantaría y acabaría en unos pocos minutos con un desayuno ahumado, aplastaría las cenizas de la hoguera y empezaría a trabajar con los sacos a la espalda, probando, cavando, sembrando semillas y bulbos, apisonando levemente, regando, siguiendo adelante, silbando, mirando el claro cielo cada vez más brillante a medida que pasaba la mañana.
—Necesitas el aire —le dijo a su fuego nocturno. El fuego era un rubicundo y vivaz compañero que respondía con un chasquido, y en la noche helada dormía allí cerca, entornando los ojos, sonrosados, soñolientos y tibios.
—Todos necesitamos el aire. Hay aire enrarecido aquí en Marte. Uno se cansa tan pronto... Es como vivir en los Andes, en América del Sur, en la cima. Uno aspira y no consigue nada. No satisface.
Se palpó la caja toráxica. En treinta días, cómo había crecido. Para tomar más aire, todos ellos necesitaban desarrollar sus pulmones. O plantar más árboles.
—Para eso estoy aquí —dijo. El fuego le respondió con un chasquido—. En la escuela nos contaban la historia de Johnny Appleseed caminando a través de Norteamérica plantando semillas de manzano. Bueno, yo estoy haciendo más. Estoy plantando robles, olmos, arces, toda clase de árboles, álamos y cedros y castaños. En vez de pensar sólo en fabricar fruta para el estómago, fabrico aire para los pulmones. Cuando estos árboles crezcan en algunos años, ¡piensa cuánto oxígeno darán!
Recordó su llegada a Marte. Como miles de otros, paseó los ojos por la apacible mañana y pensó: ¿Cómo encajaré aquí? ¿Qué haré? ¿Habrá trabajo para mí?
Luego se había desmayado. Alguien colocó un frasco de amoníaco contra su nariz y, tosiendo, él volvió en sí.
—Usted estará bien —dijo el médico.
—¿Qué sucedió?
—El aire enrarecido. Algunos no pueden adaptarse. Me parece que usted tendrá regresar a la Tierra.
—¡No! Se sentó y casi inmediatamente se le obscurecieron los ojos y Marte giró dos veces debajo de él. Sus fosas nasales se dilataron y obligó a sus pulmones a que bebieran en el profundo vacío.
—Estaré bien. ¡Tengo que permanecer aquí!
Le dejaron tendido, boqueando horriblemente, como un pez. Y él pensó: Aire, aire, aire. Ellos me envían de regreso a causa del aire. Y volvió la cabeza hacia los campos y colinas marcianos. Cuando se le aclaró la vista, lo primero que notó fue que ahí no había árboles, ningún árbol, ni cerca ni lejos cuando uno miraba en cualquier dirección. La tierra estaba desnuda, negra, desolada, sin ni siquiera hierbas. Aire, pensó, mientras una substancia enrarecida le silbaba en la nariz. Aire, aire. Y sobre la cima de las colinas, en sus sombras, o aun a orillas de los arroyos, ni un árbol, ni una solitaria brizna de hierba. ¡Por supuesto! Sintió que la respuesta no le venía de su cerebro, sino de sus pulmones y su garganta. Y el pensamiento fue como una repentina ráfaga de oxígeno puro, poniéndole de pie. Hierba y árboles. Se miró las manos, el dorso, las palmas. Sembraría hierba y árboles. Ésa sería su tarea, luchar contra la cosa que le impedía quedarse en Marte. Libraría una privada guerra hortícola contra Marte. Ahí estaba el viejo suelo, y las plantas que habían crecido en él eran tan antiguas que al fin habían desaparecido. Pero, ¿y si introdujera nuevas especies? Árboles terrestres, grandes mimosas y sauces llorones y magnolias y majestuosos eucaliptos. ¿Qué ocurriría entonces? Quién sabe qué riqueza mineral ocultaba el suelo, sin explotar porque los viejos helechos, las flores, los arbustos, y los árboles se habían muerto de cansancio.
—¡Permítanme levantarme! —gritó—. ¡Quiero ver al coordinador!
Él y el coordinador hablaron de cosas que crecían y eran verdes, toda una mañana. Pasarían meses, sino años, antes que se organizasen las plantaciones. Hasta ahora, los alimentos se traían congelados desde la Tierra, en cámaras frigoríficas volantes, y unos pocos jardines públicos verdeaban en instalaciones hidropónicas.
—Entretanto —dijo el coordinador—, ésta será su tarea. Le entregaremos todas nuestras semillas; una pequeña cantidad. El espacio en los cohetes es sumamente costoso por ahora. Estoy temeroso, puesto que los primeros poblados son colectividades mineras, que sus plantaciones de árboles no cuenten con mucha simpatía...
—¿Pero ustedes me dejarán hacerlo?
Ellos le dejaron hacerlo. Provisto con una simple motocicleta, con una caja llena de semillas y retoños, él había estacionado su vehículo en el desierto valle y echó pie a tierra.
Eso había ocurrido hacía treinta días, y él nunca había mirado hacia atrás. Mirar hacia atrás hubiera sido descorazonarse para siempre. El tiempo era excesivamente seco, parecía poco probable que las semillas hubiesen brotado. Quizá toda su campaña, esas cuatro semanas en que había cavado encorvado sobre la tierra, estaba perdida. Clavaba los ojos adelante, avanzando poco a poco por el inmenso valle soleado, alejándose del Primer Pueblo, aguardando la llegada de las lluvias.
Las nubes se acumulaban sobre las secas montañas ahora cuando él se cubría los hombros con la manta. Todo en Marte era tan imprevisible como el clima. Sintió alrededor las calcinadas colinas, que la escarcha de la noche iba empapando, y pensó en el suelo del valle, negro como la tinta, tan negro y lustroso que parecía arrastrarse y vivir en el puño, un suelo fecundo en donde podrían brotar unas habas de largos tallos, de donde caerían quizás unos gigantes de voz enorme, dándose unos golpes que les sacudirían los huesos.
El fuego tembló sobre las cenizas soñolientas. El distante rodar de las ruedas de un carro estremeció el aire. Un trueno. Un repentino olor a agua. Esta noche, pensó, y extendió la mano para sentir la lluvia. Esta noche.
Despertó al sentir un golpe muy leve sobre la frente. El agua le corrió por la nariz hasta los labios. Una gota golpeó su ojo, nublándolo. Otra le estalló en la barbilla.
La lluvia. Fresca, dulce y tranquila, caía desde lo alto del cielo, como un elixir mágico que sabía a encantamientos y estrellas y aire, arrastrando un polvo de especias, y moviéndose como raro jerez liviano sobre su lengua.
Lluvia. Se incorporó. Dejó caer la manta y su manchada camisa azul, mientras la lluvia arreciaba en gotas más sólidas. El fuego parecía un animal invisible danzando sobre él, pisoteándolo, hasta convertirlo en un furioso humo. La lluvia caía. La gran tapa negra del cielo se dividió en seis trozos de azul pulverizado, como un maravilloso esmalte fracturado, y se precipitó a tierra. Él observó diez mil millones de cristales de lluvia, titubeando lo bastante como para ser fotografiados por la descarga eléctrica. Luego obscuridad y agua.
Estaba empapado hasta la piel, pero mantenía su rostro hacia arriba y dejó al agua golpear sus párpados, riendo. Aplaudió y se incorporó y dio una vuelta por el pequeño campamento, y era la una de la mañana.
Llovió sin cesar durante dos horas. Aparecieron las estrellas, frescamente lavadas y más claras que nunca.
Cambiando sus ropas por una muda seca que sacó desde una bolsa de celofán, el señor Benjamin Driscoll se tendió y felizmente se durmió.
El sol se elevó lentamente entre las colinas. Se extendió pacíficamente sobre la tierra y despertó al señor Driscoll donde él descansaba.
Esperó por un momento antes de levantarse. Había trabajado y esperado ese momento durante un mes largo y caluroso, y ahora, incorporándose, se volvió y encaró la dirección de donde él había venido.
Era una mañana verde. Tan lejos como él pudo ver, los árboles se erguían contra el cielo. No un árbol, ni dos, ni una docena, sino los miles que él había plantado en semillas y retoños. Y no pequeños árboles, no, ni arbolillos, ni pequeños brotes tiernos, sino grandes árboles, árboles tan altos como diez hombres, verdes y verdes e inmensos y macizos, árboles de resplandecientes hojas metálicas, árboles susurrantes, árboles alineados sobre las colinas, limoneros, secoyas y mimosas y robles y olmos, cerezos, arces, manzanos, naranjos, eucaliptos, estimulados por una tumultuosa lluvia, sustentados por el extraño y mágico suelo, e invariablemente hacia donde él miraba, echando nuevas ramas, nuevos y abiertos brotes.
—¡Imposible! —exclamó el señor Benjamin Driscoll. Pero el valle y la mañana eran verdes. ¡Y el aire! De todas partes, como una corriente móvil, como un río de las montañas, llegaba el nuevo aire, el oxígeno soplando de los verdes árboles. Se lo podía ver brillando en las alturas en oleadas de cristal. Oxígeno, fresco, puro y verde, el frío oxígeno que transformaba el valle en un delta fluvial. En un momento las puertas en el pueblo se abrirían de par en par, la gente se precipitaría en el milagro nuevo del oxígeno, aspirándolo en bocanadas, con las mejillas rosadas, narices frías, pulmones revividos, corazones agitados, y cuerpos rendidos animados ahora en pasos de baile.
El señor Benjamin Driscoll aspiró una profunda bocanada de húmedo aire verde y se desmayó. Antes que despertara nuevamente, otros cinco mil nuevos árboles habían subido hacia el amarillo sol.

9.11.11

Hardware y Software: El Cerebro y sus Programas

por Robert Anton Wilson

“Nosotros, como especie, existimos en un mundo en el que existen una gran cantidad de valores numéricos. Sobre estas matrices de puntos nosotros superpusimos una estructura y así el mundo tiene sentido para nosotros. El patrón de la estructura se origina dentro de nuestras propiedades biológicas y sociológicas” - Persinger y Lafreniere, “Espacio-Tiempo transitorio y eventos inusuales”

1. En nuestra terminología, estos valores numéricos son eventos o acciones, es decir, verbos, no sustantivos.

2. En nuestra terminología: modelos o mapas, las cosas estáticas, son sustantivos; no verbos.

3. En nuestra terminología: hardware y software cerebral.

Nosotros consideraremos, a lo largo de este libro, al cerebro humano como una especie de bio-computadora, un equipo electro-coloidal, a diferencia de los ordenadores sólidos y tangibles que existen fuera de nuestras cabezas.
Tenga en cuenta que no hemos dicho que el cerebro humano sea una computadora. La idea aristotélica que para entender algo que usted debe saber “lo que es” ha sido abandonada de una ciencia tras otra, por la razón pragmática de que el vocablo "es" introduce tantas suposiciones metafísicas que se puede discutir eternamente sobre ellas. En las ciencias más avanzadas, como la física matemática, nadie habla acerca de que “algo” es mejor que “otra cosa”. Ellos hablan acerca de qué modelo (o mapa) puede ser mejor utilizado para entender lo que estamos investigando.

En general, este hábito científico de evitar la palabra "es" se podría extender perfectamente a todas las áreas del pensamiento. Por lo tanto, cuando usted lea en cualquier lugar que A es B, será más claro si traducimos esto como: "A puede ser considerado como o modelado por B."

Cuando decimos que A es B, estamos diciendo que A es sólo lo que aparece dentro de nuestro campo de estudio o en nuestra área de especialización. Esto es mucho decir. Cuando decimos que A puede ser considerado como B, o modelado por B, estamos diciendo exactamente cuánto tenemos derecho a decir, y no más.

Por lo tanto, decimos que el cerebro puede ser considerado como un equipo; pero no decimos que es un equipo.

El cerebro parece estar hecho de materia en suspensión electro-coloidal (protoplasma).

Los coloides están unidos entre sí, en condición de gel, por sus tensiones superficiales. Esto se debe a que las tensiones superficiales empujan hacia ellas a todas las sustancias parecidas al pegamento.

Los coloides son además, por el contrario, apartados cuando están en condición de sol, por sus cargas eléctricas. Esto se debe a que sus cargas eléctricas son similares, y siempre las cargas eléctricas similares se repelen entre sí.

En el equilibrio entre gel y sol, la suspensión coloidal mantiene su continuidad y la vida continúa. Basta con mover la suspensión demasiado hacia gel, o demasiado hacia sol, y termina la vida.

Cualquier sustancia química que entra en el cerebro, cambia el equilibrio entre gel y sol y la "conciencia" se ve afectada. Por lo tanto, las patatas son, como el LSD, "psicodélica"-de una manera más sutil-. Los cambios en la conciencia cuando se pasa de una dieta vegetariana a una dieta omnívora, o viceversa, son también "psicodélicos".

Desde "Cualquier cosa que el Pensador piense, el Demostrador lo comprobará," todas nuestras ideas son psicodélicas. Incluso sin la experimentación con la dieta o las drogas, cualquier cosa que crea que debería ver, será vista por usted, a menos que sea físicamente imposible en este universo.

El cerebro no es una computadora, pero puede ser modelado como una.

Todo esto es un lío, hasta que hagamos un modelo para explicarlo. El modelo puede aclarar las confusiones, pero el modelo nunca será la confusión en sí mismo. "El mapa no es el territorio"; el menú no sabe a la comida.

Cada ordenador se compone de dos aspectos, conocidos como hardware y software. (La información está incluida en el Software).

El hardware de un ordenador es concreto y localizado, consiste en la unidad central de procesamiento, pantalla, teclado, unidad de disco externo, CD-ROM, disquettes, etc. -todas las partes que puedes llevar a Radio Shack para reparar si el equipo está funcionando mal-.

El software consiste en programas que pueden existir en muchas formas, incluyendo el completo abstracto. Un programa puede estar "en" el ordenador en el sentido de que se registra en la CPU o en un disco que va anexado a la computadora. Un programa también puede existir en un pedazo de papel, si lo he inventado yo, o en un manual, si se trata de un programa estándar, en estos casos, no está "en" el ordenador, pero se puede “ser instalado” en cualquier momento. Sin embargo, un programa puede ser aún más difuso que eso, sólo puede existir en mi cabeza, si nunca lo he escrito, o si lo he usado una vez y lo he borrado.

El hardware es más "real" y tangible que el software porque siempre lo puedes localizar en el espacio-tiempo- si no está en el dormitorio, alguien lo ha movido al estudio, etc. Por otro lado, el software es más "real" en el sentido de que puede reducir el hardware de nuevo a polvo ("matar" el equipo) y todavía el software existiría, y podría "materializarse" o "manifestarse" de nuevo en otro equipo.

(Cualquier especulación acerca de la reencarnación en este punto es responsabilidad del lector, no del autor.)

Al hablar del cerebro humano como una biocomputadora electro-coloidal, todos sabemos dónde está el hardware: está dentro del cráneo humano. El software, sin embargo, parece estar en cualquier lugar y en todas partes. Por ejemplo, el software "dentro" de mi cerebro también existe fuera de mi cerebro en formas tales como, por ejemplo, un libro que leí veinte años atrás, que era una traducción al Inglés de varias señales transmitidas por Platón hace 2400 años. Otras partes de mi software están compuestas por el software de Confucio, James Joyce, mi maestra de segundo grado, los Tres Chiflados, Beethoven, mi madre y mi padre, Richard Nixon, mis perros y gatos varios, el Dr. Carl Sagan, todas las personas (y hasta cierto punto, todas las cosas) que hayan impactado en mi cerebro. Esto puede sonar extraño, pero es la manera en que el software (o la información) funciona.

Por supuesto, si la conciencia consiste en nada más que en esta tapioca indiferenciada de software sin tiempo ni espacio, significa que no tenemos individualidad, no tenemos centro, ni tenemos Yo (Self).

Queremos saber, entonces, cómo emerge de este mar de software universal una persona específica.

Lo que piensa el Pensador, el Demostrador lo comprueba.

Debido a que el cerebro humano, como los cerebros de otros animales, actúa como un ordenador electro-coloidal y no como un equipo en estado sólido, sigue las mismas leyes que los cerebros de otros animales. Es decir, los programas se instalan en el cerebro, como vínculos electro-químicos, en discretas etapas cuánticas

Cada conjunto de programas consta de cuatro partes básicas:

1. Imperativos genéticos: programas totalmente innatos o "instintos".

2. Improntas. Estos son los programas más o menos innatos, los cuales el cerebro está genéticamente diseñado para aceptar sólo hasta cierto punto en su desarrollo. Estos puntos son conocidos, en etología, como “vulnerabilidad de impresión”.

3. Condicionamientos. Estos son los programas construidos sobre las improntas. Son más flexibles y bastante fáciles de cambiar con el contra-condicionamiento.

4. Aprendizaje. Esto es aún más flexible y "suave" que los condicionamientos.

En general, la impronta primordial siempre puede más que ningún condicionamiento o aprendizaje posterior. Una impronta es una especie de software que se ha incorporado en el hardware, fijándose en las neuronas sensibles cuando están abiertas y vulnerables.

Las improntas (software congelado en el hardware) son los aspectos no negociables de nuestra individualidad. De la infinidad de programas posibles existentes como software potencial, la impronta establece los límites, parámetros y perímetros en el que se producen todos los posteriores condicionamientos y aprendizajes.

Su hardware está localizado: las células cerebrales aquí, ahora.

Su software no es local:

Puntos y eventos en todas partes, a cada minuto.

Antes de la primera impronta, la conciencia del niño es "desordenada y vacía", como el universo en el inicio del Génesis, o las descripciones de la conciencia de aquellos no condicionados ("iluminados") en las tradiciones místicas. Tan pronto como la primera impronta se hace, la estructura emerge del vacío creativo. La mente en crecimiento, por desgracia, queda atrapada dentro de esta estructura. Se identifica con la estructura, y en cierto sentido, se convierte en ésta.

Todo este proceso se analiza en las Leyes de la Forma de G. Spencer Brown. Él escribió acerca de los fundamentos de las matemáticas y la lógica. Pero todo lector sensible sabe que Brown también habla de un proceso que todos hemos pasado durante el proceso creativo, fuera de un océano infinito de señales, aquellas particulares construcciones que nosotros llamamos "yo” y "mi mundo”. "No es de extrañar, muchos consumidores de ácido han dicho que las matemáticas de Brown son la mejor descripción jamás escrita sobre un viaje de LSD.

Cada impronta sucesiva complica el software, que programa nuestra experiencia y lo que experimentamos como "realidad".

Los condicionamientos y aprendizajes construyen fuertes redes en esta base de improntas grabadas en el software. La estructura total de este circuito cerebral conforma nuestro mapa del mundo. Es lo que nuestro Pensador piensa, y nuestro Demostrador mecánico se encarga de encajar todas las señales entrantes a las limitaciones de este mapa.

Siguiendo al Dr. Timothy Leary (con algunas modificaciones) dividiremos este hardware cerebral en ocho circuitos para mayor comodidad. ("Para mayor comodidad" significa que este es el mejor mapa que conozco en la actualidad. Supongo que será reemplazado por un mapa mejor dentro de los 10 o 15 años, y en todo caso, el mapa no es el territorio).

Cuatro de los circuitos son "antiguos" y conservadores, y existen en todo el mundo (con excepción de los niños salvajes)

1. El Circuito Oral de Bio- supervivencia: Este es impreso por la madre o el primer objeto maternal y condicionado por la posterior alimentación o amenaza. Se relaciona principalmente a succión, alimentación, mimos, y la seguridad del cuerpo. Se aleja mecánicamente de lo nocivo o abusivo, o de cualquier cosa asociado (por impresión o por condicionamiento), con lo peligroso o los depredadores.

2. El Circuito Anal emocional-territorial. Esto se imprime en la etapa de los primeros pasos, cuando el niño se levanta, camina y comienza a luchar por el poder dentro de la estructura familiar. Este circuito mamífero procesa ordenamientos territoriales, juegos emocionales, o los engaños, jerarquías y los rituales de dominación o presentación.

3. El Circuito Semántico de habilidad - simbolismo. Este es impreso y condicionado por los artefactos humanos y los sistemas de símbolos. Este circuito "controla" y "envasa" el medio ambiente, clasificando todo de acuerdo a la realidad- túnel local. Sus funciones son la invención, el cálculo, la predicción y las señales transmitidas de generación en generación.

4. El Circuito Moral socio-sexual. Este es impreso por las primeras experiencias de apareamiento/orgasmo en la pubertad y está condicionado por tabúes tribales. Procesa el placer sexual, las definiciones locales de "correcto" e "incorrecto", la reproducción, la personalidad del adulto paternal o maternal (roles sexuales) y la crianza de los jóvenes.
El desarrollo de estos circuitos ocurrió cuando el cerebro fue cambiando a través de la evolución, y en cada uno de los primates domesticados (humanos) se recapitula la evolución del cerebro en crecimiento desde la infancia hasta la edad adulta, hace posible la herencia de los genes, la sociobiología mamífera (ley del más fuerte, o la política) y la transmisión de la cultura.

El segundo grupo de cuatro circuitos es mucho más reciente, y cada circuito existe en la actualidad sólo en las minorías. Cuando los circuitos antiguos recapitulen la evolución hacia el presente, estos circuitos se anticiparán a nuestra evolución futura.

5. El Circuito Neurosomático Holístico. Este se imprime por experiencias de éxtasis, a través de los yogas biológicos o químicos. Procesa ciclos de retroalimentación neurosomàtica ("mente-cuerpo"), goce somático-sensorial, la sensación de "estar en lo alto", "curación por la fe", etc. Los cientòlogos, la PNL y la medicina holística consisten en trucos o secretos para poner este circuito en acción por lo menos temporalmente, el tantra yoga está relacionado con el cambio de conciencia por completo hacia este circuito.

6. El Circuito Neurogenético Colectivo. Esto se imprime por yogas avanzados (tensiones eléctricas/ bio-químicas). Procesa sistemas de retroalimentación cerebral y del ADN-ARN. Es "colectivo" porque contiene y accede a todo el "guión" evolutivo, es decir: el pasado y el futuro. La experiencia de este circuito es numinosa, "mística", trascendental, aquí moran los arquetipos del Inconciente Colectivo de Jung: dioses, diosas, demonios, enanos peludos y otras personificaciones de los programas de ADN (instintos) que nos gobiernan.

7. El Circuito de Meta-programación. Éste es impreso por yogas muy avanzados. Consiste, en términos modernos, en la conciencia cibernética, reprogramación y reimpresión de todos los otros circuitos, incluso la propia reprogramación, lo que hace posible una elección consciente entre universos alternativos o distintas realidades- túnel.

8. El Circuito Neuroatòmico Cuántico no local: Esto se imprime por shocks, por experiencias "cercanas a la muerte" o de "muerte clínica", por experiencias extracorpóreas, por las percepciones de trans-tiempo ("precognición"), por visiones trans-espacio (ESP), etc. Ajusta el cerebro en el sistema de comunicación cuántica no local sugeridos por físicos como Bohm, Walker, Sarfatti, Bell, etc. Estos circuitos serán explicados detalladamente a medida que avancemos.

EJERCICIOS

1. Si aún no tiene una computadora, salga corriendo a comprar una.

A continuación, vuelva a leer este capítulo.

2. Para entender lo que es el hardware y el software (aplicado al cerebro humano) realice la siguiente meditación:

Siéntese en una habitación donde no pueda ser molestado durante media hora y comience a pensar: "Yo estoy sentado en esta sala haciendo este ejercicio porque..." y enumere cuantas "causas" pueda imaginar.
Por ejemplo, usted está haciendo este ejercicio porque, obviamente, leyó sobre ello en este libro. ¿Por qué compró este libro? ¿Alguien se lo recomendó? ¿Cómo llegó esa persona a su vida? Si usted sólo recogió el libro en una tienda, ¿por qué sucedió justo en esa tienda, justo ese día?

¿Por qué lee libros de este tipo -psicología, conciencia, evolución, etc.-? ¿Cómo se interesó en estos campos? ¿Quién te entusiasmó, y hace cuánto tiempo? ¿Qué factores en su infancia lo llevaron a estar interesado en estos temas más tarde?

¿Por qué hace este ejercicio en esta sala y no en otra? ¿Por qué compró o alquiló esta casa o apartamento? ¿Por qué está en esta ciudad y no otra? ¿Por qué en este continente y no en otro? ¿Por qué estás aquí, es decir, cómo se conocieron tus padres?

¿Ellos decidieron conscientemente tener un hijo, o fuiste un accidente? ¿Cuáles fueron las ciudades donde nacieron? Si fue en diferentes ciudades, ¿cómo se movió el espacio-tiempo para que sus caminos se cruzaran?

¿Por qué es este planeta capaz de soportar la vida, y por qué produjo el tipo de vida al que se le ocurriría hacer un ejercicio de este tipo?

Repita este ejercicio a los pocos días, tratando de hacer y de contestar cincuenta preguntas que no haya pensado la primera vez. (Tenga en cuenta que usted nunca podrá hacer todas las preguntas posibles.)

Evite todas las especulaciones metafísicas (por ejemplo, el karma, la reencarnación, el "Destino", etc.). El objetivo del ejercicio será lo suficientemente alucinante sin las teorías " de lo oculto", y será aún más sorprendente si se evitan cuidadosamente tales especulaciones "místicas".

4. Tome cualquier artículo de la casa -una cuchara, un bolígrafo, una taza, etc. - Realice el mismo ejercicio que antes, ¿por qué está aquí? ¿Quién lo inventó, si se puede saber? ¿Cómo pudo esta invención llegar a este continente? ¿Quién lo fabrica? ¿Por qué fabrican esto en lugar de jaulas de pájaros? ¿Por qué se convierten en fabricantes en lugar de músicos? ¿Por qué lo compró? ¿Por qué escogió ese objeto, entre todos los objetos en su casa, para esta meditación?

RESPUESTA RÁPIDA:

¿ES USTED EL HARDWARE,
¿O el software?
¿O AMBOS?

5.11.11

LA CONSPIRACIÓN DE LOS ILUMINADOS

de Andreas Faber-Kaiser

¿Somos los cobayas de un destino planificado?

Tal cabría desprender de una correspondencia que se conserva en la biblioteca del Museo Británico en Londres: se trata de las cartas cruzadas en el siglo pasado entre Albert Pike y Giuseppe Mazzini, dos cualificados miembros de la cúpula masónica y satánica de los Iluminados. En ellas se diseñaron las tres grandes guerras mundiales.

Así, en carta dirigida a Mazzini con fecha del 15 de agosto de 1871 —hace más de un siglo— Pike le comunica que la Primera Guerra Mundial se debía generar para permitir a los Iluminados derrocar el poder de los zares en Rusia, y transformar este país en la fortaleza del comunismo ateo. Las divergencias provocadas por los agentes de los Iluminados entre los imperios británico y alemán —y también la lucha entre el pangermanismo y el paneslavismo— se debían aprovechar para fomentar esta guerra. Una vez concluida, se debía edificar el comunismo y utilizarlo para destruir otros gobiernos y debilitar a las religiones.

La Segunda Guerra Mundial debía fomentarse aprovechando las diferencias entre fascistas y sionistas políticos. La lucha debía iniciarse para destruir el nazismo e incrementar el sionismo político, con tal de permitir el establecimiento del Estado soberano de Israel en Palestina. Durante la Segunda Guerra Mundial se debía edificar una Internacional comunista lo suficientemente robusta como para equipararse a todo el conjunto cristiano. En este punto se la debía de contener y mantener, para el día en que se la necesitase para el cataclismo social final.

El objetivo de estas dos guerras —diseñadas en el siglo pasado— se ha conseguido. Queda por ver la Tercera Guerra Mundial.


¿ESTA YA PLANIFICADA LA TERCERA GUERRA MUNDIAL?

La Tercera Guerra Mundial se debe de fomentar aprovechando las diferencias promovidas por los agentes de los Iluminados entre el sionismo político y los dirigentes del mundo musulmán. La guerra debe de orientarse de forma tal que el Islam y el sionismo político se destruyan mutuamente, mientras que otras naciones se verán obligadas a entrar en la lucha, hasta el punto de agotarse física, mental, espiritual y económicamente.

Albert Pike le escribió a Giuseppe Mazzini el 15 de agosto de 1871 que, al final de la Tercera Guerra Mundial, quienes pretenden la completa dominación mundial provocarán el mayor cataclismo social jamás conocido en el mundo.


UN INVISIBLE GOBIERNO MUNDIAL

Desandemos este sendero. La Comisión Trilateral es una agrupación de personas privadas de las altas finanzas, del mundo de los negocios y de la política, procedentes de Norteamérica, Europa occidental y Japón, que brinda a la élite procedente de la masonería de las distintas orientaciones unas posibilidades de encuentro, con vistas a una colaboración secreta que abarca todo el mundo. El objetivo ideológico de la Comisión Trilateral es el mismo que el del Council for Foreign Relations (Consejo para Relaciones Exteriores), fundado en 1921 por el banquero norteamericano Morgan, y conocido también como «el Gobierno invisible». Lo que es menos conocido de la Trilateral es el hecho de que responde por igual del poder del ocultismo, del poder de la brujería y del poder del supuesto mal, y éstos responden a su vez de las drogas, de la música rock y de la política.

El sector político entronca con los Iluminados, que son altos grados de la masonería. La brujería comprende la magia negra y la blanca. A esta última se suma un determinado número de grupos masónicos. Hay escasamente unas cien organizaciones que pertenecen al mundo de la masonería. Se explica por esta trama secreta de planificación del destino de la humanidad, el que Karl Marx escribiera sus obras londinenses por encargo de Nathan Rothschild (cuyo apellido significa «escudo» o «protector de los rojos»). Los cheques con los que le pagó pueden verse en el Museo Británico. Marx participó en la fundación de la Primera Internacional en 1864.

Se derrumbó porque los anarquistas querían anarquía, y la querían de inmediato. La Segunda y la Tercera Internacional —que en sus transformaciones dieron lugar por un lado a la Internacional Socialista y por el otro al Komintern y al Kominform—, no son otra cosa que la confirmación de los Iluminados, que hicieron con la Revolución francesa y con Napoleón el primer intento de gobierno mundial. Quien hable de casualidades, es que no ha entendido todavía el juego que se llevan con todos nosotros.


OBJETIVO: EL NUEVO ORDEN MUNDIAL

La idea del judío alemán Adam Weishaupt, que fundó la cúpula de los Iluminados el 1 de mayo de 1776, era el camino a través de la anarquía. El que su fundación tuviese lugar el día siguiente de la noche de Walpurgis, y el hecho de que este día fuera consagrado mundialmente festivo —el 'Día del Trabajo'— aclara todavía más la estrecha relación que existe. El hecho que además el sello de los Iluminados aparezca con la fecha de 1776 en el dólar americano, asombra a aquéllos que no saben que Washington fue tan masón como su rival Jefferson.

Si hablamos del poder efectivo, debemos mencionar a los Rockefeller y —más importantes aún— a los Rothschild. En sucesión ascendente siguen los Bilderberger, un club formado en mayo de 1954 e integrado por los 500 hombres y organizaciones más ricas e influyentes del mundo, que se propone la instauración del «Nuevo Orden Mundial».

Más arriba está el «Consejo de los 33», los 33 más altos masones iniciados del mundo. Por encima de ellos, el «Gran Consejo de los 13», 13 Grandes Druidas, por encima de los cuales aún actúa «El Tribunal» y, finalmente, el inmencionable nombre de grado 72 de los cabalistas, que —dicho sea de paso—también significa «Iluminado». Para los Iluminados Lucifer es Dios, y Jesús es el imitador. De la misma forma que para los cristianos Satanás es el imitador de Jesús.


CUANDO SE APAGUEN LAS LUCES DE NEW YORK

El 1 de agosto de 1972, después del aquelarre, es decir el «sábado de las brujas», Philip von Rothschild anunció ante el «Consejo de los 13» en el Casino Building de San Antonio, la planificación de la historia a partir de 1980. Las indicaciones son muy concretas:
«Cuando veáis apagarse las luces de New York, sabréis que nuestro objetivo se ha conseguido.»
Hay que saber interpretar la frase. Elija cada cual, si es que tiene opción a ello, si es éste u otro su propio objetivo.

2.11.11

COLÓN FUE UN CRETINO

de Robert Heinlein

—Me gusta tomar un trago cuando hago un trato —dijo el gordo alegremente alzando la voz por encima del sil¬bido del acondicionador de aire—. Beba, profesor, yo ya llevo dos más que usted.
Alzó la vista de la mesa mientras la puerta del ascen¬sor del otro lado se abría. Un hombre salió y penetró en la fresca penumbra del bar; parpadeó un momento corno si viniera del cegador desierto exterior.
—Eh, Fred, Fred Nolan —gritó el gordo—. ¡Ven aquí! —Se volvió a su invitado—. Un tipo que me encontré en el avión cuando venía de Nueva York. Siéntate, Fred. Saluda al profesor Appleby, ingeniero jefe de la nave espacial Pegasus... cuando se construya. Acabo de venderle al profesor una partida de acero para su carraca. Celébralo con nosotros.
—Encantado, Mr. Barnes —dijo Nolan—. Ya conozco al doctor Appleby. A propósito de... la Compañía de Ins¬trumentos de Clímax.
—La Clímax nos suministra equipos de precisión —ex¬plicó Appleby.
Barnes pareció sorprendido, luego sonrió.
—Eso me coge de sorpresa. Al principio tomé a Fred por un tipo del gobierno o uno de sus científicos novatos. ¿Qué va a ser, Fred? ¿Un old fashion? ¿Lo mismo, pro¬fesor?
—De acuerdo. Pero, por favor, no me llame «profe¬sor». No lo soy y me hace más viejo. Todavía soy joven.
—Le llamaré, este... Doc. ¡Pete! ¡Dos old fashion y otro Manhattan doble! ¿Sabe? Yo esperaba encontrarme con un científico de tebeo, con barba blanca y larga. Pero ahora que nos conocemos, hay algo que no puedo encajar.
— ¿Qué es?
—Bueno, a su edad, venir a enterrarse en este sitio olvidado de Dios...
—No podemos construir el Pegasus en Long Island —apuntó Appleby— y éste es el sitio ideal para ello.
—Sí, claro, pero no es eso. Es... bueno, mire, yo vendo acero. Usted quiere aleaciones especiales para una nave espacial; yo se las vendo. Pero por eso mismo, ahora que el negocio ya no tiene nada que ver con esto, ¿por qué quiere usted hacerlo? ¿Por qué intentar ir a la Próxima de Centauro o a cualquier otra estrella?
Appleby pareció divertido.
—Eso no puede explicarse. ¿Por qué los hombres in¬tentan escalar el Everest? ¿Qué se le perdió a Peary en el polo norte? ¿Por qué Colón consiguió que la reina Isabel empeñara sus joyas? Nadie ha estado jamás en la Próxi¬ma de Centauro... de modo que nosotros vamos a ir.
Barnes se volvió a Nolan.
— ¿Tú lo entiendes, Fred?
Nolan se encogió de hombros.
—Yo vendo instrumentos de precisión. Algunas perso¬nas plantan crisantemos; otras construyen naves espa¬ciales. Yo vendo instrumentos.
La amable cara de Barnes pareció no comprender.
--Bien... —El camarero trajo las bebidas—. Eh, Pete, dime una cosa. ¿Te largarías en la expedición Pegasus si pudieras?
—Ni hablar.
— ¿Por qué no?
__Me gusta estar aquí.
El Dr. Appleby asintió.
--Esa es su respuesta, Barnes, al revés. Unos tienen el espíritu de Colón y otros no.
—Está muy bien todo eso de Colón —insistió Barnes—, pero Colón esperaba y deseaba regresar. Ustedes no. Se¬senta años... usted me dijo que les llevaría sesenta años. Vaya, tal vez ni siquiera llegue vivo allí.
—Tal vez nosotros no pero sí nuestros hijos. Y nues¬tros nietos podrán regresar.
—Pero... Oiga, ¿está usted casado?
—Por supuesto que sí. La expedición está compuesta sólo por familias. Es una tarea para dos o tres generacio¬nes. —Sacó una cartera de bolsillo—. Esta es la señora Appleby, con Diana. Diana tiene tres años y medio.
—Es una chica muy mona —dijo Barnes sobriamente pasándole la foto a Nolan, que sonrió y se la devolvió a Appleby—. ¿Qué pasará con ella? —prosiguió Barnes.
—Irá con nosotros, naturalmente. No querrá usted que la meta en un orfanato, ¿verdad?
—No, pero... —Barnes apuró el resto de su bebida—. No lo entiendo —admitió—. ¿Quién toma otro trago?
—Yo no, gracias —declinó Appleby, acabándose el suyo y poniéndose en pie—. Tengo que irme a casa. La familia, ya sabe —sonrió.
Barnes no hizo nada por detenerlo. Le dio las buenas noches y le contempló mientras se iba.
—Mi ronda —dijo Nolan—. ¿Lo mismo?
— ¿Eh? Sí, claro. —Barnes se levantó—. Vayamos a la barra, Fred. Allí podremos beber decentemente. Necesito lo menos seis.
—De acuerdo —aceptó Nolan, levantándose—. ¿Cuál es su problema?
— ¿Problema? ¿No viste la foto?
— ¿Y?
— ¿Y? ¿No sentiste nada? Yo también soy un vende¬dor, Fred, Vende acero. No me importa lo que los clientes quieran hacer con él. Se lo vendo y se acabó. Vendería a cualquiera una cuerda para ahorcarse con ella. Pero me gustan los críos. No puedo quedarme igual al pensar que esa monada de criatura va a ir en esa... ¡esa expedición de chiflados!
— ¿Por qué no? Lo mejor es que esté con sus padres Se aficionará a las planchas de acero lo mismo que los demás críos se aficionan a estar en las aceras.
—Escucha, Fred. ¿No se te ha ocurrido ninguna idea de cómo lo harán?
—Creo que pueden.
—Pues yo te digo que no. No tienen ninguna probabi¬lidad. Lo sé. Hablé al respecto con nuestro personal téc¬nico antes de abandonar la casa central. Nueve probabili¬dades sobre diez de que se achicharren en el despegue. Y eso es lo mejor que puede ocurrirles. Si consiguen salir del sistema solar, lo que no es probable, nunca podrán conseguirlo. Jamás alcanzarán las estrellas.
Pete colocó otro vaso lleno delante de Barnes. Este se lo echó al coleto y dijo:
—Ponme otro, Pete. No pueden. Es teóricamente im¬posible. Se congelarán, se achicharrarán, o se morirán de hambre. Pero no lo conseguirán nunca.
—Quizá sí.
—No hay quizás que valgan. Están locos. Date prisa con ese trago, Pete. Tómate uno a mi cuenta.
—Voy. Gracias, es igual.
Pete preparó el cóctel, cogió una jarra con cerveza y los combinó.
—Aquí Pete es un tipo sabio —dijo Barnes confiden¬cialmente—. A él no le toman el pelo con esos viajes a las estrellas. Colón... ¡Puf! Colón fue un cretino. Debería haberse quedado en la cama.
El camarero negó con la cabeza.
—Usted me confunde, Mr, Barnes. Si no hubiera sido por hombres como Colón, nosotros no estaríamos aquí hoy... ahora. No tengo exactamente espíritu de explora¬dor. Pero tengo fe. La expedición Pegasus no me parece descabellada.
— ¿No te indigna el saber que irán niños?
—Bueno... también había niños en el Mayflower, según
--No es lo mismo —Barnes miró a Nolan y luego al camarero--, Si el Señor deseara que fuéramos a las estrellas nos habría equipado con propulsión a chorro. Ponme otro, Pete.
--Ya ha bebido lo suyo, Mr. Barnes.
El atribulado gordo estuvo a punto de replicar, pero se lo pensó mejor.
—Me voy a la Sky Room a ver si encuentro pareja para bailar —anunció—. Buenas noches.
Se dirigió hacia el ascensor tambaleándose ligeramente.
Nolan contempló su salida.
--Pobre Barnes —dijo, encogiéndose de hombros—. Creo que somos poco cariñosos con él, Pete.
--No. Yo creo en el progreso, eso es todo. Recuerdo que mi viejo deseaba que la ley prohibiera las máquinas voladoras para que no rompieran a nadie el cuello. Pro¬clamaba que nadie volaría jamás y que el gobierno de¬bería tomar cartas en el asunto. Se equivocó. Yo no ten¬go espíritu de aventurero, pero hay gente que sí y creo que llegarán a alguna parte. Así es como se hace el pro¬greso.
—No pareces tan viejo como para recordar que antes la gente no podía volar,
—He recorrido mundo mucho tiempo. Aquí sólo llevo diez años.
—Diez años, ¿eh? ¿Y nunca sentiste ganas de conse¬guir un empleo que te permitiera respirar un poco de aire fresco?
—No. Ni ahora ni cuando servía bebidas en la calle Cuarenta y dos respiraba ningún aire fresco. Pero me gus¬ta estar aquí porque siempre ocurre algo nuevo; primero los laboratorios atómicos, luego el gran observatorio y ahora la nave espacial. Aunque no sea ésta la verdadera razón de mi prolongada permanencia. Me gusta estar aquí. Esta es mi casa. Observe esto.
Cogió un inhalador de brandy, un gran globo de frágil cristal, lo sopesó y lo lanzó hacia lo alto, hacia el techo. Se elevó suave y grácilmente, deteniéndose durante un fugaz momento en la cúspide de su ascenso, para caer luego con ligereza, con mucha ligereza, como un buzo en una película en ralenti. Pete lo contempló caer frente a su nariz y luego lo cogió con el pulgar y el índice, lo acarició por la parte del cañón y lo devolvió al estante
— ¿Lo ve? —dijo—. Un sexto de gravedad. Cuando atendía el bar allá en la Tierra, mis juanetes me fastidiaban todo el tiempo. Aquí peso tan sólo treinta y cinco libras. Me gusta estar en la Luna.